Las mismas playas arrasadas temporal tras temporal
Costa del Sol ·
La falta de decisión y la burocracia ahogan desde hace décadas la solución definitiva a los destrozos que sufren una serie de puntos negros del litoral malagueño cada vez que el mar golpea con fuerza
El último temporal de levante ha vuelto a dejar al desnudo la fragilidad de la costa malagueña ante los embates del mar. Aunque la borrasca 'Lola' no ha sido tan intensa como algunas de sus antecesoras, sí que ha escrito un nuevo episodio en ... el que las olas se comen las playas en distintos puntos de la provincia y provocan daños en chiringuitos e infraestructuras situadas en primera línea. Y, salvo contadas excepciones, siempre son las mismas. Y así viene ocurriendo temporal tras temporal desde hace décadas, con soluciones puntuales de emergencia a modo de parche que consisten en reparar los desperfectos y descargar toneladas de arena para tener las playas listas… hasta la próxima tempestad. Las playas más concurridas de Benalmádena y Marbella, las de La Cala de Mijas, la de Ferrara en Torrox o los Baños del Carmen en la capital son los principales puntos negros que llevan años esperando una solución definitiva que pasa, fundamentalmente, por la construcción de espigones que las protejan.
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La Dirección General de Costas, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, viene trabajando desde hace años en evitar las continuas pérdidas de arena, pero la falta de decisión, la ausencia de presupuesto y la burocracia no acaban de sacarlas a flote. Mientras tanto, ya se preparan aportes extraordinarios de arena que borren la huella de 'Lola' y tapen las carencias del principal atractivo de la Costa del Sol.
Marbella y San Pedro. Pendientes de la construcción de nuevos espigones
El litoral marbellí tiene dos conjuntos de calas especialmente expuestas ante los temporales. Por un lado, las playas más urbanas de Marbella y, por otro, las de San Pedro Alcántara. El Gobierno tiene sobre la mesa los proyectos para preservar ambos espacios y, aunque con lentitud, parece que empiezan a ver la luz. El que está más avanzado (pendiente de aprobación del estudio de impacto ambiental como paso previo a poder licitar unas obras que el anterior Ejecutivo anunció para 2018) es el destinado a estabilizar el tramo sampedreño comprendido entre los ríos Guadalmina y Guadaiza (Guadalmina, Linda Vista y San Pedro), donde está prevista la construcción de seis espigones que permitan disfrutar de un arenal estable con una anchura de entre 40 y 50 metros.
Las obras supondrán una inversión de 7,4 millones de euros y se dividirán en dos fases. La primera consistirá la creación de cinco espigones de entre 100 y 200 metros, mientras en la segunda se instalará una sexta escollera, con lo que quedarán configuradas tres en forma de 'L' y otras tres tipo 'T'. Además, se incluye la retirada de 5.000 metros cúbicos de bolos (piedras grandes) en la zona más próxima a la desembocadura del Guadaiza, así como la aportación de unos 200.000 metros cúbicos de arena en todo el frente.
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De forma paralela, también se está redactando el proyecto y el estudio de impacto ambiental para la estabilización de los tres kilómetros de costa entre la playa de La Venus y la Punta del Ancón, entre las que se encuentran otras tan populares como La Fontanilla y Casablanca. La actuación aún no está definida, aunque se baraja la posibilidad de crear un conjunto de espigones transitables.
Benalmádena. La ampliación del dique que nunca acaba de llegar
Las playas de Santa Ana, Malapesquera, Bil-Bil y Arroyo de la Miel son un clásico en cada sacudida de los temporales. La borrasca 'Lola' volvió a cebarse el pasado fin de semana con los arenales más concurridos de Benalmádena, en los que los bocados del mar dejaron escalones de dos metros de altura y causaron cuantiosos daños en varios chiringuitos. El alcalde, Víctor Navas, alzó la voz para exigir «¡soluciones ya!» a la Dirección General de Costas y a la Consejería andaluza de Desarrollo Sostenible y que agilicen los informes ambientales y las autorizaciones necesarias para ejecutar de una vez por todas la ampliación del dique exento situado entre Santa Ana y Malapesquera (la más próxima al puerto deportivo).
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La actuación se antoja sencilla, ya que consiste básicamente en prolongar 80 metros hacia el este el dique que discurre en paralelo al litoral y su presupuesto se estima en unos 550.000 euros, pero sigue atascada en los trámites ambientales. En el plano económico, el Ayuntamiento se ha ofrecido a adelantar el dinero e incluso a confinanciar parte de la inversión para agilizar su ejecución.
Mijas. Tres soluciones alternativas para El Bombo y La Butibamba
La estabilización de la playa de la Cala de Mijas es otra de las asignaturas pendientes. De momento, la Demarcación de Costas acaba de recibir autorización para licitar la redacción del proyecto que ponga fin al continuo desgaste que sufren las zonas de El Bombo y La Butibamba como consecuencia de los temporales. El siguiente hito será decantarse por alguna de las tres alternativas planteadas por el Centro de Estudios y Experimentación de Proyectos y Obras Públicas (Cedex), dependiente del Ministerio de Transportes. La primera, menos invasiva, consiste en realizar aportes de arena en diferentes puntos; la segunda propone construir dos espigones perpendiculares a la costa (uno más pequeño a modo de espolón en la zona noreste y otro más grande en la sureste) para encajar la playa y limitar los efectos del basculamiento; y la tercera, añadir a estos dos elementos un dique exento mar adentro, paralelo a la costa, para frenar las olas. Una vez redactada y decidida la mejor solución, habrá que someterla a la pertinente evaluación ambiental, por lo que vistos los plazos, aún le quedan varios años por delante.
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Torrox. Un segundo espigón en Ferrara
En la zona oriental, la playa más castigada históricamente es la torroxeña de Ferrara. Lo era hasta que en 2017 fue construido un espigón semisumergido de 115 metros en el entorno del Faro tras casi un cuarto de siglo esperándolo y una inversión de 307.000 euros. Y, aunque en menor medida, lo sigue siendo cada invierno, tal y como ha quedado demostrado con el último temporal con la pérdida de buena parte de su anchura en unos 300 metros a poniente. Ante esta realidad, fue en el verano de aquel mismo año cuando se iniciaron los trámites para crear un segundo dique separado del borde litoral. Lo último que se supo de esta actuación fue en julio de 2019, cuando Costas adjudicó la redacción del proyecto y del estudio de impacto ambiental.
Málaga. Más defensas y una gran playa en los Baños del Carmen
El proyecto de reforma de los Baños del Carmen mediante la regeneración del frente marítimo y la ampliación de playa de poniente fue diseñado en 2015 después de años guardado en un cajón, pero a día de hoy sigue siendo una incógnita. Tras las alegaciones presentadas por distintos colectivos como el Aula del Mar, la propuesta de actuación fue reducida para minimizar su afectación al fondo marino dado el alto valor ecológico de la zona.
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Así, a mediados de 2019, Costas presentó un nuevo estudio de impacto ambiental en el que se descartaba la idea de construir un espigón en el roquedal y se recortaba el tamaño del planteado en El Morlaco; un documento sobre el que la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental (también dependiente de Transición Ecológica) aún no se ha pronunciado. De ser favorable, el siguiente paso sería sacar a concurso su ejecución, con un coste aproximado de 3,3 millones de euros, siempre que haya partida presupuestaria para ello.
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