Así ha sido la operación de rescate del Asilo de Los Ángeles en Málaga

El Asilo de los Ángeles entró en una situación económica extrema en el año 2019, antes de la pandemia, y en 2020, un juzgado ordenó el embargo inmediato de los bienes del patronato de la residencia de ancianos, por una deuda con el banco gallego Abanca que superaba los 470.000 euros, incluidos intereses. Se trataba de un préstamo hipotecario que había suscrito la residencia una década atrás para hacer obras en sus instalaciones. En paralelo a estos problemas, Luis Plaza, el presidente del Patronato Hogar Nuestra Señora de los Ángeles, que regenta esta organización benéfica -los internos, que ahora rondan los cuarenta y que en su mayoría son grandes dependientes, son personas vulnerables y la Junta colabora en su manutención- comenzó a llamar a todas las puertas. Entre ellas, a la de Fundación Unicaja y a la del propio banco Unicaja. Según explicó Plaza este lunes, la entidad financiera con la que habían suscrito el préstamo originario «no quería negociar en ningún momento»; sólo se avino a ello cuando «estaba todo prácticamente solucionado», gracias a la intervención de Unicaja y de su primer accionista.

De esta manera, uno de los ingredientes de la operación rescate al Asilo de Los Ángeles es la quita a la que se avino Abanca. Una vez aplicado ese descuento al monto total adeudado, las obligaciones con esta entidad ya están completamente liquidadas. Y ello gracias a la refinanciación que ha realizado Unicaja con una hipoteca que no llega a los 300.000 euros. También ha aportado recursos la propia Fundación Unicaja. Y la cuarta pata que ha hecho posible la supervivencia de la residencia situada al norte de la capital malagueña ha sido la aportación de recursos propios de la Fundación Nuestra Señora de los Ángeles.

«Así podemos salir de este impasse, ya tenemos el futuro despejado», afirmó Luis Plaza, que dio las gracias a la consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos de la Junta de Andalucía, Carolina España, que, a su vez, explicó cuál ha sido su papel mediador para que encajaran las piezas necesarias que dieran continuidad a la labor del asilo: «Esto ha sido un trabajo de equipo, un trabajo de personas unidas para salvar una buena obra, una buena acción, un buen trabajo que se está haciendo desde el asilo y, por lo tanto, yo lo único que he hecho ha sido poner en contacto a las personas que podían darle una solución».

«El único sitio donde no nos han atendido y nos han tratado mal, y que me perdonen si esto no es correcto decirlo, es en la entidad que no quería que esto siguiera, la entidad que quería que esto desapareciera», agregó Plaza, que trasladó la sospecha de que el banco con que habían contraído la deuda originaria tenía intereses mercantiles para destinar ese espacio a otros usos. «Pero nos encontramos con que había una entidad que es de Málaga y que es de los malagueños y que sí que quiso que esto siguiera y que siguiera como está», agregó, apasionado, Plaza en declaraciones a los medios de comunicación. Éste también recordó que se constituyó una asociación de vecinos en defensa del asilo y además deslizó que con la ayuda del Ayuntamiento van a arreglar el entorno, que corresponde a un antiguo convento franciscano del siglo XVI, aunque lleva operando como asilo benéfico desde hace más de un siglo.

La consejera España, por su parte, agradeció a Unicaja y la Fundación: «Desde el momento en el que los llamé para decirles que el Asilo de Los Ángeles necesitaba de su ayuda, se pusieron a trabajar sin descanso». «Han sido meses y años de trabajo, porque había muchísima presión sobre este centro para que cerrara, para que se fuera a otro sitio, para que se lo llevase otra entidad financiera y para que desapareciera, en definitiva», resumió la responsable de la cartera de Economía de la Junta.

Asimismo, Plaza explicó que durante los últimos años de litigios y de búsqueda de una solución a los problemas financieros de la residencia, «nadie ha sufrido, ni un residente lo ha notado, ni un trabajador lo ha notado, han cobrado todos los meses tranquilamente, y los residentes han estado atendidos». Actualmente, hay alrededor de cuarenta internos, la mayoría grandes dependientes, a quienes atienden algo más de una treintena de trabajadores.

Si bien la firma del acuerdo se realizó ante notario el pasado 31 de diciembre, ha sido en la mañana de este primer lunes de marzo que se ha hecho público y en el acto han estado presentes el consejero delegado de Unicaja, Isidro Rubiales, así como el presidente de la Fundación Unicaja, José Manuel Domínguez, y su director general, Sergio Corral.

Rubiales valoró: «Desde el banco, dentro de nuestro compromiso de responsabilidad social corporativa y en la medida de nuestras posibilidades es una satisfacción poder ayudar a este proyecto y darle estabilidad financiera. Nuestro compromiso es que se sientan confortables y que este proyecto tenga sostenibilidad en el tiempo; esto también entra dentro del compromiso que el banco tiene con sus territorios de origen». Y José Manuel Domínguez agregó: «No puedo sino mostrar nuestra mayor satisfacción por el hecho de que, gracias a la colaboración tripartita que ha habido esencialmente entre la Junta de Andalucía, Unicaja y la Fundación Bancaria se haya podido resolver un problema que ya venía arrastrándose desde hacía algún tiempo y que desde luego nos causaba una honda preocupación. Para nosotros es sumamente satisfactorio que se haya podido llegar a esta solución y se haya abierto una senda de estabilidad para esta institución tan importante».

Domínguez también confesó que durante todo el proceso se ha visto «como transportado en el tiempo»: «Creía que estábamos todavía en la época en la que las cajas de ahorros eran cajas de ahorros y Unicaja era una entidad unitaria, porque en esta situación confluyen dos aspectos: el componente financiero, que ha asumido el banco, y el componente social, con la Fundación Bancaria: hace algún tiempo todo estaba aglutinado en una única entidad. Ahora llegamos al mismo resultado a través de dos entidades independientes que confluimos en apoyar un proyecto tan importante: la atención a los colectivos más vulnerables y necesitados, que ha sido siempre una seña de identidad de las cajas de ahorros». Domínguez abundó en que si con el desarrollo del Estado del Bienestar la función asistencial fue perdiendo peso en estas entidades, para Unicaja «sigue siendo una de las líneas fundamentales de actuación».

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