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Recién bajado del AVE, la que es su 'segunda casa' desde que el pasado abril fue designado senador por designación autonómica en sustitución de Fran Hervías, José Luis Muñoz Lagares acude a la cita para tomar café con este cronista. El lugar de encuentro es ... el bar Palacios, ubicado a pocos metros de la estación María Zambrano y cerca del mercado y la iglesia del Carmen, en esa frontera occidental del barrio del Perchel con Carretera de Cádiz. Con una pequeña mochila, llega acompañado de la jefa de prensa de Ciudadanos en Málaga, María José Garde, a la que es su primera entrevista con un medio de comunicación. A buen seguro no se le olvidará por ese debut y porque se celebró el mismo día en que Rusia invadió Ucrania haciendo estallar la guerra en Europa.
El de senador es el primer cargo público de este malagueño de la cosecha de 1971 que se afilió a Ciudadanos en 2015 «enganchado por el proyecto ilusionante e innovador» de Albert Rivera y «por la indignación que le provocaba «la corrupción endémica en Andalucía y los casos que salpicaban el PSOE y el PP». Aunque admite que la política le interesaba desde que tenía catorce años, no fue hasta ese momento cuando por primera vez decidió dar el paso y afiliarse a un partido político. Fue una decisión muy meditada y para la que fue preparando a su esposa a la que cuando le dijo que tenía que hablar con ella «se asustó, pensaba que tenía una amante, y cuando le comenté que me iba a afiliar me dijo: '¡Ahh! Bueno, vale'».
Recién afiliado, fue el hoy diputado y líder provincial liberal Guillermo Díaz quien le dio la primera charla. En ese momento comenzó su participación activa como miembro de la junta directiva de la Agrupación de Carretera de Cádiz -donde reside en la zona de la avenida Moliere-, como vocal en la junta de distrito y como integrante de los equipos de campaña de quien fuera candidato a la Alcaldía Juan Cassá.
Una labor como militante de base comprometido que compatibilizó con su trabajo como personal laboral de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, en la que lleva 22 años y donde está en excedencia. Antes, este ingeniero técnico en Topografía -que continua la tradición familiar de su padre y de su tío y cuya carrera estudió en Extremadura- y especialista en cartografía y gestión del dominio público forestal e hidráulico estuvo en el sector privado en empresa como Dragados, Urbaconsult o Construcciones Vera. Como hecho curioso relata que fue el encargado de ejecutar los movimientos de tierra en Cortijo de Torres para la instalación del recinto ferial de la capital.
Abierto en El Perchel desde mediados de los años ochenta del pasado siglo, los Palacios, en calle Eslava es un clásico bar de barrio especializado en desayunos y almuerzos. Punto de encuentro de los vecinos y trabajadores de la zona, es el lugar elegido para el café con José Luis Muñoz Lagares. Una mesa ubicada en la terraza desde la que se visualiza la espadaña de la iglesia del Carmen transcurre la conversación entre el senador, la jefe de prensa de Ciudadanos y este cronista ante tres tazas de café con leche.
A diferencia de políticos de partidos como el PP o el PSOE que encuentran en el Senado un retiro dorado tras años en otros puestos públicos, para José Luis Muñoz Lagares el escaño en la Cámara Alta es su primer cargo público. «Esto también diferencia a los viejos partidos de los nuevos», relata este padre de dos hijos, quien defiende la «utilidad» del Senado y como ejemplo pone que la activación el artículo 155 de la Constitución es competencia del Senado, aunque también es crítico porque «hay un número excesivo de senadores (264 entre los electos y los de designación autonómica) y seguro que con cien serían suficientes para hacer la labor que tiene encomendada».
Este malagueño es uno de los únicos tres senadores con los que cuenta Ciudadanos (los otros son la onubense María Ponce y el murciano Miguel Sánchez, que es el portavoz) y que aún recuerda «la locura» que vivió aquellos días en que fue designado por el Parlamento andaluz. Cuando le dijeron que iba a ser el elegido y antes de comparecer ante la Cámara regional, Muñoz Lagares estaba, por motivos laborales, a las 8 de la mañana en Benaoján «escuchando a los pajaritos, andando por una senda y pensé: 'qué bonito, esto lo voy a echar de menos en Madrid'».
«Al principio fue todo una auténtica locura. Te sueltan en el Senado, te dan un ipad y te dicen que al día siguiente tienes comisión. No hay un curso previo de adaptación para pasar de la vida civil a ser un cargo público. Es un auténtico reto y un desafío», rememora y aunque dice que hay «una carga brutal de trabajo y de responsabilidad, lo hago con mucha ilusión, orgullo y trabajo».
Respecto a cómo ve la política ahora que está en la primera línea, José Luis Muñoz Lagares muestra su pesar por «lo excesivamente polarizada» que está y critica que «los partidos de extrema derecha y extrema izquierda muchas veces lo único que hacen es hacer ruido mediático, seguir cavando trincheras de enfrentamiento para su propio beneficio. Esa crispación y esa polarización no ayuda a nadie y menos a los ciudadanos. Los políticos lo que tiene es que estar en contacto con el terreno, pisar el barro y estar en contacto con los ciudadanos».
En ese punto, defiende el papel que Ciudadanos juega como fuerza liberal y centrista. Mientras apura el café con leche que ha pedido la conversación gira sobre el futuro del partido naranja. «No pasa nada porque hoy estemos un poco más alto y mañana un poco más bajo. Soy optimista de que el partido va a seguir trabajando, haciendo las cosas tan bien como las está haciendo en el gobierno de la Junta, donde nuestro líder, Juan Marín es el segundo mejor valorado, Quizás no vamos a tener los 21 diputados autonómicos pero vamos a estar ahí condicionando la política andaluza para mejor porque lo que se ha demostrado es que al bipartidismo no se le puede dejar sólo», recalca.
El senador malagueño destaca como un acto de «honra política» que Albert Rivera dejara la política tras un mal resultado electoral y volviera a la sociedad civil, mientras que en sentido opuesto censura actitudes como las de Juan Cassá «y otros casos» del partido, a los que no pone nombre, que representan perfiles de personas que «defraudan, que sus principios son ellos mismos, su ego y el propio interés personal».
José Luis Muñoz Lagares sabe que su puesto como senador tiene fecha de caducidad: el día en que se disuelva el Parlamento regional y se convoquen elecciones andaluzas. Sobre si le gustaría seguir en política, se limita a decir que «nunca he pedido nada al partido, pero siempre he estado dispuesto a trabajar por él. Estaré disponible para lo que diga el partido sin solicitar nada». Eso sí, tiene muy claro de que estará «encantado» de volver a su trabajo como topógrafo.
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