Una vista panorámica a una finca de olivos en la zona norte de la provincia. SUR

Las buenas previsiones de la cosecha vaticinan una caída en el precio del aceite de oliva

Las lluvias de Semana Santa han mejorado la situación del olivar y la producción crecerá, aunque lejos aún de los rendimientos pre-sequía

Lunes, 29 de julio 2024, 00:17

Ha llovido mucho y bien en el momento preciso». Es la frase que más repiten los agricultores consultados por este periódico cuando se les pregunta por las perspectivas que ofrecen los olivares de la provincia cara a la próxima cosecha. El inicio de la misma ... será el próximo mes de octubre. Las buenas sensaciones vienen acompañadas ahora por estimaciones y números fiables que apuntan a que la del 2024/2025 será la primera campaña que invierte las producciones a la baja de los últimos años, cuando la falta de lluvia había marcado la realidad del campo. Dcoop, que ya maneja previsiones, ha compartido con SUR la correspondiente a la provincia de Málaga. El gigante del sector estima que la próxima campaña de la aceituna aumentará en un 30%. En el caso de la cooperativa con sede en Antequera, esto significa que pasará de las 20.000 toneladas de cosecha a unas 27.000.

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«Mejoramos la campaña del año pasado. Una tónica que será general en el resto de las provincias. Aunque en Málaga ha llovido menos que en otras, por lo que el aumento de la producción será algo menor», indican las fuentes consultadas. Ampliando el foco a toda la provincia, teniendo en cuenta que la pasada cosecha fue de 36.000 toneladas, el incremento del 30% se traducirá en una cosecha de unas 46.800 toneladas.

Unas cifras que sitúan a Málaga en registros de la campaña 2016/2017. Tampoco son datos para descorchar las botellas de champán, pero sí que alejan a la provincia de la tónica de las últimas dos campañas. Cabe recordar que éstas se habían convertido, sucesivamente, en las peores del siglo para el sector.

No obstante, las 46.800 toneladas que se prevén en Málaga para la cosecha que viene quedan lejos de las campañas anteriores a la sequía. La última que queda catalogada como «normal» por parte del sector se remonta a la temporada 2021/2022. Entonces, la producción en la provincia ascendió hasta las 57.400 toneladas. Para establecer algo de contexto: la mejor cosecha de este siglo se dio en la temporada 2011/2012. Entonces, se recolectaron 94.300 toneladas de aceitunas.

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La próxima campaña quedará aún lejos de aquellas cifras, pero sí otorga un respiro al sector. La situación del olivar es distinta a la de anteriores campañas. Málaga no ha dejado atrás a la sequía, pero las circunstancias acompañaron con las lluvias abundantes que cayeron por Semana Santa. «La presencia del olivo en estos momentos es buena. Es un árbol que aguanta muy bien las altas temperaturas, pero ya estaba muy debilitado después de dos años sin agua alguna. La lluvia de Semana Santa llegó en el momento justo y el olivo tuvo una muy buena floración», explica a este periódico José Antonio Mata, un agricultor de Villanueva de Tapiao.

El sector tiene la esperanza puesta en el próximo otoño y reza para que la estación venga acompañada de nuevas lluvias que rematen el tamaño de la aceituna. Pero aunque estas precipitaciones no se produzcan, se mejorará sí o sí las cosechas más recientes.

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Precios

La campaña que viene, en todo caso, adquiere una gran relevancia. A pesar del incremento de precios, el consumo de aceite se ha mantenido estable. Con menos existencias, pero con una demanda similar, los tanques en las cooperativas están vacías. «Vamos a llegar, pero no va a sobrar ni un litro», expresó el presidente de Dcoop, Antonio Luque, en una entrevista reciente.

Con una cosecha «aceptable» en el horizonte, la pregunta es ahora cuál va a ser la evolución del precio. En estos momentos, el litro de aceite virgen extra sigue en torno a los diez euros. Una vez que entre la nueva producción, se espera que por primera vez en más de dos años se pueda producir un alivio para el bolsillo del consumidor. «Habrá una bajada importante en el precio en el mes de enero», aseguró Luque. Por lo tanto, el mercado se enfrenta a una reducción, pero no será a corto plazo. Habrá que esperar, al menos, hasta los primeros compases del 2025.

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El elevado coste del aceite virgen extra no frena el alto consumo

Los consumidores españoles se mantienen leales al aceite de oliva virgen extra, a pesar del alto coste que tiene en estos momentos. Ni mantequilla ni aceite de soja. Ninguna de las alternativas más económicas ha desbancado al aceite de oliva virgen extra como materia prima para cocinar o consumir crudo.

Así se desprende del informe que la agencia estatal Mercasa elabora anualmente basándose en la información aportada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) a través de los Paneles de Consumo Alimentario. Apenas 0,5 litros menos se consume por persona en los últimos años, que han coincidido con una escalada del precio sin precedentes.

El año pasado, los hogares españoles consumieron 325,7 millones de litros de aceite de oliva y gastaron 1.432,9 millones de euros en este producto. En términos per cápita, el consumo alcanzó 7,3 litros y el gasto ascendió a 31 euros. El consumo más elevado corresponde al aceite de oliva virgen (3,7 litros por persona y año), seguido del aceite de oliva no virgen (3,6 litros per cápita). En cuanto al gasto, el aceite de oliva virgen concentra el 54,5%, con un total de 16,9 euros por persona, mientras que el aceite de oliva no virgen supone el 45,5% restante con un total de 14,1 euros por persona.

Aunque el consumo se mantiene elevado, los agricultores se enfrentarán a una situación compleja si, finalmente, el precio empieza a caer a partir del próximo año. Hasta el momento, han podido compensar las bajas producciones con un precio alto en origen.

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