Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4
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Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4
«Se ha reducido la inflación sin entrar en recesión, pero hay exceso de optimismo»Juan Carlos Ureta preside Renta 4 Banco, una entidad cotizada que está especializada en inversión y que cuenta con más de 20.000 millones de euros bajo gestión. De visita en Málaga hace unos días, celebra que se haya conseguido controlar la inflación sin que ... la economía global haya caído en recesión, pero teme que las Bolsas estén pecando de exceso de optimismo: el proceso de globalización se ha revertido y ello necesariamente frenará el crecimiento. Y ello tanto si en las elecciones americanas gana Donald Trump como si es Kamala Harris quien se convierte en la primera mujer al frente de la mayor potencia global: el proteccionismo, las trabas al libre comercio, seguirá mandando, aunque concede que el republicano le dará una vuelta de tuerca más severa. Este contexto se topa con algunas Bolsas en máximos históricos, pero opina que siempre es buen momento para invertir, si bien, matiza, siempre que el horizonte temporal sea el medio o el largo plazo.
–A primera vista, parece que el mundo crece, la inflación está controlada y los bancos centrales están bajando los tipos de interés. En teoría, es una situación ideal.
–Es la situación que están descontando los mercados como ideal, efectivamente. Los índices bursátiles americanos han marcado máximos históricos por enésima vez en lo que va de año. Uno de ellos, el S&P 500 ha subido un 35% en los últimos doce meses; el Eurostoxx 50, que es europeo, ha subido un 25%. Con esto, las Bolsas descuentan no sólo que ya se haya conseguido el llamado aterrizaje suave, que la economía haya logrado reducir la inflación con crecimiento y sin haber entrado en recesión, sino también que viene una oleada de crecimiento muy grande favorecida por la combinación de la inteligencia artificial como revolución tecnológica novedosa junto con las bajadas de los tipos de interés.
–¿Y aciertan o se equivocan los mercados?
–Con los datos en la mano sí podemos decir que es muy bueno que la economía haya conseguido ese aterrizaje suave, es muy bueno que estemos en un mundo que crece, poco, pero crece, y con una inflación ya por debajo del 2% en algunos casos. Eso es muy bueno, pero sí podemos poner en duda que vayamos a una época de alto crecimiento económico.
–¿Por qué?, ¿qué riesgos hay?
–Ha cambiado el escenario geopolítico. Y no sólo por las dos guerras. Ha cambiado el modelo de globalización y de comercio internacional. Eso es muy estructural. No se trata de que hoy tengamos una determinada guerra, no se trata sólo de que haya ese conflicto tecnológico y también comercial entre Estados Unidos y China. De lo que se trata es de que todo un modelo de globalización y de comercio internacional se ha roto. Todo ese modelo de cadenas de producción globales o de comercio internacional muy abierto que teníamos desde el año 1990 hasta 2020 ya no existe. Ahora nos topamos con un mundo en el que vemos aranceles crecientes, en el que las cadenas de producción se desplazan más cerca de los centros de consumo y en el que China ya no está inundando el mundo de bienes y de dinero baratos. Así que las primas de riesgo y los costes de capital son más altos. Y eso tendrá impacto en el crecimiento. Nosotros manejamos un escenario positivo, de crecimiento, pero moderado durante un tiempo más bien prolongado. Si comparamos ese escenario con lo que están descontando las Bolsas... aunque ése es un término muy amplio; en las Bolsas hay muchas cosas y las que han subido sobre todo han sido las grandes compañías, especialmente las tecnológicas.
–La Bolsa española, por ejemplo, se ha quedado atrás, está bastante lejos de máximos. ¿Por qué?
–La Bolsa americana cotiza a 23 veces beneficios; la europea, más barata, a 15 veces; y la española, aún por debajo, a doce veces. La Bolsa española se ha quedado atrás por una cuestión de composición sectorial: tiene mucha banca, muchas eléctricas, y telecos también, que no han funcionado bien en este periodo. Además, la Bolsa española ha tenido un problema de prima de riesgo, de incertidumbre jurídica, que ha pesado mucho, por ejemplo, en todas las inversiones renovables, por los cambios que hizo el gobierno anterior; y, ya con este ejecutivo, con los impuestos extraordinarios a la banca y a la energía, con las normas intervencionistas como la de limitación de alquileres, que a los inversores no les gustan y que han dañado a la Bolsa española.
–Hablando de vivienda. Por ahora se observa un clima de descontento social, pero quizás se esté gestando una crisis económica o financiera.
–El inmobiliario ha perdido peso respecto al año 2007, pero sigue siendo un sector muy importante, además vinculado a algo que en estas zonas geográficas se conoce muy bien: el turismo. El análisis que nosotros hacemos es bastante claro: el problema de la vivienda en España no es de demanda, sino de oferta. Y el problema de oferta no reside en que no haya promotores que tengan capacidad para promover las viviendas necesarias, sino que se encuentra básicamente en el tema regulatorio, en que no se dan licencias con la suficiente celeridad ni la certeza necesaria como para que haya un incentivo a promover. Y también hay un problema de personal: curiosamente, no hay gente para trabajar en la construcción. El problema es de suelo y del factor trabajo. No hay un problema de que no tengamos magníficas promotoras en España. Las tenemos y tienen capital para promover. Deberá cambiar la ley. Y también deberá cambiar mucho la actitud de ayuntamientos y comunidades autónomas para acelerar la tramitación burocrática.
–Hablábamos de la bonanza económica, de los datos objetivos que informan de ella, pero también hay descontento social y economistas que hablan de 'permacrisis' y de 'policrisis'.
–En cuanto a la bonanza, ya he comentado que creemos que hay un excesivo optimismo en el mercado y que, aun siendo positivos, entendemos que el crecimiento va a ser pobre en los próximos años. Además, en el mundo ahora se dan muchas paradojas: estamos en un mundo en el que las cosas van básicamente bien, no ha habido recesión, la inflación se ha controlado, no hay una guerra a nivel global que muchos temían. Pero la desigualdad no termina que arreglarse. Estamos en una economía que tiende a ser muy divergente, eso que llamamos la economía 'K', en la que hay un segmento que prospera mucho y otro que lamentablemente, no.
–Pero cuando a final de año la gente vea que las Bolsas han subido tanto pueden verse tentadas a comprar, a no perderse la fiesta. ¿Qué ha de hacer?
–Una de las cosas que siempre decimos al ahorrador que quiere invertir es que se acerque a la inversión con tranquilidad, con calma, poco a poco, gradualmente. Nosotros siempre hemos tratado de normalizar la experiencia de la inversión, de decir que cuando se invierte, se va a tener una muy buena rentabilidad, mucho mejor que la que dé cualquier depósito bancario, pero que eso va a ser así en el medio o en el largo plazo, no de un día para otro. Así que a ese inversor que vea a fin de año lo que ha subido la Bolsa, lo que habría que decirle es que se acerque a la inversión, que no tenga miedo, pero que lo haga de la mano de un profesional. A la Bolsa nunca se llega tarde. Cuando nos preguntan si es el momento de invertir, nuestra respuesta siempre es la misma: sí, siempre es momento de invertir, pero no se debe invertir ni se puede invertir de la misma manera cuando el mercado está en récord que cuando las valoraciones y los precios son más normales. Ahora las Letras del Tesoro no están al 4% como hace seis meses, están por encima del 2% y con la inflación por debajo de ese 2%; eso, para empezar, es una inversión muy tranquila y cómoda, de plena seguridad. Pero quien se acerque a la inversión, que no ponga todo a una carta, que lo haga diversificadamente.
–Oferta de asesoramiento hay mucha. ¿Cómo escoger?
–Nosotros recomendamos no comprar ese mensaje de youtubers que te dicen cómo forrarte rápidamente. Suele ser la antesala de perder mucho dinero. Nosotros recomendamos acercarse a un asesor que esté registrado y que tenga una trayectoria. Aunque también puede haber gente nueva que sea muy seria y muy buena, no digo que no. Pero si uno quiere garantías, siempre es mejor ir a lo que ya está contrastado. Y, luego, yo creo que en el fondo las personas tenemos mucha capacidad para decidir quién nos inspira confianza y quién no, aunque a veces nos queramos autoengañar y creer en fantasías.
–¿Cambia la gestión de una sociedad cuando es cotizada? Porque en Renta 4 han vivido esa experiencia.
–Nosotros empezamos a cotizar en 2007. Llevamos, por tanto, ya una década y media larga cotizando. Cotizar imprime un sello de calidad y garantía en la gestión empresarial. Cuando uno cotiza tiene un mecanismo que se llama gobierno corporativo, lo que genera contrapesos en la forma de gestionar y mejora el modo en que se hace. No digo que una compañía no cotizada no pueda estar muy bien gestionada, ahí tenemos el ejemplo de Mercadona, pero en general está demostrado que las empresas cuando cotizan adquieren mejores niveles de calidad. El ejemplo es Inditex. Y en el caso de Renta 4, creo que también es muy significativo: hoy en día creo que nos despegamos completamente del resto del sector de las compañías gestoras; no tenemos nada que ver ni en capitalización ni en nada.
–Hablemos de planes de pensiones. ¿Está definitivamente muerto el producto?
–Pues es un producto al que han matado lamentablemente los últimos gobiernos. No sólo el actual, también el anterior, que era de otro signo político, se han dedicado a ponerle palos en las ruedas. Tenemos que ser conscientes de que España necesita inversión y siempre ha encontrado inversión exterior que ha confiado en el país, pero no tiene capital interno suficiente para financiar los procesos de crecimiento que necesita. Uno de los pocos pozos de capital a largo plazo que hay en cualquier economía son los fondos de pensiones. Y éstos hoy representan menos del 10% del PIB español, cuando en Holanda equivalen a casi el 200%.
–Usted recorre muchas geografías. Ahora mismo está en Málaga. ¿Detecta diferentes maneras de invertir en el norte, en el sur...?
–Yo diría que había diferentes maneras de invertir, pero en las casi cuatro décadas que llevamos viendo cómo evoluciona la inversión en España, las diferencias entre cómo se invierte en Málaga, en Lanzarote, en Bilbao, Barcelona o Madrid cada vez son menores.
–¿De qué manera influye en su negocio la inteligencia artificial?
–Totalmente. Como en todos. Pero en nuestro caso es muy importante la llamada inteligencia artificial generativa. Nosotros trabajamos mucho con información y con análisis y con comunicación con el cliente verbal y gráfica. Voy a poner dos ejemplos muy sencillos: ahora mismo, con inteligencia artificial, si un cliente pide por ejemplo un análisis de banca europea, en muy pocos minutos puedes tener un informe. Y otro ejemplo real: nosotros lanzamos un producto de gestión de carteras de fondos en el que se pueden invertir desde cien euros que va con inteligencia artificial. Personalmente lo estoy probando y funciona bastante bien, con rentabilidad y buena información.
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