![Los grandes municipios de Málaga tienen dos meses para implantar el contenedor marrón de basura orgánica](https://s3.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202204/19/media/cortadas/contenedormarronvelez-RIz7WFRh8nLvdMXUpN3nQoO-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
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Los municipios de Málaga empiezan a ponerse las pilas para implantar el quinto contenedor de basura, de color marrón y al que deberán ir los residuos orgánicos (fundamentalmente, restos de comida). Y lo hacen por dos grandes motivos. Primero, porque están obligados, ya que la Ley de Residuos que acaba de entrar en vigor acelera el proceso. Si la UE marca como fecha tope el 1 de enero de 2024, la norma estatal impone el comienzo de la recogida separada de los biorresiduos antes del próximo 1 de julio en localidades de más de 5.000 habitantes, dejando el citado el 1 de enero de 2024 para el resto, para así dar cumplimiento a la Directiva Marco de Residuos aprobada en 2018.
Y segundo, porque hay fondos europeos canalizados por la Junta de Andalucía para financiar la compra de nuevos contenedores y de camiones de recogida, la construcción de plantas de tratamiento y el lanzamiento de campañas de información para que los ciudadanos se vayan familiarizando.
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¿Qué va al contenedor marrón? Los restos biodegradables y los desechos orgánicos. Los primeros son básicamente los restos de comida, tales como carnes, pescados, verduras, frutas o los posos del café. Los orgánicos, por su parte, son servilletas o papeles de cocina usados y manchados de grasa o aceite (si están limpios van al azul). Igualmente, también van el corcho o los pequeños restos de jardinería. Lo que no debe tirarse a este contenedor, y por tanto deben seguir yendo al gris, son el textil sanitario (compresas, tampones, bastoncillos, toallitas higiénicas o pañales), las colillas, el polvo que se genera al barrer o los excrementos de las mascotas.
Localidades. Alameda, Algarrobo, Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande, Álora, Antequera, Archidona, Benahavís, Benalmádena, Campillos, Cártama, Casares, Coín, Estepona, Fuengirola, Málaga, Manilva, Marbella, Mijas, Mollina, Nerja, Pizarra, Rincón de la Victoria, Ronda, Torremolinos, Torrox, Vélez y Villanueva del Trabuco
Salvo excepciones como las de Vélez o Ronda, que ya tienen contenedores marrones, la mayoría de los 28 municipios de la provincia con más de 5.000 vecinos empadronados lo tienen complicado para cumplir los plazos, aunque se agarran a que la nueva normativa se limita a marcar la obligación de establecer la recogida separada, pero no especifica si se refiere a comenzar su implantación progresiva o a que se aplique en todos los barrios.
De hecho, tampoco marca un número de contenedores por habitante, así que la interpretación que le dan es que se refiere a su puesta en marcha gradual. Así lo entienden en Málaga capital, donde en próximas semanas tienen previsto comenzar una campaña informativa como paso previo a la colocación de los primeros contenedores marrones, que se sumarán a los de color amarillo (envases), verde (vidrio), azul (papel y cartón) y gris (fracción resto, donde se deposita todo lo demás que no se recicla). Tal y como informó este periódico, Limasam pretende comenzar su despliegue en Teatinos y Parque Litoral por tratarse de barriadas con una alta proporción de población joven que, por regla general, está más concienciada con el reciclaje con la idea de abarcar toda la ciudad a lo largo de 2023.
Lo que sí deja bien claro la normativa estatal es que el porcentaje de residuos municipales recogidos de forma separada en 2035 será como mínimo del 50% en peso del total de residuos municipales generados. Se contemplan una serie de supuestos en el que se exceptuaría esta obligación, como que técnicamente no sea viable o que implique «unos costes económicos desproporcionados».
Para acelerar su implantación, la Consejería de Agricultura y Desarrollo Sostenible tiene en marcha dos líneas de ayudas con un presupuesto de casi 61 millones procedentes de los fondos europeos de recuperación Next Generation. La primera, de 37,1 millones, va dirigida a ayuntamientos, mancomunidades o consorcios que presten los servicios de recogida a una población superior a 5.000 habitantes a 1 de enero de 2020 para la implantación o mejora de la recogida separada de biorresiduos.
En el caso de Málaga, el plazo de presentación de solicitudes se ha cerrado con siete peticiones individualizadas (Málaga, Benalmádena, Torremolinos, Rincón de la Victoria, Nerja, Ronda y Torrox) y una del Consorcio Provincial de Residuos, que tiene delegada la recogida de residuos en cinco localidades de más de 5.000 habitantes (Cártama, Archidona, Mollina, Alameda y Villanueva del Trabuco). En su conjunto, el importe de las subvenciones solicitadas supera los 4,5 millones.
De esa cuantía, 1,33 millones han sido pedidos por el Ayuntamiento de Málaga para cofinanciar un proyecto valorado en 2,4 millones que incluye la adaptación de contenedores a grandes productores de residuos, una campaña de información y la compra de cinco camiones de recogida. Por parte del ente dependiente de la Diputación Provincial, se han solicitado 770.000 euros para la adquisición de los contenedores que serán desplegados en estos cinco municipios y a campañas de concienciación.
De forma paralela, la segunda convocatoria (23,8 millones) va destinada a financiar proyectos de construcción, adaptación y mejora de instalaciones específicas para el tratamiento de biorresiduos. Y también pretende aprovecharla la capital para la creación en el centro ambiental de Los Ruices de una planta valorada en 4 millones (la ayuda sería de 1,6) con la finalidad de convertir estos restos orgánicos en compost y comercializarlo como abono para jardinería y agricultura. De esta forma, también se evitará que acaben en el vertedero, al que apenas le queda un lustro de vida útil si se mantiene el actual ritmo de basura que termina siendo enterrada. Igualmente, el Consorcio pide casi 4 millones para implantar una nueva línea de separación en la planta de tratamiento de Valsequillo (Antequera).
Amarillo. Envases metálicos (latas de conservas, bandejas de aluminio, aerosoles), briks y envases de plástico (botellas de agua o de productos de limpieza, geles de baño, bolsas de congelados, tarrinas de mantequilla y yogures, bandejas de corcho blanco, envoltorios de plástico y bolsas).
Azul. Todos los envases de cartón como cajas de galletas, cereales, zapatos o de productos congelados, así como las bandejas de cartón de huevos y todo tipo de papel (periódicos, libros, revistas y bolsas de papel). Las servilletas o papeles de cocina manchados de grasos o aceites irán al marrón.
Verde. Cualquier botella de vidrio, frascos de cosmética y de colonia, tarros de mermelada y conservas deben ir al contenedor verde. Los tapones deben ir al amarillo si son de plástico o al marrón si son de corcho. En cuanto a las bombillas, vajillas, espejos o frascos de cerámica, van al punto.
Marrón. Restos de fruta y verdura, de carne y pescado, cáscaras de huevo, de marisco y de frutos secos, otros restos de comida, posos de café e infusiones, tapones de corcho (sin añadidos de plástico u otros materiales), cerillas y serrín, papel de cocina y servilletas sucias, y pequeños restos de jardinería.
Gris. Todos aquellos que no sean envases o que no tengan un sistema específico de recogida deben ir al contenedor de la fracción resto, como pueden ser textiles sanitarios (compresas, bastoncillos o toallitas), utensilios de cocina, juguetes, cristales u objetos de plástico o metal que no sean envases.
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