¡Piojos!: pesadilla para los padres y negocio en auge

Ni la niña de 'The Ring', ni Annabelle, ni Ghostface ni el Demogorgon… Pregúntele a cualquier padre o madre con hijos en edad escolar y le dirá que su mayor terror reside en una criatura mucho más discreta; casi invisible, de hecho (y ahí reside parte de su poder maléfico). El piojo (Pediculus Humanus Capitis) mide entre 3 y 4 milímetros en su edad adulta y no vive más de 4 semanas, pero en esa modesta existencia puede poner más de 200 huevos. Esta gran velocidad de reproducción es su otra gran arma; la que lo convierte en una plaga imparable que, a partir de septiembre, campa a sus anchas en guarderías y colegios. Porque los niños son sus víctimas preferidas y los centros escolares, su hábitat natural.

Es muy difícil acabar con los piojos. Cualquiera que los haya sufrido lo sabe. Porque no vienen solos, les acompañan las liendres: huevos y larvas diminutas que se adhieren a los cabellos y no son fáciles de ver ni de eliminar. Es habitual que las lociones pediculicidas acaben con los adultos, pero quede vivo más de un 'bebé'. Y eso equivale a dejar al enemigo dentro: en unos días, la cabeza en cuestión volverá a estar infestada.

Así que hoy no sólo comienza el curso escolar; arranca la temporada alta de piojos. A partir de ahora, miles de progenitores vivirán con miedo a las circulares del cole y a cualquier rascado de cabeza. Los más cautos revisarán religiosamente a sus hijos en busca de estos minúsculos 'okupas'. Son meses en los que harán su agosto las farmacias vendiendo productos pediculicidas y también los centros especializados en eliminar 'in situ' piojos y liendres. Y es que alrededor de estos molestos insectos –y de la desesperación de las familias– se ha desarrollado un floreciente negocio.

En la provincia funcionan ya más de una decena de empresas y franquicias dedicadas a detectar y erradicar la pediculosis. Algunos cuentan con establecimientos a pie de calle (Kids &Nits, Nanopiojitos, Piokito, Clínica Bichitos, Piojos No, Piojitos Fuera, ¡Help! Piojitos o Piohuelin Clinic), otros operan a domicilio (como Picapeques) y otros ofrecen ambas opciones: ir a casa del cliente o atenderle en su clínica (como Pin, Pan Pun Fuera o Nanopiojitos).

Todos estos negocios aseguran que su método de eliminación de piojos y liendres prescinde de productos químicos y asegura una erradicación total; por eso ofrecen un periodo de garantía de quince días. Pero ¿cuál es ese método infalible? Hay algunas variaciones, pero la mayoría combinan la aplicación de aire caliente en la cabellera para deshidratar las liendres con la aspiración de los insectos y, finalmente, un repaso exhaustivo con liendrera. Una sesión puede durar entre una y dos horas en función de la largura del pelo y el nivel de infestación. Las tarifas de este tipo de centros parten de 50 euros por tratamiento y la mayoría, como se ha dicho, incluye una revisión a la semana y un periodo de garantía. También ofrecen bonos y tarifas planas por meses o incluso anuales. Las firmas que trabajan a domicilio incluyen también en su servicio el aspirado de los sofás, las almohadas y demás superficies que hayan estado en contacto con los afectados.

A estos negocios no les hace falta mucha publicidad; es el boca a boca el que les nutre de clientes. «Abrimos en abril y no podemos quejarnos, en seguida empezamos a tener bastante demanda», explica Fabiola Vélez, una emprendedora granadina que regenta junto a su hermano una franquicia de Kids & Nits en la Alameda de Capuchinos. La cadena cuenta con unos 70 centros en toda España. «El 90% de los clientes nos conocen por el boca a boca. Vienen desesperados porque los tratamientos de farmacia no son eficaces, ya que no eliminan todas las liendres. Unos padres me dijeron que llevaban gastados más de 200 euros en champús y lociones», asegura.

El precio de las lociones pediculicidas para usar en casa oscila entre los 9 ó 10 euros de las más baratas (marcas blancas de farmacia) y los más de 20 euros de las marcas más cotizadas. Hay tres clases de tratamientos de farmacia: la más clásica es la permetrina y más recientemente se han incorporado otros tipo de lociones sin insecticidas que provocan la asfixia del insecto, con principios activos como la dimeticona, alcohol bencílico o extracto de semilla del árbol del Neem.

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