Fundador del Centro Palestino para los Derechos Humanos

Raji Sourani, el abogado que escapó de las bombas en Gaza: «Lo que sufre Palestina es un genocidio»

-¿Qué hacía en Palestina?, ¿por qué tuvo que dejar Gaza?

-Estudié Derecho. Me gradué en 1977. Dos años después me metieron en la cárcel. Y empecé a trabajar como abogado. Cuando estaba en prisión, vi con mis propios ojos lo que estaba pasando, las torturas, los interrogatorios, los tribunales militares. Vi lo que los prisioneros estaban sufriendo realmente. Y cómo esta presión física y psicológica se practicaba: te morías cincuenta veces cada día. Así que decidí estudiar hebreo, las leyes de ocupación israelíes, la Convención de Ginebra, leer más sobre las leyes internacionales, el derecho humanitario y los derechos humanos. Y me decidí a dedicar parte de mi tiempo a defender a los prisioneros. Por eso, no sólo soy un abogado, soy un abogado que conoce la realidad desde dentro. Y creo que si me metieron en la cárcel más tarde fue porque estaba utilizando de manera efectiva el sistema legal israelí. Y eso no le hacía feliz. Estuve en prisión en 1985, 1987, 1988… Y cada vez veía y aprendía más y más. Nos decían: «Palestinos, sois estúpidos, utilizad el sistema legal israelí, es el mejor». Pero yo sabía que esto no tenía sentido, porque la justicia y la dignidad no se puede lograr bajo una ocupación. Todo el mundo decía que Israel es un oasis de democracia en Oriente Medio. Pero yo descubrí que el sistema legitimaba la tortura, asesinatos selectivos, demolición de casas, expulsiones, asentamientos, confiscaciones de tierras… Incluso el bloqueo de todo el pueblo de Gaza, su desconexión del resto del mundo. Así que en una investigación concluimos que el sistema legal israelí es incapaz y en realidad tampoco quiere hacer justicia: protege a criminales dentro de Israel, a aquellos que violan los derechos humanos, a aquellos que cometen crímenes de guerra, contra la humanidad.

-¿Y por eso Israel le acusa de terrorismo?

A partir de ahí, empecé a llevar casos a Ginebra, a Londres, a España, a Nueva York… Y comenzaron a acusarnos de ser terroristas vestidos de traje o de ser agentes de organizaciones terroristas. O de hacer mal uso de las leyes internacionales. También comenzaron a incitar a la gente contra nosotros en los medios de comunicación o en otros países para que no financiaran nuestra labor, la de nuestro Centro Palestino para los Derechos Humanos o para que dejaran de invitarnos. Nos arrinconaron y no nos dejaban usar la jurisdicción internacional. Incluso cambiaron leyes en Reino Unido o en España.

-En España, ¿cómo?

-Sí, Moratinos cambió la ley y nos bloqueó.

-No sólo eso. También dice que le intentaron asesinar.

-Ya voy a eso, ya voy. Entonces fuimos a la Corte Penal Internacional. Por primera vez en 2009. Después en 2015. Pero cuando justo en ese año Palestina fue reconocida como miembro de ese tribunal se volvieron locos porque empezamos a ser muy activos. Nosotros representamos a las víctimas, a miles de víctimas de Gaza en las guerras de 2008, 2009, 2012, 2014, 2018, 2021, 2022, 2023… Porque la guerra, el conflicto, no empezó el año pasado… Entonces los ataques contra nosotros fueron cada vez mayores. Y tuvieron éxito en algunas áreas, como en la recorte de fondos. Estoy en una lista negra de Estados Unidos. No he podido viajar allí en las dos últimas décadas. Cuando vimos que la Corte Penal Internacional no actuaba, no hacía nada, recurrimos al Tribunal Internacional de Justicia (el órgano judicial de la ONU).

-Y ahora con quien colabora es con Sudáfrica, que el año pasado presentó una denuncia contra Israel por genocidio.

-Sudáfrica, con todo lo que tiene moral, legal y políticamente, con todo lo que simboliza en África y en el mundo, al ser el último régimen que derrotó el apartheid y el racismo, con todo su peso político, fue al tribunal más importante del mundo y acusó a Israel del mayor crimen del mundo: genocidio. Y el tribunal aceptó. Y estableció medidas provisionales para parar lo que estaba sucediendo en Gaza. Dijo que Israel debía permitir la entrada de ayuda de manera incondicional a Gaza. Lo hizo tres veces. Pero Israel no hizo nada. Europa y Estados Unidos deberían decir que debe imperar la ley y aplicar sanciones.

-¿Por qué califica de «genocidio» lo que padece el pueblo palestino?

-El genocidio tiene dos componentes. En primer lugar está la intención. Ésta es la parte más difícil de demostrar. Pero Israel es arrogante. No les importa. El primer ministro, Netanyahu, dijo que los gazatíes deberían irse de Gaza. El ministro de Defensa afirmó que no había que llevar agua, alimentos, electricidad o combustible a Gaza. El presidente aseguró que no distinguía entre los civiles y Hamas: los castigaremos a todos. La ley internacional, que no es invento nuestro, sino de la 'créme de la créme', después de la Segunda Guerra Mundial cuando el mundo dijo que era una locura que hubieran muerto 85 millones de europeos, estableció que no había que involucrar a los civiles: las guerras tienen que ser entre ejércitos y los civiles deben protegerse. Hay muchas declaraciones. Pero lo más importante es el otro componente del genocidio: la práctica. Y desde el día uno comenzaron una matanza masiva, una destrucción masiva, un desplazamiento masivo. Toda mi vida la he pasado en Gaza. No creía lo que oigo. No creía lo que estoy viendo.

-Pero no me ha contestado a algo que le preguntaba: a usted también le han intentado matar.

-Soy abogado. No lo olvido. Empezaron a bombardear de una manera loca. Una torre de viviendas tras otra.

-Su acusación de genocidio no viene de lo que sucede desde 1948. Es actual.

-Sí, porque sé lo que es un genocidio. Soy un abogado profesional. Somos un grupo internacional de abogados trabajando juntos. De España, Alemania, Italia, Estados Unidos, Noruega, Suecia. Y cooperamos. Una semana después del 7 de octubre, el día 14, creamos el Grupo del Genocidio.

-¿No era genocidio lo anterior?

-No. Solían ser crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad. Que no es cosa menor. El genocidio es el crimen más serio. Es la intención y la matanza masiva, la destrucción masiva. Arrojaron panfletos, comenzaron a bombardear hospitales infantiles, con pacientes con cáncer, a los pacientes, a los médicos, panaderías, desalinizadoras…

-Se centra en Gaza. Pero, ¿qué pasa con Cisjordania?

-Las elecciones de 2006 fueron limpias, transparentes, la demostración real de la democracia Palestina. Ganó Hamas. Pero unos días después Israel dijo que no reconocía el resultado. Después hizo lo mismo Estados Unidos. Y también la Unión Europea. El único país que las reconoció fue Suiza. Desde luego, pensamos que las elecciones fueron justas. Pero Israel nos sancionó porque los palestinos no podemos ser democráticos. Entonces desconectaron Gaza de Cisjordania e impusieron un bloqueo a Gaza, donde lo único que no se controla es la vida sexual de sus habitantes. Así que la tasa de paro subió hasta el 65%, la tasa de pobreza, hasta el 90%. Aunque tenemos la mayor proporción de graduados universitarios del mundo. No hay analfabetismo: todo el mundo sabe leer y escribir. Pero sufrimos este desastre. Y nos hemos convertido en mendigos a los que la comunidad internacional nos dice, vale, os damos dinero, os damos medicinas… Pero también desconectaron a Jerusalén del resto de Cisjordania. Y ahí están haciendo limpieza étnica, haciendo que los palestinos se vayan a través de medidas administrativas, legales. Y en el conjunto de Cisjordania, mediante más asentamientos, confiscación de tierras. Cisjordania es una nueva marca del apartheid.

-También me gustaría saber qué opinión tiene de la actitud del resto de los países árabes con Palestina.

-Muy mala de los gobiernos. Pero la gente del mundo árabe es fantástica, como la gente de Europa. Me siento orgulloso de España, de Irlanda, del Reino Unido, Noruega, Suecia, Estados Unidos, en los campus, en las calles, la gente es realmente solidaria y nos apoya. Pero en el mundo árabe nadie puede expresarse. No se lo permiten. Viven en dictaduras.

-Igual no les ayuda que sus únicos apoyos reales, en la práctica, sean Hezbollá e Irán.

-Palestina está ejerciendo su derecho a la autodeterminación, está luchando contra la ocupación y el régimen colonial. Y tenemos todo el derecho a no ser buenas víctimas, a resistir. Mira Ucrania. ¿Por qué Europa apoya a Ucrania? Por dos razones: porque Rusia ha invadido y ocupado Ucrania. Europa defiende que los ucranianos tienen el derecho a resistir, por todos los medios, de cualquier modo. Y que les apoyarán. Y que les darán armas. Y estoy de acuerdo con ello: usan nuestra retórica. Pero parece que Ucrania es una cosa y Palestina, algo diferente. Se está politizando la ley internacional. Y estoy empezando a pensar que estamos como en la antigua Roma, donde había dos clases: los jefes y los esclavos; los primeros, disfrutaban la ley, la usaban, los esclavos, no: matas al esclavo en la calle como a un animal y a nadie le importa. ¿Nosotros somos los esclavos del siglo XXI? Ucrania lleva sufriendo dos años de ocupación. Nosotros, según la versión corta, 57 años; y según la antigua, 76 años desde la Nakba, nuestro gran desastre. Mientras estamos aquí sentados, nos bombardean con bombas europeas y americanas. Ahora te cuento por qué bombardearon mi casa: porque dí una entrevista con Democracy Now! (un programa de televisión estadounidense) y varios periódicos. Me preguntaron qué estaba pasando en Gaza. Y dije que era un genocidio. Dos días después, llegaron las bombas.

-¿Ayuda de alguna manera que países como España hayan reconocido el Estado Palestino?

-Sí, ayuda mucho, pero no es suficiente. España e Irlanda están teniendo un fantástico papel de liderazgo en Europa. Estoy muy contento con lo que están haciendo. Tanto en el reconocimiento como en que se hayan sumado a Sudáfrica. Es muy importante. También llamando a un boicot económico a Israel, a parar la relación económica con Israel. Creo que es crucial.

-Tras la muerte del nuevo líder de Hamás, también se dice que es más fácil que pueda haber un alto al fuego.

-¿Entonces era legítimo matar a 17.000 niños y a 12.000 mujeres por el líder de Hamas? Si asesinaran a 17.000 niños israelíes o ucranianos, ¿qué ocurriría? Es una vergüenza. Este genocidio es el primero de la historia que se está retransmitiendo en directo y a tiempo real. Todo el mundo lo está viendo y los gobiernos no hacen nada. ¿Son nuestros cuerpos y nuestras almas, nuestro dolor y sufrimiento, así de baratos?

-¿Cuál es la solución para el futuro de Palestina, para Israel?

-Pocas palabras: acabar con la ocupación.

-¿Dos Estados?

-No me importa. Tenemos el derecho a la autodeterminación. Somos las piedras del valle. Hemos estado allí desde siempre. Y seguiremos para siempre. Ningún poder de la tierra nos sacará de ahí. La ONU, cientos de resoluciones, están de nuestra parte. Todo el mundo apoya al Estado Palestino. El problema es que Israel no reconoce que existimos.

-¿Y para Palestina los israelíes existen?

-El presidente Arafat los reconoció hace veinte años. Ellos no nos reconocen a nosotros. Nosotros no asesinamos a Rabin. Lo mataron ellos.

-¿Y qué tiene que pasar con Netanyahu?

-Es un criminal. Nuestra sangre mancha sus manos. Tendrá que rendir cuentas. Él y los suyos están aplicando la ley de la selva. Y esa es la pregunta que hay que hacerle al mundo: ¿la ley o la jungla?