El paro de los taxistas de Málaga, más intenso en el aeropuerto este domingo

Las esperas a la salida de la estación María Zambrano y en la terminal de llegadas del aeropuerto de Málaga han vuelto a repetirse este domingo en el tercer y último día del paro que los taxistas mantienen en protesta contra la decisión de la Junta de permitir que los VTC sigan operando en las ciudades a partir del próximo 1 de octubre. Con apenas 200 coches repartidos por las paradas de la capital, el autobús se ha convertido este domingo en la mejor alternativa para los viajeros, ya que el billete de la EMT es gratuito con motivo de la celebración del Día sin Coche, lo que ha minimizado los efectos del paro incluso en la estación de trenes, que al igual que el aeropuerto ha permanecido dos horas sin servicio de taxi (de 11.00 a 13.00) salvo los considerados esenciales como personas con movilidad reducida, niños, embarazadas y mayores.

Mayores han sido las colas en el aeródromo cuando la parada de taxis formada por otros 200 vehículos se ha detenido, ante la sorpresa de viajeros a los que la protesta les pillaba por sorpresa. Algunos preferían esperar, otros tiraban de buses, el Cercanías y también de los VTC, que han seguido prestando servicio con normalidad y sin incidencias destacables.

Los taxistas levantarán este parón a las 6.00 horas de esta lunes, aunque sin descartar nuevas movilizaciones en función de cómo discurra la reunión del Consejo Andaluz del Taxi que tendrá lugar en Sevilla en la que, además de la Consejería de Fomento, participan sindicatos, asociaciones de consumidores y representantes tanto del taxi como de los VTC. Todo ello con el objetivo de darle los últimos retoques al decreto autonómico que permitirá a empresas como Uber, Cabify y Bolt seguir realizando trayectos urbanos a partir del próximo 1 de octubre, en cumplimiento del decreto del Gobierno central aprobado en 2018 por el que, sin normativa regional, las autorizaciones de estos coches pasarán a ser únicamente interurbanas (sólo podrían cubrir carreras entre distintos municipios).

Habrá conversaciones, pero no se contemplan grandes cambios respecto al borrador que Fomento ya dio a conocer hace dos semanas. Por tanto, habrá regulación para que los VTC mantengan su actividad en zonas urbanas, aunque con restricciones para tratar de garantizar la supervivencia del taxi. «No va a desaparecer el taxi», remarcan desde el Ejecutivo andaluz, donde siguen adelante con la idea de aprobar esta nueva normativa en el Consejo de Gobierno de este martes. A partir de ese primer visto bueno, el siguiente paso sería su publicación de urgencia en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) y su convalidación por el Parlamento autonómico el jueves para que pueda entrar en vigor el 1 de octubre.

Aunque el texto podrá sufrir algunas modificaciones, se espera que sean leves «y siempre pensando en el usuario» -precisan en Fomento- porque pese a las presiones de taxistas y empresas de VTC, la Junta parece tener claras las medidas básicas. En este sentido, se da prácticamente por cerrado que con el objetivo de evitar la captación de viajeros en plena calle (estos coches sólo pueden trabajar bajo contratación previa, a diferencia el taxi que sí que puede recoger viajeros en la vía pública en cualquier momento) se les va a impedir parar o estacionar sin estar precontratados en el entorno de zonas de gran demanda de viajeros como hospitales, estaciones, centros comerciales u hoteles.

Según la propuesta de la Consejería de Fomento, estas «zonas de especial protección» serían de 300 metros para aeropuertos, puertos, estaciones de trenes y autobuses y de 150 metros para otros espacios como hospitales, hoteles de cuatro estrellas o más, juzgados o instalaciones que alberguen eventos deportivos, culturales, sociales o de cualquier índole que tengan gran potencialidad de generación o atracción de usuarios. A estos espacios habría que sumar las paradas de taxi, que por normativa estatal también están vetadas a los VTC. Esta medida no satisface a los taxistas, que siguen exigiendo que la precontratación se tenga que realizar con un determinado tiempo de antelación (al menos 15 minutos), mientras los VTC la ven inviable.

En esta misma línea de impedirles la captación de usuarios, la Junta también pretende prohibir la geolocalización de los vehículos previa a la contratación. En paralelo, Fomento también ha puesto sobre la mesa otras medidas como exigir a los conductores de VTC la superación de una prueba de capacitación profesional como la que hay que aprobar para ser taxista; reforzar las inspecciones y el control de su actividad; endurecer las sanciones; o que los automóviles tengan unas medidas mínimas, de manera que siempre se utilicen para este fin berlinas de representación, y no utilitarios convencionales.

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