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El 23 de junio de 2011 era jueves. Ese día se constituyó la nueva corporación de la Diputación de Málaga salida de las urnas en las elecciones municipales del 22 de mayo de ese año. En aquella jornada, la institución provincial abrió una nueva etapa ... política ya que por primera vez en la historia democrática el PP gobernó con mayoría absoluta; antes, en el periodo de 1995 a 1999, el popular Luis Vázquez Alfarache estuvo al mando en minoría. Elías Bendodo se convirtió en el octavo presidente del ente supramunicipal aquel caluroso día de verano. Hoy se cumple una década de aquel episodio y diez años consecutivos de mandatos del PP en la Diputación, con sus luces y sus sombras y con una pandemia de por medio.
En el plano político, durante los primeros cuatro años el PP gobernó con mayoría absoluta gracias a los 18 diputados que logró frente a los 10 del PSOE y los tres de IU. En 2015, con la fragmentación política provocada por la irrupción de los nuevos partidos, los populares, que se quedaron a un escaño de repetir la mayoría absoluta, gobernaron gracias al pacto de investidura con Ciudadanos. En las últimas municipales, la formación naranja se integró en el equipo de gobierno del PP, al principio con sus dos diputados, y ahora con el que queda, Juan Carlos Maldonado, y el no adscrito Juan Cassá, que abandonó las filas liberales.
En esta década, dos han sido los presidentes del PP que han dirigido la institución. Elías Bendodo, que estuvo al frente de la Diputación hasta el 2 de febrero de 2019 cuando entregó la vara de mando a Francisco Salado, tras haber sido nombrado portavoz y consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía. En el ámbito de la oposición, el PSOE también ha tenido dos portavoces en este periodo: Francisco Conejo y José Bernal; uno ejerció en Ciudadanos en el anterior mandato, Gonzalo Sichar; mientras que en IU o ahora Adelante Málaga ese papel lo asumieron, por orden cronológico Antonia Morillas, Guzmán Ahumada y Teresa Sánchez. En el periodo 2015 a 2019 tuvo representación la confluencia Málaga Ahora con la diputada Rosa Galindo.
Sobre la gestión, dos de los principales hitos del PP en la Diputación han sido el saneamiento financiero de la institución con la consecución de la deuda cero y la puesta en marcha de proyectos de provincia, con marcas que ya se han afianzado como el Caminito del Rey, la Gran Senda, la Senda Litoral o Sabor a Málaga, generadores de riqueza y dinamismo en sus ámbitos de influencia. Mientras que en el otro lado de la balanza, desde la oposición se denuncia el desmantelamiento de servicios públicos con el cierre de la residencia de mayores de Colmenar, el centro de personas con discapacidad Guadalmedina, la Escuela de Enfermería o el centro básico de acogida, las rebajas en las políticas de igualdad o el olvido de las zonas rurales en favor de las urbanas «desnaturalizando» el sentido de la institución.
En junio de 2018 la Diputación de Málaga logró la deuda cero. Cuando hace diez años el PP llegó al gobierno de la institución se encontró una deuda heredada de los anteriores gestores (PSOE e IU) de 307 millones de euros, de los que 232 se debía a los bancos, 61,4 millones, al Estado y 13,4 millones, a los proveedores. Las políticas de ajuste y eficiencia permitieron el saneamiento de las cuentas y posibilitaron al ente supramunicipal aprobar este año la petición de un préstamo a 13 años por valor de 100 millones de euros para inversiones y transferencias de capital a los ayuntamientos para afrontar la recuperación económica y social tras la crisis sanitaria provocada por la Covid-19.
Una pandemia que obligó a la Diputación a poner en marcha en 2020 el Plan Málaga dotado con 233 para rescatar a familias, ayuntamientos y empresas. Asimismo, para 2021, la institución cuenta con un presupuesto récord de 365 millones. Además, en estos diez años, las transferencias a los municipios se han incrementado: entre 2011 y 2019 alcanzó la cifra de 541 millones. Cantidad que ha aumentado en estos dos últimos años.
El plan de Primera Oportunidad para universitarios y estudiantes de FP; el plan para desempleados de larga duración y otro para parados por la pandemia; la inauguración del Caminito del Rey; la Senda Litoral (está al 90% de ejecución); la Gran Senda para promover el turismo activo; la creación de la marca Sabor a Málaga para apoyar al sector agroalimentario y de Málaga Moda para respaldar al mundo del textil y los creadores; el impulso a la Senda Azul para poner en valor la riqueza marina y submarina del litoral provincial; el lanzamiento de Málaga Viva para luchar contra el cambio climático; la inauguración de la pasarela sobre el río Guadalhorce; la apuesta por un plan turístico para la Sierra de las Nieves ante la declaración de Parque Nacional y el impulso al mayor parque fluvial de España en el Guadalhorce con el Corredor Verde son algunas de las iniciativas impulsadas por los gobiernos liderados por el PP.
A ello se unen otras actuaciones como el programa de Turismo Sénior (una especie de Imserso provincial); el plan contra la soledad de los mayores; la apertura del centro cultural La Malagueta; el nacimiento de La Térmica como centro de cultura contemporánea; la creación de La Noria como centro de innovación social; los planes Víables para la mejora de carreteras; el acuerdo para ceder los terrenos del Civil para construir el nuevo hospital de Málaga; el impulso al Museo de la Pasa; el aumento de la dotación del Plan de Concertación o la apuesta por acontecimientos como La Vuelta o el patrocinio del Málaga CF.
«El balance de gestión es muy positivo, pero si tuviera que quedarme con algo sería con la transformación experimentada por la propia institución. La Diputación ahora sí es el verdadero gobierno de la provincia, una institución que lidera la inversión, la planificación y el desarrollo de grandes proyectos transformadores para la economía, el territorio, la sociedad y la cultura de Málaga y sus 103 municipios», destaca Salado.
Para su predecesor, Elías Bendodo, la llegada del PP a la Diputación de Málaga ha supuesto «el gran revulsivo a esta administración supramunicipal, que se ha convertido en motor económico y en un órgano de verdadera utilidad para los ciudadanos».
Desde la oposición, el PSOE, liderado por José Bernal, denuncian que en estos años «la derecha ha desplegado lo peor de su política en la Diputación: políticas antisociales y antimunicipalistas, de retrocesos en materia de igualdad, de una política de personal basada en el enchufismo y el clientelismo y de escándalos políticos que ya están en los juzgados».
Teresa Sánchez sostiene que en este periodo «el PP ha empleado la Diputación para dar cumplimiento a sus intereses partidistas, ambiciones personales y dar rienda suelta a su hoja de ruta para el desmontaje de los servicios públicos».
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