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Elegir la gasolinera más barata para repostar puede suponer un ahorro de más de 23 euros para un depósito medio de 60 litros. Y esta afirmación vale sobre todo para Málaga, que es la provincia española (sólo por detrás de las Canarias) donde hay una ... mayor diferencia de precio entre las 'low cost' y las de marca, aunque sólo en el caso de la gasolina. Así lo dice el informe distribuido ayer por la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae), que es la patronal que agrupa a las también llamadas «desatendidas» (aunque algunas de ellas sí cuentan con un personal mínimo para ayudar a los usuarios).
El ahorro máximo, según la zona, varía entre los 8 y los 23 euros en el caso de la 95, y entre los 11 y los 24 euros en el diésel, para un depósito con la capacidad señalada. Las mayores divergencias se producen en el archipiélago canario, con hasta 48 céntimos en la primera y 46 en la segunda. Pero en la España peninsular, destaca el caso de Málaga, provincia donde, según este informe, se puede encontrar una diferencia de hasta 0,39 euros por litro de 95.
En cuanto al gasóleo, que es el combustible más consumido, el cambio (sin ser despreciable) no es tan abultado: si se elige la más económica se pueden ahorrar hasta 0,35 euros por litro, o lo que es igual, 21,00 euros por depósito. En este caso, Málaga desciende hasta la octava posición y es Madrid, con 41 céntimos, la provincia que presenta diferencias más radicales.
El estudio se ha llevado a cabo este mes de septiembre, tras comparar el precio más alto y el más bajo que se ofrece en cada territorio, en virtud de los índices publicados en el Geoportal de gasolineras del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, según explican desde la entidad. «En un contexto donde estamos volviendo a rozar máximos del último año en los precios, es necesario apostar por la competencia y la transparencia. Las gasolineras automáticas trabajan para ofrecer los más bajos y ayudar a los conductores en esta cuesta de septiembre. Esta política de bajos precios es más evidente cuando sube el precio del carburante», comentan desde Aesae.
El motivo principal de esta diferencia es la menor estructura de costes que tienen las estaciones automáticas frente a las tradicionales. Además, este tipo de centros cuentan con la libertad de elegir el producto al mayorista, homologado por las autoridades, que oferte el mejor precio, por lo que ese ahorro se traslada al consumidor, siempre según este colectivo.
José Rodríguez de Arellano, consejero delegado de Plenoil, que es uno de los principales operadores de este nuevo mercado en Málaga, considera que los resultados del informe «no son descabellados», y lo explica así: «Las gasolineras más caras están subiendo mucho para aplicar descuentos por consumos combinados (por ejemplo, de electricidad o gas); suben el precio en el monolito y sobre eso te hacen un descuento». Precisamente, de la presencia creciente de esta marca en el mercado habla el hecho de que se acaba de convertir en la primera compañía del sector de estaciones de servicio automáticas en formar parte de la principal organización empresarial nacional, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).
SUR ha consultado a un experto independiente sobre las conclusiones de este informe. Antonio Ruiz es un empresario malagueño especialista en la venta de gasóleo profesional, que además cuenta con su propia estación de servicio en la provincia de Sevilla. «El mercado es 100% libre y puede pasar de todo, aunque tendemos a seguir pensando en el monopolio. En el mercado español hay un operador como Repsol que tiene el 50% del mercado de las gasolineras y que marca el precio, pero puedes tener al lado otra estación que venda más barato».
Ruiz hace un rápido ejercicio en Málaga y lo que observa es que, a fecha de ayer, la diferencia máxima era de 22 céntimos por litro en la provincia, aunque «puede haber días y momentos puntuales en los que sea mayor». «0,20 euros es la diferencia media entre la más cara y la más barata, que ya está bien», advierte. A su juicio, la clave es el aumento de la competencia, que casi se ha duplicado, por lo que el mercado se ha atomizado: «Antes, vendían una cuba o una y media a la semana, ahora hay gasolineras que tardan entre dos y tres semanas en venderla».
El empresario rompe una lanza a favor de las 'low cost': «Ofrecen un producto de la misma calidad que las otras, incluso aditivado, y han venido a un segmento de mercado; pero también hay gente que adora su coche y que le gusta echar en una marca de prestigio porque piensa que es mejor, y está en todo su derecho».
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Por su parte, Ignacio Fernández Martínez, secretario técnico de la Agrupación Andaluza de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles (Agavecar), la patronal de las estaciones de servicio habituales, pone en duda las conclusiones del estudio realizado por la competencia, en la medida en que no se tienen en cuenta los descuentos de fidelización que varias de las principales petroleras ofrecen a sus clientes.
«Repsol da descuentos cruzados que van sumando hasta 40 céntimos, eso hay que valorarlo y verlo antes de dar un dato definitivo y si no se tienen en cuenta, hacen trampas». A lo que añade: «Partimos de baremos distintos, hay que valorar todo el servicio en su conjunto, pero dudo que sea tanto, pues en algunas zonas, donde las desatendidas están aisladas, los precios son similares a las convencionales».
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