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Omar Pera, vicepresidente de Freepik responsable de Producto y Labs. Marilú Báez
Omar Pera, el mago de la IA que ha cambiado Meta por Freepik y Nueva York por Málaga

Omar Pera, el mago de la IA que ha cambiado Meta por Freepik y Nueva York por Málaga

«Me enamoré de Málaga en tres días», afirma, y es literal: conoció la ciudad un miércoles y el sábado ya había buscado piso para mudarse con su familia

Lunes, 1 de abril 2024, 07:16

Omar Pera (Alcoy, 1988) es un hombre de decisiones rápidas. En su vida ha virado el timón varias veces y, pese a que reconoce algunos errores, no puede decirse que le haya ido mal. Aún no ha cumplido los 40 y ya disfruta del privilegio de poder elegir donde vivir y trabajar guiándose sólo por lo que le apasiona. Y esa libertad le ha llevado a cambiar Meta por Freepik y Nueva York por Málaga. Desde noviembre, este ingeniero informático está liderando el desarrollo de nuevos productos basados en inteligencia artificial en la compañía malagueña. Una nueva etapa en la que se embarcó por un doble flechazo: por Freepik y por Málaga.

«Me enamoré de Málaga en tres días», asegura el emprendedor alcoyano. Y, como en todas las buenas historias de amor, la casualidad ha tenido un papel decisivo. Hace un año, Omar estaba viviendo con su familia en Nueva York, donde trabajaba como líder de producto en Meta, con responsabilidad sobre cientos de personas que desarrollan aplicaciones para la gestión de relaciones con el cliente (CRM) a través de WhatsApp. Llevaba menos de cuatro años en la compañía fundada por Mark Zuckerberg; los que hacían desde que Facebook compró Kustomer, la empresa que a su vez había comprado la suya (Reply.Ai). Una gran empresa, un gran puesto, una gran ciudad. Pero ya estaba rondándole la idea de «dar el siguiente paso». En junio nacía su hija pequeña y él tomaba la primera de varias decisiones que cambiarían su vida: no volver a Meta después del permiso de paternidad. «Me propuse tomarme un periodo de reflexión y dedicarme al 100% a investigar sobre inteligencia artificial», afirma. «Echaba de menos ensuciarme las manos, el 'modo startup'», confiesa. Él y su mujer querían, además, cambiar de aires: iban a mudarse a Miami. «Enviamos los muebles allí y todo», afirma.

El plan empezó a cambiar al viajar a España el pasado verano para que su familia conociera a la bebé. A Pera, que ya había formalizado su salida de Meta, le empiezan a llegar ofertas de trabajo, incluida una muy jugosa de una empresa americana que le quería de director de inteligencia artificial... en Nueva York. «No sabía qué hacer, así que llamé a mi amigo Andrés Torrubia [otro emprendedor alicantino de mente inquieta, cofundador del Instituto de Inteligencia Artificial y de Medbravo, entre otros proyectos]. Y antes de que le diera detalles de las ofertas, me dijo: 'No te voy ni a escuchar. Lo que tienes que hacer es hablar con Cuenca'».

Cuenca es Joaquín Cuenca, el CEO de Freepik, también alicantino y amigo de Torrubia. Éste está en la junta directiva de la empresa malagueña y sabía que estaban buscando un perfil como el de Omar Pera. «Somos paisanos, pero yo sólo había coincidido con Joaquín una vez, en un máster de inteligencia artificial donde dábamos clase ambos. Me llamó y estuvimos hablando dos horas y media de reloj. Cuando colgué le dije a mi mujer: no sé qué me ha pasado. Estaba trastocado», confiesa. Había pasado que conectó «desde el minuto uno» con Cuenca y «con su manera de gestionar» y que se enamoró de Freepik, una empresa «que sin inversión externa ha llegado a donde ha llegado: de Málaga a ser global» y que tiene «una misión con la que me identifico: ayudar a la gente a hacer grandes diseños más rápido, para que puedan expresar el poder de sus ideas», expresa.

El flechazo con Freepik se volvió serio y en dos semanas, Omar Pera aceptaba la oferta para ser vicepresidente de producto de inteligencia artificial y Labs. Labs, explica, es «como una 'startup' dentro de Freepik dedicada a innovación». Pera lidera un equipo pequeño (son cinco) y ágil, como a él le gusta. Ha vuelto a ensuciarse las manos y tiene el foco «al 100% en inteligencia artificial», como él quería.

Y ahora viene el otro enamoramiento: el que le llevó a traerse los muebles de Miami a Málaga. «La idea era que trabajaría en remoto, desde EE UU. Pero en esas me invitaron a la Barcamp [un selecto y discreto encuentro de fundadores de 'startups' que se celebra en Málaga]. No había estado antes en la ciudad y me encantó; tanto que llegué un miércoles, el jueves llamé a mi mujer y le dije: 'Te voy a proponer una cosa un poco loca. ¿Y si nos quedáramos en España? ¿Y si miramos pisos en Málaga?' Dijo que sí. El viernes firmé el contrato con Freepik y el sábado, el de la casa. Todo se alineó», explica.

«Estamos enamorados de Málaga»

¿Qué es lo que le atrajo tanto de Málaga? Pera lo resume así: «Primero, el clima. Y me parece una ciudad tan bonita: vas caminando por el Centro, llegas a la playa, tienes al lado una montaña... ¡Es espectacular! La gente me pareció muy maja, muy abierta a los que venimos de fuera; eso no se da en otras ciudades. Y tiene un ambiente muy internacional: he conocido a gente venida de muchos sitios diferentes». Cinco meses después de instalarse junto a su familia, la luna de miel con la ciudad continúa. «No sé si viviremos aquí dos años, cuatro o toda la vida; pero te puedo decir que a día de hoy estamos enamorados de Málaga; nos gusta todo».

Omar Pera lleva apenas cinco meses en Freepik, pero su impronta es ya bien tangible. La compañía malagueña ha tomado la ofensiva y está sorprendiendo al mercado con sucesivos lanzamientos de herramientas de diseño basadas en IA generativa, como la que convierte texto a imagen, la que es capaz de 'traducir' garabatos en ilustraciones y la más novedosa: Reimagine, que permite realizar infinitas variaciones sobre una misma imagen. El vicepresidente de Freepik explica así la estrategia que ha adoptado esta compañía ante la inteligencia artificial: «Podría haberla visto como una amenaza. Pero ha cogido la amenaza, la ha hecho una bola y se la ha comido. Y hemos ido directamente a la ofensiva más que la defensiva. No queremos hacer una transición; queremos liderar este movimiento en el que la creación se está democratizando, con herramientas muy sencillas de utilizar pero que dan mucho control para poder crear cualquier cosa. Nosotros no hacemos magia, pero estamos brindándole a la gente las herramientas para hacer magia».

El alicantino tiene claro el papel de Labs, esa 'startup' dentro de la 'scaleup' que es Freepik. «Tenemos que movernos muy rápido, utilizando la última tecnología e intentando hacer oportunidades que puedan hacer de Freepik diez veces más grande de lo que es ahora. Fallaremos mucho y algunas veces funcionará; lo importante es que lo hagamos rápido», explica. Para él, la oportunidad que tiene la empresa es «muy grande y muy bonita: que Freepik, siendo líder mundial ya de todo el tema de contenido visual, sea también líder en herramientas aplicadas a creatividad que no sólo van enfocadas a diseñadores, sino a todo el mundo».

Trayectoria: del CERN a Nueva York

Omar es un recién llegado en Málaga, pero en la Comunidad Valenciana se ha escrito mucho sobre él y su hermano Pablo, también informático y con el que siempre ha formado tándem emprendedor. Recuerda la que se lio en su pueblo cuando por la radio dieron la noticia de que «habíamos vendido nuestra empresa a Meta por un billón de dólares». No era así: en realidad, Meta había adquirido Kustomer, una empresa que unos meses antes a su vez había comprado Reply.Ai, que -esa sí- era la empresa de los hermanos Pera. Así que a ellos les tocó una parte, «¡no el billón!», recuerda riendo.

Reply.ai se dedicaba, mucho antes del boom de la inteligencia artificial, a desarrollar 'chatbots' de atención al cliente usando tecnologías de 'machine learning' y procesamiento del lenguaje natural. Entre sus clientes, Glovo, Samsung, Starbucks o Coca-Cola. La idea de negocio se les ocurrió a los hermanos Pera en 2016 a raíz de un problema que enfrentaban en su anterior empresa, dedicada a la creación de aplicaciones móviles de entretenimiento. «Una de nuestras 'apps' estaba teniendo mucha repercusión y empezamos a recibir cientos de emails de clientes al día. Eso nos hizo pensar que, igual que a nosotros, a muchas empresas les vendría bien automatizar la atención al cliente», explica Omar Pera.

En su trayectoria, los hermanos Pera han alternado y a veces combinado trabajos por cuenta ajena con sus propias 'startups'. «Empezamos a interesarnos por el tema de las 'apps' cuando yo estaba en Suiza, trabajando en el CERN y mi hermano, en Google. Llegó un momento en que él dejó Google, se vino a trabajar también al CERN y, nada más salir de la oficina, nos poníamos a programar aplicaciones móviles. Éramos como Batman», bromea. Acabaron lanzando más de diez aplicaciones propias con más de 50 millones de descargas y a raíz de que aparecieran en televisión con una de ellas (la que servía para evitar el doble 'check' azul de WhatsApp), el emprendedor Iñaki Berenguer les 'descubrió' y les contrató para ir a Nueva York con su startup.

Pera también tiene una faceta inversora: es 'business angel' de varias startups, como Replit, Cabify, PLD Space, Bnext o Genially.

«Pasa una semana utilizando ChatGPT. Cambiará tu visión sobre la IA»

Omar Pera compara el impacto que va a tener la inteligencia artificial con el que tuvo Internet. «Yo diría que va a cambiar más de lo que todo el mundo hoy cree, aunque un poquito más lento de lo que ahora parece. A la gente nos cuesta un poco el cambio, pero a medio plazo va a cambiar muchísimo, no solo a nivel empresarial o a nivel personal, sino a nivel social», explica.

Por eso el emprendedor cree que «todos», «tanto a nivel individual como colectivo» «deberíamos esforzarnos cuanto antes por formarnos y por empezar a utilizar la IA en nuestro trabajo» «Mi consejo es: no esperes a que alguien te diga que tienes que aprender a utilizar herramientas de inteligencia artificial. Ponte tú a aprender: lee, haz un curso, utiliza ChatGPT. De hecho, yo recomiendo pasar una semana utilizando sólo ChatGPT como asistente personal y fuente de información. Va a cambiar tu punto de vista sobre la IA», afirma.

El emprendedor insiste: «Es necesario que todo el mundo de verdad abrace este cambio porque va a tener mucho impacto en todos los trabajos. Tendemos a muchísima más productividad por persona y eso también implica que se necesiten menos personas. Así que va a tener un impacto alto en la sociedad; bueno y malo. Si dijera que sólo bueno, sería hipócrita», concluye.

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