Hablan los propietarios de coches eléctricos: «El que se compra uno no vuelve a los de combustión»

«Hasta cuatro personas de mi entorno se han comprado uno después de ver las bondades de los coches eléctricos», exclama, y cita el caso de una amiga que vive en Torremolinos y va a Estepona todos los días a trabajar. «Carga el coche una o dos veces a la semana en su casa y se está ahorrando un dineral».

Aunque son más caros que los de combustión, el periodista afirma que las cuentas salen, y sobre todo ahora, que están llegando otras marcas más económicas. «No sólo me lo volvería a comprar, sino que me compraría otro más», bromea. «Todo el que tiene un coche eléctrico no vuelve a los de combustión, porque derrumbas los mitos y las mentiras que hay». Desde que tiene el Tesla se ahorra más de 300 euros al mes en gasolina y en aparcamientos.

Frente a los temores por la baja autonomía y la escasez de puntos de recarga, Gallardo defiende la posibilidad de cargar en casa. «El coche está en el garaje un mínimo de ocho a diez horas por las noches, sales siempre cargado al 100%». En el caso de tener que viajar con frecuencia, como es su caso, entre Madrid y Málaga, recomienda comprar un Tesla, porque la marca tiene una red de supercargadores, donde en 15 minutos puedes recuperar batería y seguir el trayecto. «Yo hago una parada de 11 minutos en Guarroman, y con eso me da para llegar con el 25%. Animo mucho a la gente a derrumbar los mitos y que se atrevan a dar el paso».

Además, aduce que cada vez hay más puntos de recarga públicos. «El Muelle Uno se ha llenado de cargadores, con diferentes capacidades (normal, semirrápida y rápida); y además Iberdrola y el Ayuntamiento de Málaga han activado numerosos enchufes». En este punto, advierte de que falta educación y a menudo se encuentra usuarios que aparcan en estos puntos sin utilizar realmente el enchufe.

A su juicio, incluso sin tener un garaje privado con un cargador ya es posible abastecerse únicamente con la red pública, al menos en Madrid. «En dos años va a haber un boom de cargadores en las calles, y conforme haya más demanda y quejas por la saturación, se irán extendiendo». En cambio, detecta un punto negro está en la costa de la Axarquía, donde no hay apenas instalaciones de este tipo.

El empresario malagueño Joseba Laserna, director general del Grupo Lagar, también tiene un coche eléctrico desde hace un año y medio, que utiliza habitualmente para hacer recorridos provinciales, entre la capital y Marbella, Sotogrande, la costa de Granada y Almería. Tanto es así que le ha hecho nada menos que 40.000 kilómetros en este periodo. «La clave del coche eléctrico es organizarse bien y saber gestionar los viajes: si tienes previsto consumir más de una batería, tienes que mirar antes dónde vas a recargar por el camino», explica.

Normalmente, Laserna lo recarga en la oficina, lo que le da una autonomía inicial de unos 420 kilómetros, que es lo que puede hacer en ciudad, aunque en carretera se reduce a unos 320-350, «dependiendo de lo que le pises». Por tanto, si está al 100% puede hacer sin miedo el trayecto entre Málaga y Marbella. «El problema viene cuando tienes que hacer varios trayectos largos en el mismo día».

Lo peor, a su juicio, es que todavía hay pocos puntos públicos, y eso es un problema importante. «Hay que instalar más cargadores para trayectos intermedios, al menos está el 'supercharger' en El Higuerón, que con 15-20 minutos recuperas, pero si no existiera sería muy complicado». Laserna critica que en Marbella apenas hay puntos, aunque en la capital malagueña «se han puesto las pilas» con el acuerdo de Iberdrola, «que ha desplegado bastantes y funcionan muy bien, aunque todavía son pocos».

El empresario recomienda que, para fomentar el coche eléctrico habría que instalar más puntos de carga gratuita, como hacen en otros países. Es el caso del centro comercial Larios, «donde puedes enchufarlo y solo pagas por el 'parking', la carga es gratis, y eso mismo debería hacer el Ayuntamiento con los aparcamientos de Smassa».

A su juicio, este es el principal punto negro. «Yo todavía no he sido capaz de cargar en uno de estos, están fatal, tienes que pedir una tarjeta que no está allí sino en la central, y encima te lo cobran aparte del aparcamiento, cuando sería fácil llegar a acuerdos con las eléctricas, que es como funciona en cualquier país europeo».