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Por los pasillos y patios de la Facultad de Derecho pasea Javier con su bebé de dos meses, Noa, colgada del pecho. La madre, Saray, está examinándose para Educación Primaria y tendrá que salir a dar de mamar a su pequeña, que no aguantará las dos horas y media que dura el examen. Hay aulas de lactancia en todos los centros universitarios, hasta 17, aunque Javier dice que su mujer se sentará en un banco, junto a la puerta de entrada de su aula de examen. Saray es una de las 7.613 personas que ayer sábado realizaron en Málaga la primera de las pruebas de las oposiciones docentes de este año.
Saray está trabajando, con distintas sustituciones y alguna vacante (para todo el curso), pero busca la estabilidad de una plaza de funcionario. Javier explica que en las anteriores oposiciones a Maestros se quedó a un puesto de conseguir plaza. Prepararse durante el embarazo y ya con su bebé nacido «ha sido duro, sin tiempo apenas para estudiar», dice el marido. Pero el objetivo, la tranquilidad que proporciona un trabajo seguro, bien merece el esfuerzo.
«¿Conseguir plaza? Misión casi imposible», comentaban a la salida Celia y Elena Martín, después de examinarse para la especialidad de Audición y Lenguaje. ¿La razón? 89 candidatos para tres plazas en su tribunal, la mitad interinos con tiempo de servicio, que en esta convocatoria, por ser especial de estabilización, cuenta más en la fase de concurso. Aunque peor lo tienen en la especialidad de Operaciones y Equipos de Producción Agraria: se han presentado en Málaga unos 45 opositores para una plaza. Celia y Elena decían haber perdido la cuenta de las veces que se han presentado a las oposiciones. Cristina, que se presentó por la misma especialidad, salía contenta del examen. Han sido sus segundas oposiciones y la joven trabaja en el equipo de orientación de Archidona.
En toda Andalucía se han presentado 43.707 aspirantes para acceder a los cuerpos docentes de Maestros, Enseñanza Secundaria, Régimen Especial y Formación Profesional, con 2.826 plazas. Es decir, más de 15 personas compiten para una plaza docente.
Algunos se han presentado por primera vez. Es el caso de Alicia Espejo, de 24 años, que ha estudiado Económicas en la UMA y tiene también dos másteres. Trabaja en una ONG en Madrid porque quiere ahorrar dinero para poder prepararse a fondo las oposiciones. «He venido para ver cómo es una oposición y quitarme esta incertidumbre para próximas convocatorias», señalaba la joven.
Otra de las casuística muy frecuentes en unas oposiciones es la de candidatos que aprueban, pero que luego no consiguen plaza. Esto le ha pasado a Macarena, natural de Estepona, que se ha presentado por segunda vez. Ya aprobó en la oposición anterior, pero no consiguió plaza y tampoco la han llamado para sustituciones. Sabe que en esta también será difícil, pues la fase de concurso tiene más peso y es una convocatoria especial para estabilización de interinos. Trabajando, es difícil prepararse a fondo, señalaba.
Pero no todos los opositores que se examinaron ayer en diferentes centros de la Universidad de Málaga son malagueños, ya que los opositores pueden elegir la provincia en la que examinarse o bien no en todas las capitales hay tribunales para todas las especialidades. Es el caso de Sergio, un cordobés que ha estudiado en la universidad de su ciudad Informática y se presenta por la especialidad de Sistemas y Aplicaciones Informáticas. Está trabajando, pero se ha presentado por tener la experiencia para próximas convocatorias. Para la misma especialidad se presentan Ana y Mireya. En su caso son graduadas en Organización Industrial por la UMA y también es su primera oposición. Han acudido por «probar suerte» y por tener «un plan B. Por si falla más adelante el trabajo, tener la posibilidad de pasarnos a la docencia».
Otro de los perfiles de este proceso selectivo es el de personal interino. Precisamente para ellos van destinadas fundamentalmente estas oposiciones, con el objetivo de estabilizar al mayor número de ellos. Por esto, de manera extraordinaria, en estas oposiciones las diferentes partes de la fase de oposición (desarrollo de un tema, exposición de una unidad didáctica y, para algunas especialidades, examen práctico) no son eliminatorias. También cuenta más la experiencia en la fase de concurso.
Pero Celia y Elena consideran que estas oposiciones «estabilizar, estabilizan poco», por el escaso número de plazas. Para muchos, el objetivo es al menos aprobar para poder entrar en la bolsa de sustituciones, conscientes de las escasas posibilidades de conseguir plaza aunque aprueben la fase de oposición (que cuenta un 60%, y un 40% el concurso de méritos, en los que el tiempo de servicio supone el 70%).
Ana, algecireña, sí ha conseguido entrar en la bolsa de sustituciones. Representa el perfil típico del interino: con familia, un hijo pequeño, su último destino ha estado a 450 kilómetros de su hogar, Pulpí, en Almería, ya limitando con Murcia. «En mi tribunal hay dos plazas, estamos muchos candidatos y compañeros con mucho tiempo de servicio, por lo que habrá una gran incertidumbre hasta el final», lamentaba. También Celia y Elena han recorrido varias provincias sustituyendo bajas de otros compañeros. Como Laura, una jiennese que trabaja en Fuengirola y se presentó por Inglés. Ha sido su tercera vez. «Espero que sea la definitiva. Me ha salido uno de los temas que mejor llevaba preparados», decía, sin poder ocultar la sonrisa. Y este es otro factor fundamental en las oposiciones. La suerte.
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Ignacio Lillo | Málaga
Nuria Triguero | Málaga
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