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Málaga se ha convertido no sólo en el destino de las vacaciones de millones de personas de todo el mundo, sino también en el lugar ... por el que pasa el desarrollo laboral de muchos profesionales. A la tradicional potencia de la industria turística y del sector de la construcción se ha sumado en los últimos años el despegue de la provincia como nodo tecnológico y el resultado es un protagonismo creciente en los planes de presente y de futuro de muchos trabajadores.
Porque el cliché tradicional presenta a Málaga como retiro dorado de jubilados, procedentes sobre todo de Reino Unido y diversos países europeos. Y sin dejar de lado ese flanco, la provincia surge ahora como una tierra de oportunidades para quienes todavía están en edad laboral. Así lo demuestran los datos incluidos en la Estadística de Variaciones Residenciales que acaba de publicar el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA). A la luz de ese informe, la provincia atrajo el año pasado a 52.830 personas de entre 25 y 54 años. El desglose de esa cifra deja a los nuevos residentes de entre 30 y 35 años como el grupo más numeroso, con 10.746 personas, casi la misma cantidad de nuevos vecinos con más de 65 años (10.805).
Además, al tomar un poco de perspectiva histórica, la cifra de llegados a la provincia en esa franja de edad a lo largo del año pasado cobra todavía más relevancia. Porque a lo largo de las últimas dos décadas, sólo en 2007 (año previo al estallido de la crisis financiera global) Málaga recibió más residentes de entre 25 y 55 años. Entonces fueron 52.915, apenas 85 más de los censados el año pasado, que también supera los registros previos a la crisis sanitaria, ya que en 2019 la provincia se convirtió en destino de 52.198 nuevos residentes de esas edades.
El tirón de Málaga como polo de atracción de nuevos residentes queda evidenciado en otro dato extraído de las estadísticas del IECA: casi el 30% de las migraciones con destino a Andalucía registradas el año pasado ponen rumbo a Málaga. En paralelo, la provincia recibía a lo largo del año pasado a 64.549 personas de otros lares, de las que casi el 60% llegaban desde el extranjero, siendo la mayoría de ellos europeos.
En suma, las cuentas del organismo dependiente de la Consejería de Transformación Económica detallan que por primera vez el movimiento migratorio hacia Málaga supera las 100.000 personas en un año. Eso sí, cabe recordar que esa cifra incluye a las 35.950 residentes que se han movido de municipio sin salir de la provincia a lo largo de 2021.
Los datos del IECA inciden en el papel de Málaga como destino predilecto para la llegada de residentes tanto de otras ciudades y regiones españolas, como de otros países. No en vano, la provincia ofrece un saldo migratorio (diferencia entre entradas y salidas de población) en 2021 inaudito en el conjunto andaluz. En concreto, Málaga gana 23.411 residentes, casi cinco veces más que Cádiz, la segunda provincia andaluza con el saldo positivo más elevado.
La potencia de Málaga como imán poblacional encuentra otra confirmación al comprobar que la provincia acapara el 40,6% de las migraciones desde el extranjero con destino a Andalucía. Le sigue a considerable distancia Almería con el 17,2%. Del otro lado de la balanza, Córdoba fue la que menos entradas recibió desde fuera de España con un 2,5% de este tipo de migraciones.
En cuanto a los emigrantes, diez mil personas más salieron de Málaga en 2021 en comparación con el año anterior, marcado eso sí por la crisis sanitaria. De este colectivo, el grupo de edad más numeroso fue el de mayores de 65 años, si bien el segundo y el tercer tramo más representado estuvo el que va de los 30 a los 39 años. En ese sentido, más de 15.000 residentes en la provincia situados en la treintena cambiaron de aires durante el año pasado, en una cifra muy similar a la del ciclo anterior.
Málaga es un lugar al que ir, pero también al que volver. Es otra de las conclusiones que pueden extraerse de los datos recogidos en la Estadística de Variaciones Residenciales recién publicada por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA). Porque de los 7.683 andaluces que el año pasado decidieron regresar a la comunidad, casi el 40% eligieron Málaga como destino.
De hecho, Málaga duplica en términos globales el volumen de andaluces retornados, en comparación con la segunda provincia que más paisanos recibió de regreso; en concreto, a Málaga retornaron 2.931 andaluces, mientras que 1.482 se decantaron por Sevilla.
Por edades, casi la mitad de los emigrantes andaluces retornados a Málaga durante el año pasado (el 46,30% para ser exactos) tenía entre 25 y 55 años; es decir, población en edad de trabajar. De hecho, los emigrantes retornados en edad de jubilación apenas representan el 8,8% de los andaluces que regresaron a la comunidad el año pasado y que pusieron rumbo a la provincia malagueña.
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