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La Concepción, el embalse que da de beber a la Costa del Sol, encarna a la perfección las paradojas del clima mediterráneo y de la ... bipolaridad de Málaga en su relación con el agua. De encenderse hace poco más de un año todas las alarmas por sequía, a tener, una vez más, que desembalsar por seguridad y falta de capacidad. Más de embalse y medio estaría lleno de haberse podido acumular. En pleno proceso de desembalse, la Junta, en el marco de sus planes de sequía, impulsa el proyecto para aprovechar al máximo las reservas en caso de volver a entrar en fase de embalse muerto.
Este concepto está un tanto superado. Básicamente se produce cuando el nivel de agua queda por debajo de las tomas para abastecimiento. Por mucho resumir. Y en esos casos el agua baja mucho de calidad; aumenta la sedimentación; la materia orgánica, y baja el oxígeno. Se suele actuar con tomas o bombas flotantes para tratar de captar en la mismísima superficie. Y en ocasiones hay que realizar despesques para evitar la mortandad de peces, lo que, a su vez supondría un empeoramiento de la calidad.
En La Concepción hay antecedentes de aprovechar literalmente hasta la última gota: en la sequía del 95 apenas quedaron 0,4 hectómetros cúbicos en el vaso. Esos sistemas de aprovechamiento fueron implantándose en varias fases, pero ahora necesitan una revisión general.
La obra, basada en un proyecto de Irtene y SGS, tiene un presupuesto de salida de 1,1 millones de euros, impuestos incluidos. La Consejería de Agricultura de la Junta acaba de sacarla a concurso.
Cabe recordar que según la última batimetría de sonda el embalse tiene una capacidad de 57 hectómetros cúbicos. Y que, además de los caudales del Verde, recibe los del triple trasvase Guadalmina-Guadaiza-Guadalmansa.
«El agua bruta con dirección a la ETAP de Río Verde sale del embalse a través del canal de salida situado a la cota 76,50 metros, utilizando la toma superior o intermedia de la presa. Cuando el nivel desciende por debajo de la mencionada cota, el caudal necesario debe captarse a través de la toma inferior que se sitúa a la cota 61,50 metros siendo necesario en este momento utilizar la estación de bombeo para elevar el caudal hasta el canal de salida», recoge el proyecto.
En noviembre de 1981 y al objeto de poder aprovechar el volumen muerto del embalse que se encuentra entre la toma inferior y el desagüe de fondo situado a la cota 46,50 m se instaló una tubería de fibrocemento. Está deteriorada tras más de 40 años de vida, como es lógico.
En el año 1995 con motivo de la denominada metasequía se instalaron en el paramento de la presa tres bombas sumergibles que impulsan el caudal de aproximadamente 400 litros por segundo, desde la cota 44,00 metros hasta la toma intermedia que se sitúa a la cota 76,50 metros. «Estas bombas al estar sumergidas a gran profundidad no ha sido posible realizar tarea alguna de mantenimiento por lo que está dentro de lo probable que puedan presentar algún problema de funcionamiento y su reparación resulta imposible», se incide.
La estación de bombeo, aunque en la actualidad está funcionando, lo hace sin eficiencia energética y amenaza con serios problemas en cuanto haya que reconectar los bombeos para elevar el agua.
Con este contexto, se han estudiado diferentes alternativas para recuperar la capacidad de extracción de los últimos recursos del embalse en caso de sequía.
Se han analizado los pros y contras de tres alternativas. La primera es la de instalar una toma flotante en el embalse, con bombas sumergibles. La segunda es un bombeo en línea, que consistiría en intercalar los equipos de bombeo en la conducción que actualmente conecta el desagüe de fondo con la toma intermedia. La tercera, consistiría en utilizar el cuenco amortiguador de cuando sale el agua por el aliviadero de la presa. Y aquí a su vez se abren dos posibilidades y se ha elegido la de una conducción independiente desde el cuenco amortiguador hasta la conducción de impulsión existente que conecta con el canal de salida.
En suma: pensar en clave de sequía es algo que nunca debe perderse en las políticas de planificación en materia de aguas.
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