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Cuando se pregunta estos días a los agricultores malagueños sobre cómo ha sido la campaña del olivar 2023/2024, la respuesta más positiva que se ... obtiene es la siguiente: «Mal». Esta sensación pesimista, instalada en el sector olivarero desde hace dos años, se ha confirmado ahora con las cifras que acaba de publicar el Ministerio de Agricultura. Hasta el 29 de febrero, en la provincia de Málaga se han producido un total de 28.390 toneladas. Un dato que sirve también para poner en contexto la campaña 2023/2024, ya que ésta se puede dar por cerrada a estas alturas, cuando apenas queda una recolecta residual.
Los registros hablan de una situación que varias fuentes del sector consultadas califican como «dramática». Parecía difícil empeorar los datos de la campaña 2022/2023, cuando se alcanzó una producción de 30.000 toneladas. Una cifra que convirtió la cosecha de hace un año en la peor del siglo. Un dudoso honor que ahora pasa el testigo a la campaña que acaba de finalizar. Manuel Cebrián es el presidente de la Cooperativa de Mollina y en su balance habla de los estragos que está haciendo la sequía. «La campaña ha sido mucho peor de lo esperado. La falta de agua está afectado al árbol y vemos que donde antes había tres aceitunas, ahora hay una. Y con un fruto que no ha cogido el tamaño deseado», señala.
Las últimas lluvias, asegura, han resultado insuficientes para revertir una situación que ya se preveía muy negativa. Eso explica también las estimaciones a la baja que hizo la Junta de Andalucía al inicio de la campaña. Allá por octubre, lanzó un aforo de unas 30.000 toneladas para la provincia de Málaga. El aforo hace referencia a la estimación que realiza la Consejería de Agricultura para cada provincia. Una proyección que siempre se ha destacado por ser conservadora, pero que, incluso, se ha quedado corta cuando se pone ante el espejo de la actual realidad.
A la sequía hay que sumar el problema de las altas temperaturas registradas el pasado mes de mayo. «Unas temperaturas que quemaron la flor en muchos olivos», detalla Cebrián. «Y sin flor no hay fruto», añade. La serie histórica da relieve y contexto al momento que está viviendo el olivar. Para encontrar la peor cosecha del siglo desde que existen registros, había que irse a la cosecha 2002-2003. Esa temporada, la producción de aceite se quedó en 36.000 toneladas.
En los últimos tres años, siempre se ha rebasado la barrera de las 50.000 toneladas. «Esas 50.000 toneladas debería ser lo normal», precisa Cebrián. Benito Avilés es el presidente de la Cooperativa de Campillos y habla de una «campaña muy complicada». Según Avilés, cuando no tenía que hacer calor, hizo calor y cuando hacía falta lluvia, no llovió. «El problema no es una campaña mala, es la acumulación de malas cosechas», explica.
Una visita al supermercado basta para comprobar que el precio del aceite de oliva sigue disparado. Una tendencia que se mantendrá en los próximos meses y que se acentuará por una nueva campaña con una producción muy corta. Por otro lado, los costes de producción del aceite siguen siendo muy altos. «La bajada del IVA para el aceite de oliva al 0% se hará efectiva a partir de Abril y esto ayudará al precio para el consumidor», precisa Asaja en un comunicado emitido hace una semana.
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