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La pérdida de arena es un «riesgo grave» en la mitad de las playas de Málaga, mientras que otro 40% tiene un «riesgo moderado» y un 5%, leve. Por tanto, sólo hay un 5% de arenales que se libran de esta tendencia mundial, marcada por ... el aumento del nivel del mar derivado del cambio climático. Es la principal conclusión de la Estrategia para la Protección de la Costa de Málaga, un extenso documento que radiografía, una por una, toda la franja del litoral costasoleño, y que el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha presentado hoy a los alcaldes y concejales responsables de esta labor en la provincia.
El informe, que estará disponible para su consulta esta semana en la web del Ministerio para la Transición Ecológica y en el que han participado los municipios, la Diputación, la Junta y colectivos ecologistas y empresariales, fija el problema de la erosión costera como uno de los mayores retos a los que se enfrenta Málaga, que tiene en sus playas el principal atractivo turístico. Desde el Ejecutivo se señala como el impacto más grave el de las ocupaciones en dominio público, y en especial el de las redes de saneamiento y abastecimiento que todavía discurren por esta franja, y donde el desafío es lograr reconducirlas cuanto antes.
«La línea de costa está retrocediendo en Málaga como en la mayoría del litoral español, por el proceso de cambio climático que nos está afectando, aunque eso no quiere decir que vaya a desaparecer mañana, sino que se está perdiendo arena», afirma Ángel Muñoz Cubilla, subdirector general para la Protección de la Costa y el Mar del Ministerio, que fue el encargado de hacer la exposición técnica.
El litoral malagueño ha quedado divido en 17 unidades Costeras, y a su vez en 83 unidades de gestión. Para cada una de ellas se estudia el riesgo de regresión e inundación, teniendo en cuenta su vulnerabilidad, asociada a una erosión crónica o por eventos concretos (temporales). Para paliar los daños, se aplican 11 categorías y 21 medidas, entre ellas varias soluciones basadas en la naturaleza. Costas dará prioridad a 35 unidades de gestión a corto plazo, las que están en peor situación, mientras que hay 25 con riesgo medio y 30 con riesgo bajo. Entre las obras más urgentes, las que permitan la liberación del dominio público de las redes de saneamiento y abastecimiento urbano; así como lo que dio en llamar «una reconstrucción mejorada frente al cambio climático».
El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, puso de relieve la necesidad de calibrar las obras de estabilización que se hagan, ya que anteriormente «actuaciones en puntos concretos han generado problemas en otros puntos de litoral, los proyectos que se acometen afectan al conjunto, y no pueden hacerse aisladamente». A lo que añade los efectos del calentamiento global: «Los cálculos de elevación del nivel del mar se están anticipando en el tiempo».
En lo más urgente, lo que atañe al último temporal, los trabajos de emergencia sobre el terreno comenzarán la próxima semana, según anunció Morán, con un presupuesto de 2,1 millones, para «dejar en mejores condiciones el aprovechamiento de las playas de cara a la temporada de baño». Aunque recalcó que la dinámica litoral ha devuelto buena parte de la arena que se habían llevado las olas.
A ello, se unen las obras de consolidación o restauración estructural en siete puntos. Entre estos, destacó las de Marbella, con un importe de siete millones, en la playa La Venus hasta El Ancón, que está en trámite de evaluación ambiental. Otros seis millones en San Pedro Alcántara, en el mismo nivel de tramitación. En Benalmádena, la ampliación del dique de Malapesquera (un millón de euros) que se licitará con carácter inmediato con cargo a los fondos Next. Los Baños del Carmen (tres millones), también en evaluación ambiental. Por último, está en redacción la ampliación del paseo marítimo de Rincón de la Victoria y el de la playa de Los Cordobeses, en Mijas.
El secretario de Estado, que estuvo acompañado en la presentación por el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, advirtió de que la elevación del nivel del mar supone que es necesario poner en marcha mecanismos de defensa, así como repensar la capacidad de ocupación del borde litoral, «porque veremos como la línea de mar avanza, por lo que algunas ocupaciones a medio y largo plazo se tendrán que reubicar».
La elaboración de la Estrategia ha sido coordinada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y ejecutada por un consorcio europeo liderado por la Coastal & Marine Union (EUCC) junto con el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria), la Universidad de Cádiz y la red MedCities con el apoyo de fondos europeos.
A la reunión asistieron casi todos los alcaldes o concejales responsables de playas de la Costa del Sol (Málaga, Marbella, Vélez-Málaga, Rincón de la Victoria, Benalmádena, Fuengirola, Mijas, Estepona, etc), así como técnicos, representantes de la Diputación y de la Junta, empresarios y ecologistas. Entre los responsables públicos, la demanda generalizada fue celeridad para tramitar y acometer las obras, ya que algunos estudios de impacto ambiental tardan varios años.
El primero en tomar la palabra fue Francisco Salado, presidente de la Diputación, quien reiteró su ofrecimiento y el de muchos ayuntamientos a participar en la redacción de proyectos y su financiación para acelerar los trabajos, ya que «cada minuto que pasa nos perjudica; los turistas y los ciudadanos son cada vez más exigentes con la protección del entorno natural y las playas son el principal motor económico. Cada año de temporal debilita el destino, necesitamos las playas para seguir subsistiendo, hay que acelerar al máximo las actuaciones».
«Marbella no puede esperar más», exclamó la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, quien recordó que el saneamiento ha resultado dañado en los dos últimos temporales. «Tenéis que hacer un esfuerzo (dijo, señalando a los representantes del Gobierno), llevamos cuatro años esperando un informe ambiental, y ahora tenemos una oportunidad única de aprovechar los fondos de recuperación; pido que de verdad prioricéis los proyectos en cartera que pueden evitar que en diez años dejemos de tener paseos marítimos y chiringuitos, porque a este problema no se le da suficiente importancia ni prioridad, y nos la jugamos, no podemos esperar al año 2030, hay que hacerlo el próximo año, porque tenemos incidencias muy negativas para el turismo».
El alcalde de Estepona, José María García Urbano, pidió «ser ambiciosos con los tiempos, vemos cada día eventos (temporales) más graves»; y también reclamó «proactividad»: «Los ayuntamientos estamos implicados al máximo, que se dirijan a nosotros para ver qué podemos aportar con convenios de cofinanciación o de financiación total».
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