Una protesta con división de opiniones

Algo más de un millar de personas acudieron a la llamada –impulsada a través de redes sociales y sin un organizador definido– para protestar contra el Gobierno y aunque prácticamente todos llevaron mascarillas, en varios momentos de la marcha no se respetaron la distancia de separación.

En este sentido, médicos consultados por este periódico y que pidieron mantener el anonimato sostuvieron que desde un punto de vista estrictamente sanitario, «no es el momento de que haya aglomeraciones de personas en concentraciones y manifestaciones sean del tipo que sean». De ese modo, los facultativos consideran que actos como el celebrado en la tarde de jueves en la calle Larios suponen un riesgo para la salud pública y favorecen los contagios del coronavirus.

«Epidemiológicamente, no puede ser que haya una aglomeración de 1.000 personas en la calle Larios. Eso es una barbaridad, un escándalo; no puede ser. Estamos aún en la fase 1 de la desescalada y el virus no está vencido», indicó un especialista en salud pública.

Un médico de familia precisó que, aunque es crítico con muchas de las decisiones del Gobierno, «ahora no es el momento de salir a la calle a protestar, porque la pandemia aún no se ha acabado». A su juicio, es «una irresponsabilidad que se agrupen muchas personas. Desde una visión sanitaria, eso es un error; habría que evitar las manifestaciones y concentraciones hasta que se venza al virus. Ya habrá tiempo de protestar y de pedir responsabilidades al Gobierno». Y añadió: «Hay gente que se está relajando demasiado y no respeta las normas».

Otro facultativo de atención primaria hizo hincapié en que con aglomeraciones como la habida en la calle Larios se pone en peligro el trabajo hecho por los profesionales sanitarios en la lucha contra el coronavirus. «Me parece mal acciones que puedan favorecer los contagios», aseguró.

Desde la política, los portavoces de los partidos de izquierda, PSOE y Adelante, en el Ayuntamiento de Málaga, Daniel Pérez y Eduardo Zorrilla, coincidieron en calificar de «irresponsabilidad» la celebración de esta protesta y subrayaron que están a favor del derecho de manifestación y de crítica pero que el acto del jueves era «ilegal».

Para el alcalde de la capital, Francisco de la Torre, el estado de alarma es «compatible con ese tipo de expresión de disconformidad y de crítica, faltaría más» y pidió que quien decida hacerlo cumpla «siempre» las normas sanitarias para no crear riesgos y tratar de incomodar lo menos posible a la ciudad en cuanto a movilidad y transporte.

En el PP, su coordinador provincial, José Ramón Carmona no apoyó abiertamente la marcha pero dijo que hay un «evidente» enfado creciente de los ciudadanos con la gestión del Gobierno y que se deben cumplir las medias sanitarias de protección. Desde Ciudadanos, la portavoz municipal, Noelia Losada dijo respetar el derecho de cada uno a manifestarse políticamente siempre y cuando se respeten las normativas, «especialmente las sanitarias». Vox fue el único partido que respaldó abiertamente la marcha porque, según su presidente, José Enrique Lara, «la gente está harta y no puede permanecer impasible ante una crisis sanitaria que ya es una crisis económica profunda».