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El centro está lleno de lunares, bailes y ruido. Preferimos quedar en un punto neutral para que la acústica sea mejor y parezca que la ciudad está tranquila, a pesar de que la feria ha arrancado. Plaza Mayor se presenta como la mejor ubicación, aunque ... el ruido de los aviones cada diez minutos recuerdan que la conversación ya está avanzada, a pesar de que aún quedan bastantes preguntas por responder. Producto de la curiosidad. Es lo que tiene estar navegando por redes y encontrarse con un enfermero que tiene más de 130.000 seguidores en Instagram. En persona, en directo y sin guión, Juan Calros Miranda (Málaga, 1983) es igual que en esos vídeos en los que comparte su día a día, con la naturalidad de quien sabe que tiene una comunidad tras la pantalla que aprovecha su experiencia y consejos para aprender de esa profesión «exigente, que requiere un alto grado de formación, con la vocación de ayudar a los demás». Él siempre lo ha tenido claro.
–¿De pequeño ya tenías claro que querías ser enfermero?
–Siempre. Cuando iba a sacarme sangre siempre me llamaba mucho la atención cómo se hacía, cómo se ponían las curas…
–No eras el típico niño que tenías miedo a las agujas…
–Recuerdo que una vez tuve una infección y un enfermero me puso una inyección que me dolió mucho, hasta en ese momento tenía claro que tenía miedo a la persona y no a la aguja (ríe).
–Más de 15 años desde que vives de tu profesión, ¿recuerdas cuál fue tu primera experiencia profesional?
–Cómo olvidarlo…Me estrené trabajando en la feria de Alhaurín de la Torre, cubriendo la fiesta de día y los cacharritos, las peleas y caídas eran diarias, y fue la mejor forma de aprender. Desde primero de carrera hacíamos prácticas, que al final era como trabajar y estudiar a la vez, con lo que te vas curtiendo porque sales de la universidad sabiendo mucho y te das cuenta que en realidad no sabes nada. Después he estado 16 años en el Hospital Costa del Sol de Marbella, donde he trabajado como enfermero de urgencias hasta hace un año y medio, que ya conseguí mi plaza en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria (El Clínico).
–Y así te conocen más de 100.000 personas, como Enfermero de Urgencias, tu nombre en Instagram, ¿en qué momento decides abrirte esa cuenta?
–Fue como surgen casi todas las buenas ideas, tomándome una cerveza con un amigo que me contó que había abierto un blog sobre cocina, lo que estaba haciendo que las marcas le contactaran y le regalasen cosas. Me incitó a que hiciera lo mismo, pero de enfermería, me animé y al día siguiente lo abrí, a lo que fui uniendo las redes sociales, de eso hace ya 13 años.
– De ahí a tener una comunidad tan grande…¿Cuál es el secreto del éxito?
–Casi todos los días aparezco, me gusta dar visibilidad a esta profesión exigente, que requiere un alto grado de formación, con la vocación de ayudar a los demás, compartiendo procedimientos, resolviendo dudas y explicando cómo es el día a día de un enfermero. Para nosotros puede ser algo normal, para alguien que esté empezando puede ser muy útil. Hay gente que sube de seguidores muy rápido, lo mío ha sido progresivo.
–También te ha servido de escaparate para dedicarte a la docencia.
–Totalmente, siempre me ha encantado enseñar y gracias a esta visibilidad en redes también me dedico a dar formación y congresos, imparto cursos y allá donde me llamen, yo voy. De hecho, también soy director del Máster Enfermería de Urgencias de Mediacarama.
–¿La enfemería necesita una mayor visibilidad?
–Totalmente, la población no conoce el trabajo que hacemos en nuestro día a día, intentan desprestigiarnos como si fuéramos médicos frustrados y siempre digo que prefiero ser un buen enfermero cuando me dicen que podría ser un buen médico, porque me gusta el trato cercano al paciente a pie de cama.
–Llevas un año y medio en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), ¿echas de menos Urgencias?
–Ya no tengo la adrenalina de no saber qué va a entrar por la puerta y un número ilimitado de pacientes, en Urgencias tratas pacientes críticos con los que realizas multitud de técnicas que luego te van a ayudar a desenvolverte en otras áreas como vendajes, suturas o esa gestión del caos, que me parece muy importante. Al final, aguanté tanto en urgencias porque es adictivo, pero tienes que tener la mente preparada, y eso se va aprendiendo con el tiempo.
–Enfermero con turnos rotativos, clases y unas redes sociales que mantener activas, ¿eres de agenda en mano o te dejas llevar?
–Soy bastante caótico, mis amigos me dicen que me tengo que organizar y que me iría mejor, pero por ahora me va bien así, es verdad que siempre me ha gustado trabajar bajo presión, pero cada vez pongo más límites, ya no es como antes, que luego vienen los agobios y el estrés.
–Espero que esta entrevista la tuvieras bien apuntada.
-Por supuesto (ríe), este es el ejemplo de cosas importantes que apunto en la agenda de mi móvil.
–Bien, y para tu tiempo libre, ¿qué actividades entran en tu planificación caótica?
–Soy muy playero, me gusta mucho disfrutar y me encanta ir a entrenar, voy a crossfit porque es una hora muy intensa a la que llego súper estresado y me voy más suave que un bebé chico. La cerveza fresquita y el vino tinto también son buenas acompañantes.
–¿Una buena ruta para salir por el centro y con quién compartirla? Puede ser algún famoso con quien lo veas imposible.
–Empezaría en Casa Guardia, la Tranca y a bailar a algún sitio como Copenhague o Tennessee y me llevaría a Paco León, que seguro que me reiría mucho con él.
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