Política. ·
Mientras el PP ensalza el papel de los Reyes en su visita a Paiporta y subraya que no es el momento de buscar culpables, el PSOE e IU ponen el acento en la actitud de «la ultraderecha» y los «grupúsculos radicales» y Vox centra sus mensajes en pedir la dimisión de «Sánchez»Ni los efectos devastadores de la DANA en el levante español logran acabar con la polarización en la que lleva años instalada la política española. Una hostilidad que se recrudeció a partir de este domingo tras el estallido de indignación ciudadana vivido en Paiporta (Valencia) cuando se lanzó barro y objetos a la comitiva de los Reyes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón. Un episodio que fue la mecha para encender los cruces de acusaciones entre los partidos.
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Y es que más allá de las declaraciones institucionales de apoyo a las víctimas, como la realizada esta mañana en el pleno del Ayuntamiento de la capital, o los minutos de silencio, el fango de esta polarización cala en todos los niveles políticos Málaga no es ajena a este cruce de reproches a través de las redes sociales.
Mientras los dirigentes del PP ensalzaron la actitud del Rey Felipe IV y la Reina Letizia y subrayaron que no es el momento de buscar culpables, desde la izquierda, el PSOE e IU pusieron el acento en denunciar el papel de «grupúsculos radicales» y de la «ultraderecha» y Vox centró sus mensajes en pedir la dimisión de Sánchez.
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, subrayó en la red X (antes Twitter) que los Reyes dieron «un ejemplo extraordinario de cercanía, de entrega, al conocer directamente la situación de las zonas más afectadas en la provincia de Valencia». En esa línea, el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local del PP, el malagueño Elías Bendodo, retuiteó un mensaje de Alberto Núñez Feijóo donde se leía: «Gracias por estar siempre al servicio de los españoles. Otra vez el comportamiento del Rey y la Reina ha sido ejemplar».
La líder provincial del PP, Patricia Navarro, destacó la visita de los Reyes para «acompañar, tender la mano y escuchar a los afectados». «Aguantaron los insultos e incluso los ataques, fruto de los nervios y la lógica desesperación de las personas que lo han perdido todo, pero entendemos que nada puede justificar la violencia. Sin duda, los Reyes estuvieron a la altura de una situación tan trágica», afirmó.
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Navarro, que trasladó sus condolencias a los familiares de los fallecidos, defendió que en un momento como el actual las fuerzas políticas y las instituciones deben trabajar «unidos y coordinados; no buscando culpables, sino la manera de perfeccionar y afinar en la anticipación y la gestión de las emergencias».
Mientras que el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Salado, mostró su «respeto y admiración» por el Rey Felipe VI y la Reina Letizia que se acercaron a escuchar a los vecinos y «aguantaron con temple y valentía toda su lógica indignación y frustración». «Los Reyes han tenido la empatía que desgraciadamente ha faltado en otras instancias», añadió.
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Salado sostuvo que otra cuestión es la gestión de esta catástrofe y la velocidad de respuesta «muy lenta, que ha puesto de manifiesto grandes fallos y errores cuya responsabilidad deberá dirimirse» y matizó que ahora toca «estar unidos y trabajar para ayudar a los miles de afectados y reestablecer cuanto antes la normalidad» para lo que defendió que se destinen las ayudas necesarias y que se haga con velocidad para «que no ocurra como con el volcán de La Palma».
Por su parte, el secretario general del PP malagueño, José Ramón Carmona, retuiteó el domingo un mensaje del senador Vicente Azpitarte donde con un vídeo donde se ve a Sánchez abandonando Paiporta, escribió: «Esta es la imagen del responsable del caos huyendo. Pedro Sánchez no puede seguir ni un minuto más al frente del Gobierno».
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Francisco Salado puso en valor la respuesta «desbordante y muy emocionante» de solidaridad de la sociedad malagueña. Y en esa línea incidió Patricia Navarro, quien agradeció el esfuerzo y la generosidad de los malagueños.
Por su parte, el secretario general del PSOE de Málaga y portavoz en el Ayuntamiento de la capital, Dani Pérez, dijo, en declaraciones a este periódico, que entendía la desesperación de las víctimas de esta catástrofe: «Son momentos difíciles y es normal que exista cabreo e indignación, hablamos de muchas familias que han perdido familiares y amigos, así como bienes materiales».
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Pérez subrayó que ahora el camino a seguir es el de «la unidad y ponerse todos a una» para devolver la normalidad a las zonas afectadas y en ese sentido insistió en que en ello están trabajando todas las administraciones sin descanso y «siempre ha colaborado el Gobierno central cuando se le ha pedido colaboración por parte de la Generalitat Valenciana».
El líder socialista condenó «enérgicamente» lo sucedido el domingo durante la visita de las autoridades. Unos actos «violentos de grupos marginales ligados a la extrema derecha que, por lo que vamos conociendo, estaban coordinados para hacer lo que hicieron. Esperamos que se investigue y depuren responsabilidades por sus actos».
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«El presidente del Gobierno fue víctima de una agresión y su equipo de seguridad lo evacuó inmediatamente. Esto es totalmente inaceptable en un estado democrático. Como inaceptable son los mensajes de odio de ciertos partidos en estos momentos», apostilló.
Al respecto, el líder socialista andaluz, Juan Espadas, subrayó también en redes sociales que «lo más importante es seguir concentrados, desde la unidad de todas las administraciones, en atender a la gente en Valencia y continuar poniendo todos los medios a nuestro alcance para recuperarnos de esta catástrofe. La desesperación es humana, pero las actitudes violentas vistas esta mañana no lo son. Como ya la propia extrema derecha está reivindicando, es un ataque a las instituciones del Estado. Nuestra más enérgica condena, pero toda nuestra atención va a seguir estando en atender a las víctimas».
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Toni Morillas, coordinadora general de IU en Málaga, dijo que la indignación ciudadana es «completamente comprensible» y mostró su empatía con los afectados por la Dana, a quienes transmitió su solidaridad. Asimismo, denunció la actitud «inadmisible de grupos violentos organizados de la ultraderecha que están actuando de forma malévola: difundiendo bulos y propagando un discurso del odio en favor de sus espurios intereses particulares. Queriendo sacar rédito político y ahondar en la fractura social a cuentas de la tragedia valenciana».
«En estos momentos es necesario un estado presente y lo más coordinado posible. Disponible para ponerse a trabajar con eficacia y sin fisuras en la atención a las necesidades de población afectada, lejos de la trifulca y el rifirrafe político e institucional», apostilló.
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Su homólogo en Andalucía, el malagueño Toni Valero, publicó un tuit donde se sostenía que «la ultraderecha está aprovechando la catástrofe para: 1. Difundir bulos. 2. Señalar a los adversarios políticos. 3. Negar que el cambio climático esté detrás de la Dana. 4. Radicalizar a personas conservadoras e insuflar antipolítica en la gente. Ya lo hicieron en la pandemia. Vuelven».
Unas acusaciones que fueron respondidas desde Vox por su portavoz en el Parlamento andaluz, Manuel Gavira, en contestación a un mensaje de Espadas: «No ha sido un ataque al Estado ni son personas de extrema derecha, sino españoles desesperados que lo han perdido todo y a los que tu amo Pedro Sánchez pretendía consolar con una sonrisa tras haberlos humillado y abandonado durante días. Vuestra maldad no conoce límites».
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Desde Málaga, la diputada nacional Patricia Rueda, destacó la cercanía mostrada por el Rey hacia los damnificados en contraste con «la huida de Sánchez, quien tuvo que marcharse como una rata». «Sánchez salió huyendo, de donde debe huir es de Moncloa. Y hay que exigir responsabilidades ante la falta de humanidad, incompetencia y maldad», manifestó.
«Las imágenes que vimos el domingo muestran el hartazgo del pueblo contra Sánchez. El Gobierno que decretó dos estados de alarma ilegales sigue de brazos cruzados: gente conviviendo con cadáveres, criminales sembrando el terror y españoles abandonados. La víctima no es Sánchez, las víctimas son los fallecidos, las familias que lo han perdido todo», aseveró.
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La diputada lamentó que los españoles estén en mano de un presidente del Gobierno que «incluso ironiza con la situación diciendo que si hace falta ayuda que la pidan».
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