Pablo Fernández Berrocal: «Las empresas deben tener un espacio donde la gente pueda estar sin estrés»

-¿Cómo puede una empresa favorecer la felicidad de sus empleados?

-Lo primero que hacemos en las formaciones con empresarios que tienen responsabilidad en sus organizaciones es que evalúen el clima emocional de sus empresas, que esa pregunta tiene miga. Mucha gente no se hace la pregunta, porque no quiere respuestas como que la gente no está contenta o que si pudieran no irían a trabajar. Ese diagnóstico a menudo es duro. Pero por eso es tan importante. Lo primero es hacer un diagnóstico de cómo es la situación en mi empresa de una forma científica.

-¿Y el siguiente paso?

-Sobre eso hay que ponerse a trabajar a partir de cuatro aspectos: qué situaciones me ponen en enfado, tristeza, desánimo y alegría. La mayoría de las situaciones suelen estar relacionadas con el enfado y hasta en ocasiones hasta un 80% son emociones desagradables cuando están vinculadas al trabajo. Lo siguiente es identificar qué me provoca ese 80% de emociones negativas. Si son evitables sería la siguiente pregunta. Porque si en una empresa no existen situaciones agradables, eso no es sostenible. Si no se dan y no se generan, no podemos sobrevivir y se provocan esas situaciones de rotación.

-Suena casi a una relación de pareja.

-¡Claro! Siempre pongo ese ejemplo. Dos parejas discuten por lo mismo, una se divorcia y otra no. En la que no hay momentos también agradables que compensen a los negativos, la relación se rompe.

-¿Y cómo se cuida esa pareja laboral en la práctica?

-Con ejercicios de meditación, momentos de relax sin llamadas ni interrupciones. No puede ser que para tener un momento de relax tenga que salir de la sede de mi empresa.

-¿Hablamos de momentos, pero también de espacios?

-Por supuesto, las empresas deben tener un espacio físico donde la gente pueda estar tranquila y sin estrés.

-¿Qué más debe tener una empresa que quiera cuidar el bienestar de sus empleados?

-Debe generar el agradecimiento. No es parte de nuestra cultura decir cuando se hacen las cosas bien. Eso tiene que ser generado desde la propia organización. Aquí conviene recordar que cualquiera no puede ser jefe. Puede ser quien más sabe de algo, pero también el que tenga cualidades de liderazgo y trabajo en equipo. Se trata de gestionar personas. La idea es incluir esto en la formación y en los procesos de formación.

-Un proceso global.

-Claro. Parece algo añadido, pero no lo es. Si se aplica, es una revolución en las organizaciones que se debe aplicar desde los CEOs hasta el último escalafón.

-¿Aconseja entonces que sea un proceso de arriba abajo?

-Un jefe tiene que ser el primer ejemplo de bienestar emocional en la empresa. Tienen que ser los líderes de ese cambio emocional en una empresa. Es como un profesor o un padre, no puedes decir a tus alumnos o a tus hijos que no griten y después, estar tú todo el día gritando.

-¿Y qué recomienda a esos jefes para ser ejemplos en sus organizaciones?

-Que se formen. Eso es algo que no se aprende leyendo libros. Leer sirve para motivarte, pero nadie ha aprendido a jugar al tenis o a tocar el piano leyendo un libro. Deben ejercitarse en ese gimnasio emocional, porque hay competencias que no vienen de forma natural.

-Ahora que asoma una nueva crisis, ¿es más necesario que nunca el bienestar emocional?

-Absolutamente. Hay que trabajar la empatía, la inteligencia emocional, conocerse a uno mismo. Si no sé cómo estoy, no puedo actuar bien. No puedo ir a una reunión enfadado. Mientras más complicada es una situación, más competencias debes tener, sobre todo ahora con lo que viene. Cuando hay conflicto es cuando se ven las competencias de las personas.