La nueva generación dorada de Málaga se apunta al 10

Estos premios –entregados entre otros por el alcalde, Francisco de la Torre, en el Jardín Botánico-Histórico de la Concepción–reconocen el «esfuerzo, talento y capacidad de superación» del conjunto de la comunidad educativa, personalizado en los estudiantes que han logrado una media de 10 en su expediente académico al finalizar sus estudios en las etapas de Educación Secundaria y de Bachillerato.

En este curso 2022-2023, un total de 148 jóvenes pertenecientes a 39 centros educativos de la ciudad han obtenido una nota media de 10 en su expediente de ESO y Bachillerato, concretamente, 26 estudiantes de ESO y 122 de Bachillerato. De ellos, 92 son mujeres y 56 hombres. Cuando estos reconocimientos se iniciaron en el 2009, los expedientes con media 10 fueron 7, alcanzando en esta edición 2023 los casi 150.

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La reivindicación del esfuerzo, pero también de la juventud, protagonizaron algunos de los emotivos discursos de la gala. Una de estas emocionantes intervenciones fue la de Yago, estudiante de ESO que acabó este ciclo de enseñanza con una media de 10. «Hace un mes no podía imaginar que estaría dando este discurso, entre otras cosas porque, como todos los estudiantes, estaba pensando en las vacaciones. Sin embargo, detrás de cada nota se esconde el verdadero mérito para este premio. En cada nota se esconde el esfuerzo y el perfeccionismo para dar siempre lo máximo posible», señaló el joven, que recordó que detrás de cada nota se encuentra el trabajo duro, «tanto nuestro como de las personas que nos han acompañado, como nuestros profesores que tanto nos han enseñado y apoyado durante el otro recuadro educativo».

Tanto Miguel Gil (director de Actividades Sociales de la Fundación Unicaja) como el propio De la Torre destacaron la importancia de apostar por la calidad y por la excelencia, conceptos que también pusieron sobre la mesa Clara y María Cristina, las dos jóvenes estudiantes de Bachillerato elegidas para dar voz a su compañeros. «Los resultados de nuestro trabajo –y muchas personas aquí presentes lo podrán confirmar– ha venido de la mano de las renuncias en muchas ocasiones», señaló la primera.

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«Somos el presente, pero además somos el futuro de una sociedad que viene marcada por una revolución tecnológica en la que nos hallamos inmersos desde aquí». No obstante, la estudiante insistió en la necesidad de reivindicar el valor de las humanidades. «Y no como una alternativa a la ciencia ni a los avances tecnológicos mencionados, sino como un complemento absolutamente indispensable en el ámbito científico y tecnológico, y necesita más que nunca del espíritu de la filosofía, del valor de la palabra como base del pensamiento, del conocimiento que proporciona la historia o de la sensibilidad creativa proveniente del arte», señaló. Y así aseguraron que lo harán, aunque en su caso más alejadas de las ciencias. Una estudiará Filología Inglesa; la otra, Hispánica. La excelencia malagueña también está en las letras