Secciones
Servicios
Destacamos
El descenso en la natalidad de los últimos años se está trasladando a los centros escolares, que sufren una continua bajada en las matrículas de nuevos alumnos. Cerrado el proceso de escolarización de este próximo curso para los alumnos de nuevo ingreso, sigue descendiendo el ... número en segundo ciclo de Infantil (3 años). En cambio, se recuperan las solicitudes para primer curso de la ESO. Este miércoles día 1 de junio se abre el plazo para matricular a estos alumnos de segundo ciclo de Infantil, los de Primaria y Educación Especial. Estará abierto hasta el 8 de junio.
Según los datos facilitados por la Delegación de Educación, este año se han presentado 13.970 solicitudes para plazas escolares de 3 años, los niños y niñas que se incorporan a los colegios para realizar el segundo ciclo de Educación Infantil, una etapa que aún no es obligatoria. Son 466 menos que en el actual curso escolar (se matricularon 14.436), pero 1.105 respecto a hace dos años (en 2020 se tramitaron 15.541 matrículas para esta etapa).
La situación, en cambio, mejora este próximo curso en la etapa de Secundaria. Para primer curso de la ESO se han presentado 16.132 solicitudes durante este periodo de escolarización, que son 1.926 más respecto al año pasado y unas 500 menos que hace dos años.
Las familias han solicitado plaza escolar para los niños y niñas nacidos en 2019 (son los que cumplen ahora 3 años). Ese año nacieron en Málaga 13.243 bebés. Una cifra muy alejada de los 19.015 que se registraron en el año 2008. El siglo XXI había comenzado con 14.255 nacimientos.
Para el alumnado de 3 años, que se incorpora por primera vez al sistema educativo, se ofertaban en la provincia 15.875 plazas de nuevo ingreso, de las que el 80,3% corresponden a centros públicos y el 19,7% a la concertada. Es una cifra muy similar a la del año pasado, cuando la oferta fue de 15.795 plazas.
En los últimos años se ha producido un acusado descenso en el número de alumnos en el segundo ciclo de Infantil (los niños y niñas de 3 a 5 años). Según las estadísticas de la Consejería de Educación, en el curso 2017/18 estaban matriculados 47.122 alumnos; en el curso 2018/19, 46.627; en el curso 2019/20, 46.646 y en el último con datos, el 2020/21, la cifra había bajado a los 44.664 alumnos y alumnas. También en Primaria se ha registrado un descenso en el número de alumnado: de 107.451 en el curso 2017/18 a los 102.808 del pasado 2020/21.
Esta bajada en el número de alumnos supone que cada año se cierren más unidades escolares. Los sindicatos de Educación han calculado que en este curso académico se han podido cerrar en la provincia alrededor de 130 unidades. Esta situación es reconocida por los trabajadores y responsables educativos. «Por desgracia, la bajada de la natalidad repercutirá en cierre de unidades y en algunos casos, cierre de centros», advierte Silvia Frey, la presidenta en Málaga de la Asociación Andaluza de Directores y Directoras de Educación Infantil, Primaria y Residencias Escolares, ASADIPRE.
El descenso continuado de la natalidad en Málaga (así como en España) en los últimos años se traslada de manera automática a los centros educativos. La indeseable consecuencia de esta falta de escolares es el cierre de unidades (o clases). Los colegios que pierden una unidad (pasan de tres grupos de primer curso a dos, por ejemplo) van arrastrando este descenso a los cursos superiores, de manera que al final de la etapa se traduce en la supresión de una línea completa, con la consiguiente pérdida de empleo.
Guillermo Hernández, presidente provincial del sindicato ANPE, denuncia que el descenso en la matriculación en la etapa de Infantil «es aprovechado por la Administración educativa para suprimir unidades. Nosotros estamos totalmente en contra del cierre de unidades en los centros públicos y apostamos en estos casos para que se lleve a cabo una bajada en la ratio que conducirá a obtener una enseñanza de calidad». Un análisis en el que coincide Yolanda Gamero, de Comisiones Obreras. «Bajar la ratio permitiría una atención educativa más individualizada y de calidad», señala.
Para Francisco González, de CSIF, estos cierres «ocasionan tremendos perjuicios tanto a docentes como a los alumnos y a las propias familias, ya que se extiende por distintos rincones de la provincia y, una vez que se producen, se consolidan, siendo muy pocas las unidades que vuelven a recuperarse». Desde el sindicato «afrontamos la situación con preocupación ante la posibilidad de que esta reducción de alumnado se traduzca en la supresión de nuevas unidades educativas en la provincia de Málaga, como se viene produciendo, y que tiene consecuencias muy graves sobre el servicio público y la docencia», señala.
Según Guillermo Hernández, los centros afrontan esta reducción en la tasa de escolarización «con inquietud», porque supondrá el desplazamiento por falta de horario y la supresión de docentes en sus puestos.
Una situación, el cierre de aulas, que es más acentuada en el interior de la provincia. En el colegio San Sebastián, de Antequera, se ha pasado de seis a tres unidades en el plazo de tres años. Y en el pueblo de doce a seis. «Además, las clases suelen estar a tope de ratio (25 y en algunos casos 26 y 27) lo que inevitablemente está llevando a una masificación de las aulas y una pérdida de calidad en atención al alumnado», denuncia su director, Eusebio Córdoba. Otra consecuencia del cierre de unidades es que los centros pierden el denominado 'cupo 14', que dota de un maestro o maestra más a los centros que tienen cinco o más unidades en Infantil, lo que supone menos apoyos y que profesorado de Primaria tenga que desplazarse a Infantil a cubrir ausencias y los primeros días de las bajas del profesorado. «Esto repercute también en la organización del centro y en la dificultad de dotar al alumnado de la mejor atención posible», apunta el director.
Los municipios de la Costa no son ajenos a esta problemática. Fuengirola, por ejemplo, ha tenido 70 vacantes en 3 años. El director del colegio Andalucía, Francisco José Gutiérrez, teme perder una de sus tres unidades. Ya las perdieron en este curso los colegios El Tejar y Acapulco y para el próximo solo han ofertado dos unidades de 3 años. «No hemos tenido solicitudes para completar las tres clases», reconocía. Aunque explica que la movilidad de la población hace que lleguen muchas familias a lo largo del curso, como ha sucedido recientemente con argentinos o los refugiados ucranianos, de manera que clases de 20 alumnos han pasado a 25, el número máximo, o incluso más.
En cambio, el José Calderón de Campanillas podrá mantener sus dos unidades, ya que han tenido 44 solicitudes de 3 años. Son menos que en otros años, señala su director, Salvador Ortiz, aunque ocho más que el curso pasado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.