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La mitad de los casos de VIH de Málaga se diagnostican diez años después de producida la transmisión, y un elevado porcentaje de ellos ya están en la fase en la que se han convertido en SIDA a través de las enfermedades oportunistas. Este dato ... puede parecer uno más de tantos de los que se conocen cada 1 de diciembre (el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA), pero los expertos lo consideran especialmente relevante, ya que demuestra que la prevención y sobre todo el diagnóstico precoz no siempre se cumplen.
En 2021, la provincia de Málaga registró 130 nuevos positivos por VIH. Como suele ocurrir cada año, la Consejería de Sanidad informará a lo largo de este viernes de los datos del año anterior (2022), pero el jefe de sección de Epidemiología en la delegación de Salud de Málaga, David Moscoso, avanza que la cifra será «muy similar», entre 125 y 135 nuevas transmisiones del virus. Por comparar, en 2016 esta cifra era de 232. Los nuevos casos de VIH comenzaron a caer, pero en los últimos cuatro ha vuelto a estancarse de nuevo.
Moscoso cree que durante unos años se han tomado medidas que han resultado ser «efectivas», pero que no renovarlas puede afectar a este estancamiento. «No insistir en las medidas de protección y de diagnóstico es un error. Hay que hablar más de ello, visibilizar el día mundial, y sobre todo, conseguir que la carga viral de las personas con VIH sea la mínima, porque eso corta las transmisiones», sostiene. Además, el responsable de Epidemiología reconoce hay otros elementos que juegan en contra, como la desaparición del foco público y la asunción de que el VIH supone tener que enfrentarse a un tratamiento de por vida, pero que ya es un virus que no implica la muerte de forma directa.
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En cuanto a los datos, hay algunos que resultan especialmente llamativos, como el que titula esta información. En 2021, 64 de los 130 casos se diagnosticaron al menos diez años después de la transmisión, una realidad fácilmente comprobable ya que los pacientes se hicieron la prueba con la enfermedad «bastante avanzada». De media, explica Moscoso, se requieren entre 10 y 12 años para que aparezca el SIDA. El principal problema con estas personas es que cuentan con una carga viral alta y tienen muchas posibilidades de transmitir el virus, sobre todo con prácticas de riesgo. Eso sí, aunque la detección se produzca de forma tardía, estas personas consiguen que la carga viral baje a prácticamente cero tras algunos meses de tratamiento. «Por eso es importante hacerse análisis periódicos. Aquellos que realizan prácticas de riesgo y no se realizan pruebas cometen una falta de responsabilidad», critica el facultativo de la Consejería.
En torno al 40 por ciento de los nuevos positivos son de personas extranjeras. Por sexos, los hombres son sin duda alguna los más afectados por el virus del VIH. En el último informe se destaca que de los 130 positivos nuevos, 120 (el 86%) son del sexo masculino. Además, 70 de esos 120 afirman que son casos de hombres que tienen sexo con otros hombres, mientras que de 38 de ellos no se tiene información porque no responden a esa pregunta. Dado el porcentaje tan bajo que hay de mujeres con VIH, esto puede deberse a que son hombres que 'oficialmente' no son ni bisexuales ni gays, razón por la que contestan a este apartado de la encuesta.
Los datos del SIDA
La franja de edad con más transmisiones es la que va de los 25 a los 29 años, con un 24 por ciento de todos los casos. Esto tiene sentido, según Moscoso, porque es el periodo vital con más contacto sexual. Además, y aunque sea por una cuestión de estadística, las mayores transmisiones se dan entre personas con mayor promiscuidad sexual.
Una de las mayores preocupaciones de las administraciones y de las organizaciones sociales es el «poco» conocimiento entre la sociedad de la diferencia entre VIH y SIDA. El primer caso hace referencia al virus (que si se sigue el tratamiento pasa a ser indetectable y por tanto intransmisible), y el segundo a la enfermedad.
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Sobre el SIDA, el último informe de Consejería señala que en 2021 se diagnosticaron en Málaga 26 casos, una cifra que también se ha ido estancando en los últimos ejercicios tras bajar de los 52 casos de 2013. En el capítulo positivo está la comparación con 1995, el año de toda la historia en el que más personas con SIDA fueron diagnosticadas en Málaga: 294. Entonces, no solo era dramática la cifra, sino la falta de tratamientos efectivos.
La llegada de la PrEP
Tal como ya relatara SUR hace unos meses en un reportaje, esta atmósfera de más tranquilidad ha generado en los últimos años un crecimiento de las ITS, como la gonorrea, y la sífilis, sobre todo desde 2012. En este escenario surge la profilaxis preexposición (PrEP), una pastilla diaria que permite tener sexo sin condón y sin temor a infectarse de VIH, que está aprobada en España desde 2019.
Es un tratamiento que sólo puede prescribirse en hospitales, generalmente en las unidades de infecciosos. No se compra en la farmacia y no está indicado para todo el mundo. Hay que cumplir determinados requisitos: el primero es ser seronegativo (no tener VIH). También se requiere tener una analítica normal y tener relaciones de riesgo, algo que en España se produce sobre todo en hombres que tienen sexo con hombres (HSH), con varias parejas sexuales al año (se suele usar 10 como referencia) y que no usen condón o al menos no en todas las ocasiones. Otros factores que hacen ser candidatos a PrEP son: haber tenido más de dos ITS, ser usuario de drogas inyectadas, hacer uso de ellas en un entorno sexual y ser trabajador del sexo.
En España hay más de 15.000 personas tomando PrEP y cerca de 1.700 en Andalucía. El Clínico, con 573, es el hospital que más pacientes ha reclutado de toda la comunidad autónoma y uno de los que primero la implementó.
El estigma
Otro de los grandes asuntos pendientes con respecto al VIH y al SIDA es el estigma social. Tal como señalan desde Apoyo Positivo, una de las organizaciones más relevantes y que además tiene sede en Torremolinos, en un reciente estudio llamado 'Creencias y actitudes de la población española hacia las personas con VIH', desarrollado por CESIDA y SEISIDA, se mostraba un «avance» en la aceptación del VIH en la sociedad, pero se seguían arrojando datos que califican como «preocupantes».
Entre ellos estaban algunos bastante sorprendentes, como que un 12,6 % de españoles creen que el VIH y el SIDA tienen que ver con colectivos sociales determinados, o que un 11% piensa que compartir un vaso puede transmitir el VIH. Otros datos preocupantes son que un 21,3% cree que se puede transmitir por la picadura de un mosquito, y -este es especialmente negativo en lo referente al estigma- que un 36,3% de la población española se sentiría incómoda si un compañero de su hijo tuviera VIH.
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