La psicosis de la guerra ya se deja notar en los supermercados de Málaga. El temor al desabastecimiento de determinados productos ha provocado que numerosas familias hagan acopio de aceite de girasol, ya que Ucrania y Rusia son sus mayores productores a nivel mundial. La ... situación comienza a ser tan preocupante que algunas de las principales cadenas de alimentación, como Mercadona, Carrefour o Lidl, se han visto obligadas incluso a limitar la venta a un máximo de cinco litros por cliente.
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Desde la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) señalan que esta medida se toma debido al «comportamiento atípico del consumidor». Pese a ello, aseguran que la demanda anómala afecta a un número muy limitado de productos relacionados con el aceite de girasol procedente de Ucrania y existen alternativas tanto de origen como de producto. «La cadena alimentaria española es extraordinariamente eficiente y tiene suficiente capacidad para proveer al mercado de dichos productos», apuntan.
Los responsables de la asociación añaden que España es el primer productor mundial en varias de las familias de productos que componen las categorías de grasas vegetales y que las instituciones europeas, el Gobierno y los sectores más directamente afectados están adoptando medidas para paliar esta situación concreta.
Ante dicha situación, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha lanzado un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos. Considera que a día de hoy no debería existir un déficit de aceite de girasol en los supermercados, «ya que el que se vende ahora procede de la cosecha del pasado verano, antes de la guerra». Pero además, incide en que, hasta la siguiente cosecha, «podría impulsarse la producción nacional o la comercialización de otros aceites vegetales asequibles, como el de soja, el de colza o el de orujo de oliva». De hecho, la organización recuerda que nuestro país es el primer productor mundial de aceite de oliva.
Desde la organización lamentan la restricción de las ventas que están realizando determinadas cadenas porque «generan una creciente alarma entre los consumidores y favorece, por lo tanto, la subida de su precio». «Un precio que viene ya incrementándose notablemente desde el año pasado por circunstancias ajenas a la guerra de Ucrania», añaden.
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En este sentido, advierten a los consumidores que el aceite de girasol tiene una fecha de consumo preferente de alrededor de un año desde su envasado, y que pasado este periodo empieza a perder calidad. «Un motivo más para no almacenar aceite de forma compulsiva».
Con independencia de los anuncios efectuados, este periódico ha podido comprobar que la carencia de este producto ya es palpable en numerosos supermercados de la provincia. Como ya ocurrió durante la pandemia con el papel higiénico, los estantes se reponen a diario, pero el ritmo de compra es muy superior al de reposición e incluso a la capacidad de almacenaje que tienen los supermercados. Por eso, el producto se suele agotar hasta que se puede reponer al día siguiente.
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