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El pasado 20 de diciembre, José Ortiz perdió la Alcaldía de Torremolinos al prosperar la moción de censura promovida por el PP para situar en ... el cargo a Margarita del Cid. Aquel día puso fin a seis años y medio en un puesto al que accedió en 2015, cuando logró el hito de desbancar de la vara de mando al popular e histórico Pedro Fernández Montes. Asimismo, el 27 de enero dejó de ser el secretario general local del PSOE tras catorce años en el cargo. Distanciado de la mayoría de sus compañeros del grupo socialista en el Ayuntamiento torremolinense, Ortiz busca ahora «reinventarse» para volver al mundo profesional, donde dice contar con varios proyectos en cartera. De su futuro personal y político y de lo acontecido en los dos últimos meses habla en esta entrevista con SUR celebrada en una cafetería de la barriada de El Pinillo.
-Hace algo más de un mes que fue desbancado de la Alcaldía, ¿cómo lo lleva?
-Es una sensación extraña. Por un lado tienes el vacío que deja las responsabilidades que conlleva una Alcaldía y por otro lado tienes la tranquilidad de haber hecho todo lo que has podido.
-¿Se esperaba esta moción de censura?
-En la anterior legislatura, en una situación de un gobierno débil era permanente la opción de que se presentara una moción de censura. En la actual legislatura, al principio y hasta hace unos meses sí había esa preocupación porque estaba latente en el ambiente. En los últimos meses y cuando queda año y medio de mandato tenía la sensación de que iba a finalizar la legislatura como alcalde y no se iba a hacer la moción de censura.
-Abordemos algunos asuntos, ¿asume alguna responsabilidad personal y política en que le presentaran la moción de censura?
-Claro. Cuando uno está liderando un gobierno asume errores y aciertos. En este momento, la situación del Ayuntamiento era favorable. Habíamos renegociado la deuda y por primera vez teníamos una coyuntura con capacidad económica que permitía realizar proyectos que estaban en marcha; se había reactivado el desarrollo del proyecto Edusi que paralizó la pandemia; y teníamos proyectos a nivel urbanístico y turístico muy interesantes para desarrollar hasta el final del mandato. Era una coyuntura envidiable. ¿Errores para que se haya planteado en este momento la moción de censura? La coyuntura no daba pie a justificar una moción de censura. No hemos hecho una mala gestión. No creo que en la gestión se pueda justificar esta moción de censura.
-Tras la moción, el grupo socialista está dividido y se visualizó en un pleno donde seis concejales votaron a favor de sacarlo a usted de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, ¿se sintió traicionado por el grupo socialista?
-La salida tras una moción de censura tiene que ser una salida digna y dialogada para que sea lo menos traumática posible ya que de por sí la moción de censura supone un trauma. Cuando queda aún año y medio de legislatura, una salida para alguien que ha sido alcalde... creo que hay que pensar mucho esas acciones y planteamientos por la repercusión e incidencia que tiene. No se pueden realizar decisiones sin medir las consecuencias. En general no me he sentido respaldado en esta última etapa.
-¿Por quién no se ha sentido respaldado?
-No me he sentido respaldado una vez se produce la moción de censura. El 20 de diciembre se produce la moción de censura y el día 21 en una reunión planteo que para abordar esta nueva etapa, para reforzar el planteamiento y recuperarnos emocionalmente, debíamos descansar en Navidad y a partir de enero abordar cómo hay que reorganizarnos, plantear estrategias, ver cómo se organiza el grupo... Pues ese día me llevo la sorpresa que se plantea de forma forzada retirarme cualquier tipo de responsabilidad y cualquier tipo de imagen en el grupo. Eso no lo pude entender y me he sentido no sólo no respaldado, sino también con total falta de apoyo. Esa decisión era como reforzar la moción de censura; era como estar dando la razón a la moción de censura.
-Le salvó el voto del centro-derecha con los que usted se alineó saltándose la disciplina de voto, ¿considera que usted no gestionó bien este asunto y se equivocó?
-Lo primero es decir que no se dio ni un argumento sólido para retirar mi presencia en la Mancomunidad, donde tengo una función meramente representativa. En segundo lugar, estábamos con un proceso orgánico en marcha, a cuya conclusión, a finales de enero, se podía haber esperado para ver cómo se iba a organizar el grupo, quién lo va a liderar, quién puede estar en la representación de la Mancomunidad. Todo se puede hablar y dialogar, pero no fue así. Las consecuencias y la imagen han sido muy negativas. No fue para mí agradable. Ese pleno fue uno de los más tristes que he podido vivir.
-Pero, ¿se sintió incómodo votando? ¿Cree que se equivocó?
-Tanto en el grupo como en el pleno pedí que se retirara ese punto del orden del día y lo comuniqué a las direcciones provincial, andaluza y federal del PSOE. Se podía haber parado perfectamente. No se hizo así. No entiendo por qué se quiso forzar tantas cosas tan rápido, sin un periodo de reflexión, sin medir las consecuencias,...
-¿Cómo es su relación actual con quien fue su número dos, Maribel Tocón?
-La relación entre compañeros que estamos en el mismo grupo. Ella es mi portavoz y Antonio Navarro, que fue mi secretario de Organización, es ahora el secretario general, ellos tienen ahora la dirección del grupo y del partido. Pero la relación de amistad, a partir de lo que he sentido, no va a ser igual. En lo profesional y lo político debe haber comunicación, y en lo personal se ha cerrado una época muy bonita de complicidad, confianza y de amistad.
-¿Se ha sentido decepcionado con ella?
-Sí.
-¿Cree que tiene alguna responsabilidad en el abandono paulatino del PSOE a Nicolás de Miguel, descuido que ha acabado derivando en su apoyo, decisivo, a la moción de censura?
-Con Nicolás he tenido una relación de amistad. Es una persona con la que se puede dialogar, reflexionar y hablar de muchos temas. Semanas antes de la moción estuvimos almorzando y quedamos para volver a comer. Por eso me ha sorprendido más, porque en ningún momento en ese almuerzo planteó directamente que pudiera asumir un apoyo a una moción de censura. Sí es verdad que me planteó dudas con respecto a la gestión en determinadas materias en el equipo de gobierno, incluso me llegó a plantear diferencias en cuanto a miembros del propio equipo que probablemente yo no he sido capaz de percibir. Ese es uno probablemente de mis errores, no haber percibido en mi grupo algunas diferencias que podían producirse. Él lo detectó y me lo dijo. Pero en ningún momento me llegó a plantear lo de la moción de censura, de hecho me planteó proyectos futuros con otra formación política, ilusiones con otros proyectos que podían venir para Torremolinos,... Es una persona con la que he aprendido mucho.
-¿Considera que la edil Carmen García y usted se aislaron del resto del grupo municipal? o ¿Se han sentido Carmen García y usted aislados del grupo municipal?
-Puede que haya tenido un nivel de miopía enorme y que la capacidad de absorción que tiene una Alcaldía en la gestión diaria me puede haber apartado de ver problemas internos en el grupo. Previamente a la moción no me he sentido aislado en ningún momento. Me he sentido aislado a partir del día 21 de diciembre, absolutamente aislado.
-¿Se arrepiente de haber pactado con Pedro Fernández Montes?
-Creo en el diálogo y el pacto para conseguir objetivos que beneficien un proyecto político. Tuve que dialogar con Pedro Fernández Montes para construir un proyecto y lo hice con él, con Adelante, con Ciudadanos, lo he hecho con todas las fuerzas políticas y lo seguiré haciendo en mi vida personal, profesional y política. El arte de la política, el objetivo de la política, es llegar a acuerdos para buscar soluciones. Y no me arrepiento. Lo volvería a hacer como volvería a plantear pactos y acuerdos con cualquier formación política democrática que quiera plantear un proyecto de progreso para una ciudad como Torremolinos.
-Hay quienes sostienen que a usted el poder le ha cambiado y que no es el mismo que en 2011 optó por primera vez a la Alcaldía.
-No tengo esa sensación. No considero que haya cambiado en mis hábitos de conducta. Sí es verdad que sí he cambiado en estos seis años y medio por la dedicación enorme, que no te da tiempo para la vida personal.
-Desde que se presentó la moción de censura, ¿se sintió respaldado por la dirección provincial del PSOE?
-Me he sentido respaldado totalmente por compañeros de la dirección provincial, especialmente por Pepe Bernal (secretario de Organización).
-¿Cómo es su relación con el actual secretario general del PSOE de Málaga, Daniel Pérez?
-Normal. He sido siempre muy sincero con él y él lo ha sido conmigo.
-¿Se ha sentido respaldado por él?
-Él me ha manifestado su respaldo. Él podía haber evitado sinceramente lo del día 21 de diciembre y lo del posterior acontecimiento en el pleno.
-¿Cree que no ha hecho lo suficiente?
-No. Podía haberse evitado. Hablando nos podemos entender. He hablado hasta con Pedro Fernández Montes para construir en el diálogo. Nos hubiéramos sentado y nos hubiéramos entendido perfectamente. Entiendo el puesto que ocupo tras la moción. Entiendo que lo más importante es plantear el futuro de la organización y entiendo que en esos momentos lo más lógico es que se den pasos atrás pero hay que dar salidas dignas a las personas que han tenido una responsabilidad.
-¿Cree que no se le está dando una digna por parte del partido?
-No. Eso no lo digo. El partido a nivel regional lo que tiene que hacer es centrarse en que Juan Espadas sea presidente de la Junta y luego centrarse en las municipales. Al partido no le da tiempo centrarse en una persona como yo porque soy un elemento más de muchos, pero se pueden evitar ciertas imágenes. Y se evitan hablando, reuniéndonos entre todos y planteando cuáles son las mejores soluciones para el partido, y si no hay acuerdo o yo obstruyo ese acuerdo entonces puedo entender en un momento dado que se puedan forzar situaciones. Pero cuando no se plantea ese diálogo y no se me da la oportunidad de dialogar pues pasan estas cosas y ahí sí me he sentido... A partir del día 21 me he sentido aislado por parte del grupo.
-En su momento usted participó en los movimientos que auspiciaron un cambio en el PSOE de Andalucía con la llegada de Juan Espadas, sin embargo a nivel provincial apoyó a un candidato alternativo a Pérez, ¿cree que la ha pasado factura su apoyo a José Antonio Gómez?
-No me gustaría pensarlo. Se dice mucho algo así, pero no me gustaría pensar eso. No me gustaría pensarlo porque no es bueno par el partido porque se manda el mensaje a quién está en una Alcaldía o en otro puesto de que el pensamiento único es lo que impera en el partido y yo he vivido más de 30 años en un partido que me ha permitido siempre expresarme libremente.
-¿Va a concluir el año y medio que le queda como concejal?
-Sí, me gustaría terminar, a no ser que profesionalmente la actividad que pueda venir no me lo permita.
-¿Le gustaría seguir en la política?
-A la política se viene pensando en que no es para toda la vida. Hay que cerrar etapas. Y yo ahora mismo, mi objetivo principal, y no es fácil porque una persona cuando cumple más de cuarenta lo tiene difícil, es incorporarme al mercado laboral en el tiempo más breve posible. Y a partir de ahí estaré a disposición para trabajar con los secretarios generales por la experiencia que tengo. Hay una cuestión muy interesante y que ahora se usa en política el término de amortizado. El amortizado es un término contable que no me gusta que se aplique a las personas o la política porque las personas y el talento no se pueden amortizar nunca.
-No se considera un político amortizado.
-No considero a ningún político ni a ningún profesional amortizado. ¿Cómo el partido puede prescindir de una enorme cantidad de personas que en la provincia han tenido puestos de responsabilidad: consejeros, delegados territoriales, secretarios generales, alcaldes, ... ? ¿Cómo se puede desperdiciar y decir que eso está ya amortizado?
-¿Le gustaría dar el salto a la política andaluza o nacional?
-Cuando uno es alcalde no puede aspirar a ser otra cosa.
-Ahora ya no es alcalde.
-Bueno, ahora tengo 60 años y mi objetivo es incorporarme al mercado laboral. Si el día de mañana una vez incorporado al mercado laboral, me hacen una propuesta interesante, ¿por qué no? Pero ahora mismo estoy centrado en incorporarme en el mercado laboral y no puedo esperar que mi partido piense en mí; el partido debe pensar en las elecciones andaluzas y en las municipales.
-¿Cuál diría que es el principal hito de su gestión como alcalde?
-Las ciudades son organismos vivos y hay elementos que puedan hacer transformar esa vida de la ciudad, recuperarla, reinventarla o, por el contrario, destruirla o enfermarla. Cogimos una ciudad enferma y de lo que me siento más orgulloso es de la peatonalización de la plaza Costa del Sol. Es una actuación que ha significado un cambio en la ciudad y en el centro urbano, un centro que se empezó a regenerar. Junto a ello, una de las fotos que tengo en mi memoria del cambio de época fue el concierto de Danza Invisible en septiembre en La Nogalera, eso fue la caída del muro en Torremolinos y un espacio nuevo de libertad, esperanza, optimismo, ilusión...
-¿De qué habló con Margarita Del Cid cuando se reunieron el día que se anunció la moción de censura?
-Cuando se presenta una moción de censura, el que la presenta lo que hace es pedir una cita con el alcalde para explicar por qué la presenta, quién la apoya, las razones... Fue una conversación muy corta y muy respetuosa. Lo que me pidió fue que el traspaso de poderes se hiciera en un clima de normalidad por el bien de la ciudad.
-¿Llegaron a un pacto de no agresión en esa reunión?
Ni para ella ni para mí se puede plantear un pacto de no agresión. Creo que ahí lo que se está intentando justificar son malas conciencias, probablemente, con campañas que no trasladan la realidad de los hechos y que inflaman algo que es normal: que un alcalde se reúne con la jefa de la oposición cuando se presenta una moción de censura.
-¿Le pidió a Del Cid que garantizara algún salario dentro del grupo municipal?
Es mentira, absolutamente mentira. Esas cosas duelen porque además de ser falsas trasladan una imagen que es muy perniciosa no sólo para mi persona sino para el propio grupo y para la política. Yo por mucho que hubiera acordado, es el grupo el que determina quién tiene la dedicación exclusiva.
-¿Por qué no la nombró ni una sola vez durante su intervención, de más de siete minutos, al día siguiente?
En el pleno había dos intervenciones, como siempre hemos hecho. Una por parte del alcalde, yo, y otra por mi portavoz. Ella debía centrarse en poner en valor los logros de la gestión, que no había razones que justificaran la moción de censura, mientras que yo tenía que hablar de un aspecto más emotivo, más ideológico y dirigido a la persona que nos había apoyado y había cambiado su voto, Nicolás de Miguel.
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