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Tras muchos años de paz social (con la excepción de conflictos puntuales) que ni siquiera la pandemia rompió, la conflictividad laboral está repuntando en las ... empresas malagueñas, con los sueldos como principal caballo de batalla. La fuerte subida del IPC, el euríbor y el alquiler de vivienda ha pillado a la mayoría de trabajadores de la provincia con salarios congelados o subidas simbólicas, infligiéndoles una brusca caída del poder adquisitivo que puede entenderse sólo con contraponer dos datos: la subida salarial media pactada el año pasado en Málaga fue del 2,54% y la inflación, del 8,8% (media del año). Este año la escalada continúa: en marzo, en Málaga, los precios han crecido un 4% respecto al mismo mes de 2022, en el que el IPC ya se había disparado.
La consecuencia de este desajuste entre la evolución del coste de la vida y de los sueldos, en una provincia que además está en el vagón de cola en cuanto a retribución media, es un clamor por la subida salarial que se está canalizando a través de la negociación colectiva. Entre los últimos convenios firmados están el de oficinas y despachos, que incluye una subida del 14,5%; el de Cruz Roja, con un incremento medio pactado del 12%; o el de pastelería, con un 5,7% para 2022 y otro 4% adicional este año. También hay que mencionar las subidas pactadas a nivel nacional que afectan a los empleados de banca y cajas de ahorros o a los de grandes empresas como Mercadona, Inditex, Telefónica, Carrefour, Dia o Lidl.
En estos acuerdos no ha habido grandes conflictos, pero esa no es la tónica general. Es habitual y lógico que las reivindicaciones salariales choquen con la negativa de las empresas. Un ejemplo ha sido el convenio provincial de automoción, cuya negociación se estancó y desembocó en una huelga a finales del año pasado. Hasta finales del mes marzo no se ha llegado a un final feliz: los seis mil trabajadores de este sector se beneficiarán de una subida que alcanzará el 15% en tres años.
El sector del transporte discrecional de viajeros (autobuses) no llegó a la huelga, pero la amenaza llegó a resonar en la negociación de este convenio, que también incluye una subida salarial importante: del 21%.
«La conflictividad laboral se ha instalado en más de 535 empresas en lo que va de año en la provincia», apunta el secretario provincial de CC OO, Fernando Cubillo. Los líderes sindicales no ocultan que siguen una estrategia deliberada. «Sin presión no hay acuerdos», afirma su homóloga en UGT, Soledad Ruiz. «Los convenios con subidas importantes siempre son fruto de movilizaciones», añade Cubillo.
Ruiz asegura que el mensaje que están transmitiendo las plantillas a sus delegados es «que mantengamos una posición fuerte». «Es una cuestión de números: la gente no llega a fin de mes y pierde el miedo», apunta.
A esta postura más reivindicativa de los trabajadores malagueños contribuyen dos factores, además del empobrecimiento sufrido en los dos últimos años. El primero es el hecho de que el empleo en Málaga está en máximos históricos y, a pesar de que sigue habiendo un alto nivel de paro, hay sectores, como la hostelería, la construcción o la logística, donde los trabajadores encuentran fácilmente otro trabajo si son despedidos. Eso hace que haya menos miedo a exigir mejoras laborales.
El segundo factor es un cambio en las reglas del juego de la negociación colectiva que ha favorecido a la parte sindical: la recuperación de la ultraactividad de los convenios, que significa que si la negociación de un convenio se atasca y se eterniza, el anterior se prorroga automáticamente. Antes de este cambio, introducido en 2022, cuando pasaba un año desde la denuncia de un convenio colectivo y no había acuerdo, dicho convenio perdía su vigencia y los trabajadores pasaban a regirse por el convenio de ámbito superior que fuera de aplicación. «El miedo a perder los derechos adquiridos ejercía una presión que jugaba a favor de las empresas», explica Ruiz.
Fernando Cubillo
Secretario general CCOO Málaga
Además, hay otro elemento que está ejerciendo un «efecto tractor» en los convenios: la subida del salario mínimo. «Quienes ganaban 800 euros hoy tienen que ganar 1.080. Y eso está arrastrando hacia arriba las categorías cercanas al salario mínimo. Cuando en una empresa un mozo o un peón pasan a ganar 1.080 euros, el que está en la siguiente categoría, por ejemplo el auxiliar administrativo, dice: 'Oye, súbeme a mí también que si no, voy a ganar lo mismo que los del escalón más bajo'. Por eso la media de subida en algunos convenios es del 10% o superior», explica Cubillo.
Soledad Ruiz
Secretaria general UGT Málaga
Para los próximos meses, los sindicatos anuncian una oleada de conflictividad laboral en varios sectores importantes para la economía malagueña: el comercio, que tiene convocada una huelga indefinida a partir del 21 de junio; la construcción, donde está costando llegar a un acuerdo respecto al calendario de la jornada reducida para evitar golpes de calor; la hostelería, donde los sindicatos quieren reabrir las tablas salariales ya pactadas; y el campo, donde el conflicto se centra en la interpretación de las normas de contratación de los trabajadores fijos discontinuos.
Javier González de Lara
Presidente de la CEA y la CEM
La patronal resta importancia a estas amenazas sindicales y consideran que forman parte de una escenificación. El presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga y de Andalucía, Javier González de Lara, considera que la conflictividad laboral «es mínima, por no decir nula» a día de hoy en toda la región, que está siendo «ejemplo de paz social y fluidez en las relaciones laborales». «La negociación colectiva se desarrolla con normalidad; de hecho, la realidad es que donde hay más conflictos es en el sector público», opina, poniendo como ejemplos las huelgas en la sanidad o la justicia.
Lo que dicen los datos es que entre enero y marzo se han registrado 46 convenios colectivos en la provincia de Málaga: 39 de empresa y 7 sectoriales, que afectan a 136.000 trabajadores. La subida media pactada ha sido del 2,42%, por debajo de la media nacional (3,06%). Pero no todos estos convenios han sido firmados en 2023; algunos se firmaron tiempo atrás y tienen efecto este año. Si sólo se comparan los que se han rubricado en 2023, la subida salarial pactada es bastante mayor: del 4,82% (en este caso el único dato disponible es la media nacional).
La posibilidad de un conflicto laboral en la hostelería no está descartada este verano en Málaga. Y es que pese a que hay un convenio en vigor hasta 2025, los sindicatos han anunciado su intención de renegociar las tablas salariales, que han quedado «desfasadas», para conseguir un aumento con arreglo al IPC. «Cuando las cosas fueron mal, como ocurrió en el año 2020, no tuvimos ningún problema en firmar una congelación salarial para 2021 y una subida del 1% para 2022. Pero cuando hay beneficio tenemos que exigir que se reparta. Por eso queremos abrir la mesa de las tablas salariales, ya que lo que se firmó en 2021, antes de que se desbocara la inflación y se recuperara el sector, se ha quedado desfasado», explica Fernando Cubillo. La patronal ya advierte que no está por la labor: «Los acuerdos están para cumplirlos. Cuando venza el convenio ya hablaremos», afirma González de Lara, que encuentra demagógico el argumento sindical de que hay que repartir beneficios. «En los dos años de pandemia los hoteles estuvieron cerrados y se endeudaron para sobrevivir. Los beneficios que se están ganando ahora son necesarios para devolver préstamos, retribuir a los accionistas...», explica.
Unos 10.000 trabajadores malagueños del comercio están llamados a una huelga indefinida a partir del próximo 24 de junio. La falta de avances en la negociación del convenio colectivo de este sector ha llevado a CC OO y UGT a adoptar esta medida de presión, aunque confían en llegar a un acuerdo con la patronal antes de llegar a esa fecha límite. El principal escollo en la negociación no es la subida salarial (hay cierto consenso en torno a la cifra del 3% para este año), sino las condiciones de los traslados. La patronal quiere ampliar el radio de 5 kilómetros a 15 para poder mover a trabajadores de un centro de trabajo a otro sin compensarles ni pagarles gasolina, pero la parte sindical se opone a esta posibilidad, que provocaría una «importante merma económica» para los empleados afectados, al tener que asumir los gastos de transporte hasta su lugar de trabajo.
Los sindicatos amenazan con movilizaciones en el campo si la patronal sigue «retorciendo» la norma en la aplicación de la reforma laboral en lo relativo a los trabajadores fijos discontinuos. «Los 90 días de trabajo que se establecen para hacer fija discontinua a una persona, ellos los interpretan como 90 días hábiles, en lugar de 90 días naturales, como dice el espíritu de la norma. No vamos a permitirlo», advierte Cubillo.
El acuerdo sobre subida salarial alcanzado en vísperas de este fin de semana entre la CEOE, CC OO y UGT puede ejercer un efecto pacificador en este escenario de creciente conflictividad laboral. Justamente un pacto a nivel nacional fue una de las principales reclamaciones de los sindicatos el pasado 1 de mayo. «Hace falta un acuerdo por arriba que facilite la firma de pactos para subir salarios en las empresas», resumía el líder de CCOO Málaga, Fernando Cubillo.
El principio de acuerdo contempla recomendar una subida salarial del 10% para los trabajadores repartida a lo largo de tres años: un 4% para este año, un 3% para 2024 y otro 3% para 2025. Además, el nuevo acuerdo de negociación colectiva (AENC), que será el quinto de la historia, incluye una cláusula de revisión salarial que podría elevar la remuneración de los trabajadores hasta un 1% más cada año si la inflación se eleva por encima de dichos porcentajes
Según recuerda el presidente de la CEA, Javier González de Lara, este acuerdo servirá de «guía» o «referente» en la negociación de los convenios colectivos, pero no es una varita mágica que acabará con la conflictividad laboral, ya que sus pautas no son de obligado cumplimiento. Sí se espera que allane el camino de la negociación colectiva: «Es un punto de partida que puede solucionar muchos conflictos si todas las partes respetamos el acuerdo», opina Soledad Ruiz, secretaria provincial de UGT.
El presidente de los empresarios malagueños y andaluces reivindica que también para ellos era «una prioridad» alcanzar un acuerdo salarial, sólo que no querían hacerlo «por imposición del Gobierno». Y pide comprensión para las empresas, que en «muchos casos, sobre todo las pequeñas» aún no se han recuperado financieramente de la crisis de la pandemia. «La inflación es un problema sobrevenido que no hemos provocado nosotros. Y a las empresas nos están penalizando mucho a nivel fiscal y la productividad está muy tocada. La Administración debería ayudar si quiere que seamos generosos», opina González de Lara.
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