María Gámez emula a Pedro Sánchez con una carta a la ciudadanía: «El daño a mí y mi familia no tendrá jamás reparación posible»

De un tiempo a esta parte, las redes sociales se han convertido en el foro elegido por los políticos para ofrecer sus explicaciones y opiniones sobre los asuntos más variados. Hace sólo unas semanas fue el propio Pedro Sánchez quien a través de su cuenta en X (antigua Twitter) publicó dos carta a la ciudadanía: la primera para tomarse unos días de reflexión sobre su continuidad al frente del Gobierno y la segunda para argumentar las razones que le llevaron a permanecer en La Moncloa. Ahora, María Gámez emula al presidente del Ejecutivo con una epístola en Facebook donde se pronuncia públicamente por primera vez por el archivo de la causa judicial contra su marido, Juan Carlos Martínez, quien estaba acusado de presuntos delitos de prevaricación y malversación de fondos públicos en la etapa de gobierno del PSOE en Andalucía. Esa investigación le llevó, en marzo de 2023, a presentar su dimisión como directora general de la Guardia Civil, donde fue la primera mujer en acceder a ese cargo.

«Como es fácilmente imaginable, el daño que todo esto ha conllevado en el plano personal, familiar, reputacional y profesional, a mi marido y a mí, y a nuestros hijos, no tendrá jamás reparación posible», ha afirmado Gámez en su reflexión, donde ha recordado que la imputación de su marido, ahora anulada y archivada, le obligó a dimitir y abandonar su actividad pública. Una trayectoria política «de la que me siento muy orgullosa».

La malagueña, que fue delegada de la Junta de la provincia, dos veces candidata a la Alcaldía de la capital y exsubdelegada del Gobierno en la provincia, comienza su epístola recordando cómo hace un año tras conocerse la imputación de su esposo dimitió. «A pesar de confiar plenamente en la rectitud de su comportamiento y en su inocencia, y a pesar también de que la causa no guardaba relación alguna con mi actividad ni con mis responsabilidades políticas, tomé aquella decisión para no perjudicar a mi familia ni a la propia institución de la Guardia Civil, y también con ello al Gobierno», argumenta.

María Gámez añade que quince meses después de la imputación «la justicia ha dicho que no hay nada y ha acordado el archivo de la causa. Es más, se ha anulado la providencia por la que se le declaró imputado; es decir, que nunca se le debió imputar».

En esta línea, denuncia que esta «práctica u otras parecidas se han usado antes que conmigo, con otras personas del ámbito político, y muy especialmente con compañeros de mi partido con los que compartí parte de mi vida política, en Andalucía, y que han sufrido mayor escarnio que lo que a mí me ha pasado, para sonrojo de aquellos que creen en la democracia». Una alusión, sin mencionarlo a los condenados por los ERE, cuyas sentencias ahora han sido anuladas por el Constitucional.

Por ello, Gámez hace un llamamiento a una «reflexión colectiva» sobre esas determinadas prácticas. «Para la calidad democrática de un país, y para que nadie tema que el ejercicio de la política pueda acabar con experiencias tan injustas como la que mi familia ha padecido, y la que han soportado otros responsables políticos, sería deseable que todos hiciéramos una seria reflexión colectiva a este respecto, y exploremos cómo evitarlo. Nos va la democracia en ello», subraya.

Tras un tiempo de silencio, la política del PSOE argumenta su reflexión pública en la necesidad de expresarse «en primera persona» y cerrar para ella y sus familias un capítulo «muy doloroso».

María Gámez sostiene que era su deber dimitir y añade que le entristece «profundamente que el ejercicio de la política, y lamentablemente más cuando la ejerce una mujer tenga que conllevar tan elevado coste a partir de la imputación de un familiar, ahora anulada».

Gámez se queja de que el archivo de la causa contra su marido no tenga la misma repercusión meditática que tuvo su imputación y que quienes «difundieron informaciones falsas y despreciaron por completo la presunción de inocencia que merece cualquier persona, ni rectificarán ni se desdecirán jamás. Lamentablemente hemos conocido otros casos parecidos en los que la falta de profesionalidad y la mala fe se han cebado con personas que siempre han querido ejercer la política honestamente».

La exdirectora de la Guardia Civil agradece «profundamente» en su reflexión el apoyo «moral y expreso» de sus compañeros en el Ministerio del Interior, el Gobierno y la Benemérita y muestra su orgullo por el apoyo de su familia y amigos. Además agradece el apoyo a mujeres que «me han demostrado sin apenas conocerme, lo que significa, de verdad, la sororidad».

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