El Paseo Marítimo suspira al otro lado de la playa

Creo que todos estaremos de acuerdo en que ayer hizo un día espectacular de invierno para salir a pasear. Yo no lo dudé, me até las zapatillas, cargué los ipods y fui a disfrutar de uno de nuestros paseos marítimos, en concreto en Pablo Ruiz Picasso.

Me di cuenta de un inconveniente que se repite al otro lado de la acera más transitada, la más alejada a la playa. Las aceras se encuentran totalmente erosionadas, muchas de manera preocupante, como a la altura de la calle Pérez Galdós, imagen que acompaña a esta noticia. Además de esta, hay otras partes con grandes deficiencias, ya sean por las raíces de los árboles en la zona que comunica con Marcos de Obregón, o las que sigue dirección centro.

El caso es que, a pocos metros del propio paseo, hay trozos de acerado que dan «pena» o así lo definió un viandante que me crucé mientras yo mismo tomaba fotografías.

Otro aspecto a tener en cuenta es la estrechez de la calle, que en algunos momentos hace que si se cruzan dos peatones, uno de ellos tenga que apearse a la carretera, con el peligro que eso conlleva.

Por último, cabe recordar un aspecto que silenciosamente va creciendo en la zona y restando algo de confort a todos los que transitan el paseo: la movilidad debido a la densidad de tráfico que hay todas las mañanas, que es respuesta al problema que hay generado en la A-7, un asunto pendiente para las administraciones, pues se ve que poco a poco va a afectando a otras partes de la capital.

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