ENCARNI LLAMAS
Domingo, 26 de enero 2025, 01:00
El papa Francisco convoca a toda la Iglesia a celebrar hoy el VI Domingo de la Palabra de Dios bajo el lema 'Espero en tu Palabra'. Con esta iniciativa, el pontífice quiere ayudar a comprender la importancia, «en la vida cotidiana de la Iglesia, la referencia a la Palabra de Dios, una Palabra no encerrada en un libro, sino que permanece siempre viva y se hace signo concreto y tangible».
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El sacerdote Gabriel Leal fue director de la Escuela Teológica San Manuel González, del Instituto Superior de Ciencias Religiosas y del Centro Superior de Estudios Teológicos San Pablo; y profesor de Biblia en todos ellos y en el Seminario Diocesano. A quien se acerca por primera vez a la Biblia, Leal le recomendaría que «lo fundamental es ver que recoge toda una historia donde Dios se ha acercado al pueblo. En sus textos se recoge esta experiencia de relación de Dios con su pueblo, al que le ha hablado con hechos y con palabras».
A la hora de comenzar su lectura, el profesor advierte de que «en la Biblia se recogen siglos y contextos culturales muy distintos y hay que tenerlos en cuenta porque existe el riesgo de hacer una lectura fundamentalista, por desconocimiento del contexto histórico y cultural, con el que el lector le haga decir a los textos lo que no dicen. Yo recomendaría empezar a leerla por el Nuevo Testamento, concretamente por el Evangelio de San Marcos; después, el de San Lucas, el de San Mateo, las cartas de San Pablo, el Evangelio de San Juan, las Cartas de San Juan y el Apocalipsis, que quizás es más difícil porque está lleno de símbolos. Hay una ayuda muy buena para hacer este recorrido tanto en la Biblia de la Conferencia Episcopal como en la Biblia de Jerusalén, y en algunas otras, y es la introducción que publican al comienzo de cada uno de los textos, en la que nos da las claves para entenderlos con más facilidad. Para los textos que son más complejos de comprender, suelen tener una nota a pie de página que clarifica bastante».
Y a las personas que estén muy interesadas en profundizar en la Palabra de Dios, «les recomiendo que conozcan el curso bíblico que cada año ofrece el Centro Superior de Estudios Teológicos de la Diócesis de Málaga», añade Gabriel Leal, «en el que participan profesores muy buenos que te dan las claves para entender los textos. Y también recomiendo una herramienta que se ofrece a toda la diócesis: la Escuela Teológica San Manuel González, cuyo primer curso está dedicado a profundizar en la Biblia para comprender la figura de Jesús. Pero, por supuesto, no hay que ir a la Escuela para leer la Palabra de Dios, pues la Palabra de Dios está al alcance de todo el mundo, lo que ocurre es que leer un texto de hace tanto tiempo, si uno no conoce un poco el contexto cultural, puede ser difícil».
La Biblia no es un texto para leer de corrido, ni se escribió en el mismo orden en que se publican los diversos libros. Gabriel Leal explica que, «la génesis del Nuevo Testamento es muy sencilla. Cuando Jesucristo termina su vida terrena y asciende al cielo, los discípulos empiezan a comprender mejor, después del encuentro con el resucitado, el alcance de lo que habían vivido con Jesús. A partir de ahí empieza una predicación, una comunicación del mensaje que, poco a poco, va dando lugar a los textos escritos. El primer libro que se escribió fue la Carta de San Pablo a los Tesalonicenses. Entre los evangelios, el primero fue el de San Marcos, el segundo el de San Mateo, el tercero el de San Lucas, y el último el de San Juan, y después, el Apocalipsis».
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En este día, «animaría a todo el mundo a tener la Palabra de Dios en sus manos pues lo más importante es el conocimiento de Jesucristo y de su salvación y donde mejor uno se empapa de ello es en la Palabra de Dios que, por sí misma, tiene fuerza, tiene capacidad para alentarnos, para darnos esperanza y para invitarnos a la conversión. Como dice la Carta a los Hebreos, tengamos los ojos fijos en Cristo Jesús y eso se consigue leyendo la Palabra de Dios. Y me gustaría terminar recordando lo que nos decía mi profesor, el querido don Antonio Rodríguez Carmona, que a mí me sigue ayudando mucho: cuando los alumnos le preguntaban por la bibliografía, él respondía que primero leer el Evangelio, después leer el Evangelio, después leer el Evangelio, y después algún libro interesante. Yo creo que esto es lo mejor que se puede aconsejar: buscar una Biblia sencilla, con notas a pie de página, y leerla, seguro que se van a alegrar».
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