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Ejemplar de avispón oriental. Sur
Ojo con el avispón oriental: ya es un fijo en estas localidades de Málaga y la Costa del Sol

Ojo con el avispón oriental: ya es un fijo en estas localidades de Málaga y la Costa del Sol

Los avisos de avistamientos de esta peligrosa especie invasora se suceden desde numerosos barrios y municipios del área metropolitana

Ignacio Lillo

Málaga

Sábado, 29 de junio 2024, 00:51

Desde El Ejido, Olletas, Teatinos y La Luz, por citar sólo los casos de los que este periódico tiene constancia; pasando por diversos municipios de la Costa del Sol como Mijas, hasta Alhaurín de la Torre, ya en el Valle del Guadalhorce. El avispón oriental (no confundir con el asiático, mucho más grande y agresivo, y del que todavía no hay constancia en esta zona) ya es un vecino más en buena parte de la franja costera de la provincia.

Esta especie exótica invasora puede resultar peligrosa, tanto porque pican a las personas si se sienten amenazadas, como por su impacto para la naturaleza local. Lo más grave ocurrirá en el supuesto de que se adentren en las zonas rurales y entren en contacto con las colmenas de abejas, a las que cazan para alimentar a sus larvas.

«Está más que asentado aquí», reflexiona Raimundo Real, catedrático de Zoología de la Universidad de Málaga (UMA). En cambio, valora que en lo que va de primavera se está viendo menos que el año pasado, cuando hubo alarma en varios barrios por la presencia de numerosos ejemplares. «En invierno, por la sequía u otras causas no le ha ido también como podría haber sido». Comenta. A ello, añade que su eclosión ha sido tardía y se ha producido hacia el mes de mayo: «Empezaron a verse volar primero las reinas, que son muy grandes, casi el doble que las obreras».

El catedrático explica que la reina es la única pieza de la estructura de la colmena que sobrevive al invierno, mientras que las obreras y los zánganos mueren en otoño. «Aquí tardaron, es como si todo el ciclo viniera muy retrasado; aguantaron casi hasta el invierno, que todavía se veían obreras en las playas, arrancando trozos de pescado para llevarlo y dar de comer a las larvas, que son las que comen carne». Los adultos se alimentan de néctar. «Era llamativo verlas tan metido en noviembre», pero al llegar el invierno, desaparecieron.

Las nuevas reinas, en cambio, han aguantado el suave invierno escondidas en grietas o huecos, previamente fecundadas. Y ahora es cuando han salido, aunque Raimundo Real llama la atención de nuevo por la tardanza en hacerlo respecto a lo que sería normal. «Lo esperable era que lo hubieran hecho ya en marzo; no sé si habrá sido por el año hidrológico raro, con la sequía primero, las lluvias fuertes en torno a la Semana Santa, y vuelta a la sequía».

Pero finalmente han salido y han comenzado los avisos ciudadanos desde diversos puntos de la provincia. Las reinas que salieron en mayo ya han puesto huevos fecundados previamente, lo que a su vez ha hecho que empiecen a dejarse ver las primeras avispas obreras, en busca de carne (insectos a los que cazan, cadáveres de animales, restos de comida, etc) para alimentar a las nuevas larvas. Cada reina puede tener hasta 100 y 200 obreras, por eso se ven más ahora.

Esta especie construye habitualmente los nidos en túneles excavados en el suelo, pero también debajo de tejados de edificios, sobre todo cuando son tejas antiguas; e incluso en chimeneas. Por eso, el catedrático recomienda que cuando se vean mucho en un jardín o una calle, hay que llamar a las autoridades (ayuntamientos y policía local, en el caso de las ciudades, y Guardia Civil, en el interior), para que den parte a los servicios especializados para localizar el nido y retirarlo.

Así son

La 'vespa orientalis', avispa o avispón oriental es una especie exótica, oriunda del Mediterráneo oriental (Turquía, Siria, Líbano, Israel, etc), así como del norte de África, si bien está instalada en la provincia desde hace al menos tres años. La hipótesis de su llegada es que algún ejemplar viniera junto con algún envío de plantas de vivero procedente de un país donde sea endémica. Se distinguen de los avispones autóctonos y de otros exóticos que están llegando porque tiene la frente amarilla y una mancha del mismo color casi al final del abdomen.

Si las ven no las molesten porque pueden ser peligrosas. Su picadura es venenosa, y un sólo ejemplar puede hacerlo varias veces. Además, se defienden en grupo, por lo que la descarga de toxinas puede llegar a producir un shock anafiláctico, como le ocurrió a una vecina de Marbella hace dos años. La picadura de un avispón oriental es muy dolorosa, aunque no necesita de un tratamiento en especial; eso sí, se debe acudir a urgencias cuando se estime que puede ser alérgico a su veneno o en el caso de varias picaduras que podrían desembocar en una reacción severa.

Los nidos son colectivos y dan cabida a decenas y hasta cientos de ejemplares. Aunque estos grupos son más pequeños que los de la llamada avispa asiática (Vespa velutina) y su peligrosidad es también menor. De la temida velutina todavía no hay testimonios en Málaga, aunque sí en el norte de España.

Cualquiera no debe arriesgarse a quitarlos, ya que los aguijones llegan a atravesar las protecciones de un traje normal de apicultor, y además atacarán en grupo para defender a su colonia. A nivel ecológico, la clave es gestionar su presencia en las zonas urbanas para evitar su expansión y conquista de las áreas rurales, donde causan daños al ecosistema porque atacan a las colmenas de las abejas melíferas.

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