ONG de Málaga advierten de que la acogida de refugiados en casa «no suele salir bien»

Los grupos de WhatsApp se inundan con listas de personas dispuestas a recibir en casa a quienes huyen de la violencia y buscan protección. No siempre es una buena idea, pese a que las intenciones sean encomiables. «Yo evitaría los llamamientos para acoger a refugiados en casas», explica Francisco Cansino, responsable provincial de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR): «La experiencia nos dice que estos acogimientos por parte de particulares, resultado del impacto emocional que nos produce la guerra, no suelen salir bien».

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El asunto ha encendido todas las alarmas entre las organizaciones dedicadas a la atención a menores. Aldeas Infantiles hace una «llamada a la calma» para que no se extienda la idea de que cualquiera puede acoger a un niño o una familia. El mismo diagnóstico hacen desde la Asociación Estatal de Acogimento Familiar (Aseaf): «Hay muchísimas familias, no va a ser un problema la falta de hogares, pero no se puede estar repartiendo niños sin control. Vienen de una situación de desprotección y hay que hacer las cosas bien para garantizar su seguridad también en España». El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, conocido como Unicef, también ha lanzado una alerta: el acogimiento «no siempre es la mejor solución». Las asociaciones reconocen que han recibido una avalancha de consultas sobre cómo acoger a menores.

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Aunque comprenden «ese primer impulso de ayudar y dar cobijo a los más vulnerables», como explican desde Unicef, «la acogida de personas que proceden de contextos de crisis humanitarias no es la alternativa más recomendable». ¿Por qué? Las Naciones Unidas consideran que la verdadera solución no debería articularse desde iniciativas particulares sino ser coordinada con el objetivo de que sea «duradera». Así se evitará un segundo desarraigo que podría tener consecuencias «muy negativas». En Aldeas Infantiles se muestran preocupados por la posibilidad de que «se frivolice» con el acogimiento: «Deben seguirse todos los mecanismos de control y los canales para asegurar que se cumple con el protocolo de acogida» aprobado por la Comisión Europea.

La competencia en materia de acogida corresponde a las comunidades autónomas en coordinación con la Administración central. Cualquier persona interesada ha de dirigirse a la Consejería de su región encargada de asuntos sociales. Pero este asilo debe cumplir una serie de requisitos que, por su complejidad, llevan un tiempo considerable, como determinar la idoneidad de las familias: «No deberíamos acortar ese procedimiento porque supondría un riesgo serio para las personas acogidas y quienes acogen».