Esteban González Pons: «Parece que en España escandaliza que un político hable de sexo»

–¿Qué le lleva a la novela?

–Siempre he llevado un escritor dentro. Lo que estoy haciendo ahora es salir del armario literario y confesar públicamente que me gusta escribir novela romántica, ver películas románticas y leer historias románticas. A mis 55 años es como reemprender una carrera profesional. Si hay políticos que pueden coger la puerta giratoria para marcharse al consejo de administración de una empresa no entiendo por qué yo, cuando llegue el día, no puedo irme al mundo de los que escriben novelas.

–¿Cuáles son sus referentes en el mundo de la novela?

–Son más los románticos que los realistas. Este año creo que deberíamos haber celebrado antes el 150 aniversario de la muerte de Bécquer que el centenario del fallecimiento de Galdós. De los autores actuales a Muñoz Molina, Pérez-Reverte y Marías les leo todo.

–¿Qué va a encontrar el lector en 'Ellas'?

–El lector se va a sorprender porque es una historia de amor de personas que nacieron en los sesenta y setenta, llena de giros argumentales y con un final que llama la atención. Quien lo lea se va a entretener, va a reír y se va a emocionar.

–¿Por qué ese protagonismo de la mujer?

–Porque creo que el currículum con el que nos presentaremos en el cielo no habla de nuestros trabajos, sino de nuestros amores y desamores. El protagonista es un hombre y su historia la escriben las mujeres a las que ha amado y las que le han amado y dejado de amar. El currículum de todo hombre debería llamarse 'ellas' y el de toda mujer, 'ellos'.

–La historia se centra en Valencia pero con tres espacios temporales, ¿por qué ese recurso?

–'Ellas' quiere ser una metáfora de la vida de la generación de los españoles que nacimos en los sesenta y setenta, que aprendimos del amor escuchando las novelas de Guillermo Sautier Casaseca o el consultorio de Elena Francis, y nos hemos encontrado de sopetón con el universo de Tinder. He querido representar a mi generación en tres momentos: cómo eran nuestros veraneos cuando nos llevaban al pueblo; cuando nos creímos gigantes en los años de la burbuja inmobiliaria; y la depresión que vino tras esos años de 'belle epoque'.

–Al principio del libro, relata una escena erótica que ha dado mucho de que hablar.

–Me llama la atención porque quienes la mencionan demuestran que no han leído el libro ya que más adelante hay escenas infinitamente más calientes y critican el libro sin haberlo leído. Cuando terminé 'Ellas' pensé que lo que iba a causar más polémica es lo crítico que soy con la Copa América de Valencia, las obras de Santiago Calatrava, la respuesta política al metro de Valencia o la visita del Papa en 2006. Sin embargo esa autocrítica feroz todo el mundo se la ha saltado y ha ido directamente a los pasajes sexuales demostrando que en España aún hay mucha mojigatería. Me critican porque soy político. Las dos últimas novelas de Vargas Llosa tienen infinitamente más sexo explícito que la mía. No he leído una novela romántica en los últimos diez años donde al amor no lo acompañe el sexo, pero parece que en España escandaliza que un político hable de sexo. Toleramos que los políticos mientan, pero nos parece mal que los políticos hablen de sexo.

–¿Cómo se ve la situación política española desde Bruselas con el nuevo Gobierno?

–Con incredulidad. Desde fuera no se entiende que el Gobierno de España esté comprometido en el desmontaje de España; no se entiende que el propio presidente del Gobierno español sea el primero que esté deconstruyendo la nación española.

–En su partido es reciente la salida de Alfonso Alonso de la candidatura del PP vasco a lehendakari y de la dirección del partido, ¿cómo lo ha visto y qué repercusión puede tener en el PP?

–Espero que no tenga ninguna repercusión. Espero que seamos capaces de poner siempre los intereses de los votantes delante de nuestros intereses. Soy amigo de Alfonso Alonso y de Carlos Iturgáiz y, por lo tanto, me resulta muy difícil terciar en esta polémica. Sólo diré que la convergencia de Ciudadanos y PP es necesaria para la reconstrucción del centro político español y creo que la relación entre PP y PSOE es necesaria.

–¿Considera que esa es la línea que Pablo Casado está imprimiendo a su partido?

–Creo que sí. Pablo Casado está intentando reconstruir el centro político español y estoy convencido de que si por Pablo hubiera sido el PSOE habría alcanzado acuerdos con el PP antes que con ERC.

–¿La actualidad política da para una novela?

–Alguien tiene que escribir el Borgen español. El que tengamos en el Consejo de Ministros a un matrimonio (Pablo Iglesias e Irene Montero) debería dar para una comedia de situación como mínimo y para una obra dramática, seguro.

–¿Tiene algún proyecto de novela más en mente?

–Estoy sorprendido por el éxito de venta de 'Ellas' y me llama la atención que tengo más lectoras que lectores. Estoy trabajando en otra novela que tendrá amor y donde espero tocar el género del terror. Como político conozco mejor el terror que el amor.

–Una novela supone abrirse personalmente. ¿Hay algo de autobiográfico en 'Ellas'?

-No tiene nada de autobiográfico. Cuando se termina una novela que habla de amor, de alguna manera uno se desnuda ante los lectores. Quien la lea, de una u otra manera, me va a ver desnudo.