Se llama Urbet y es la primera marca malagueña de motos eléctricas. El proyecto de Santiago Diaz-Pache, socio fundador de la empresa, ha arrancado de momento con el diseño y la selección de componentes en algunas de las principales fábricas de China, aunque su ... idea es que a mediados del próximo año los vehículos comiencen a ensamblarse ya en Málaga, para lo que van a construir una nave en Cártama, que estará vinculada al Parque Tecnológico.
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Cuenta Díaz-Pache, periodista y economista, que la idea arrancó durante su etapa de trabajo en un despacho de abogados, en 2016. «Quería hacer otras cosas, tengo espíritu emprendedor», admite, así que se lanzó a investigar sobre mercados en Cantón, China, para conocer novedades, y observó que mucha gente se desplazaba ya en motos eléctricas. En el gigante asiático hace contacto con los principales fabricantes y proveedores de motores, baterías y componentes, y ya a finales de 2017 funda la sociedad Smart Slectric Transport, con Urbet como primera marca comercial, con la que prevé alcanzar una facturación este año, el primero a pleno rendimiento, de medio millón de euros.
En esta primera etapa, la firma malagueña se encarga del diseño y la supervisión del montaje de sus dos principales modelos, de los que aspira a vender unas 300 unidades hasta final de año: Urbet C-Line, que equivale a un ciclomotor de 50 cc y unos 50 kilómetros de autonomía. Y Urbet Gadiro, similar a una 125 cc. (2.700 euros) y 70 kilómetros de uso. En ambos casos tienen las baterías extraíbles, con el objetivo de que sean accesibles a personas sin aparcamiento privado que vivan en pisos y las puedan recargar en casa. En ambos casos, con una hora enchufada se consigue una carga del 80%. Las baterías de litio son de Gotion, recientemente adquirido por el grupo Volkswagen; y los motores QS, que es proveedor de grandes multinacionales como Bosch.
De momento no van mal, y la próxima remesa, de 40 unidades, están todas reservadas y listas para entregar a sus propietarios en agosto. Aunque la sede principal está en Marbella, cuentan con tiendas en Málaga (Salitre, 24) y en una semana abrirán también en Valencia, mientras que mantienen acuerdos de distribución con tiendas de Madrid, Barcelona, Francia, Alemania y Latinoamérica.
A corto plazo, el objetivo del empresario es reducir su dependencia de China y comenzar a ensamblar y fabricar tantos componentes como sea posible en Málaga, para lo que está ultimando la construcción de una nave en Cártama, que prevén que esté operativa a mediados del año 2021. Esta tendrá una plantilla inicial de diez empleados, que las construirán de una manera casi artesanal.
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«Sabemos que hay un potencial tecnológico tremendo en Málaga y en el PTA, como lo que podemos mejorar nuestros productos y controlar la producción directamente, sin depender del exterior, a la vez que ponemos en valor lo que tenemos, que ahora no se exprime del todo. Mi sueño es conseguir fabricar aquí, empezar primero por el ensamblaje básico y acabar produciendo la parte más tecnológica de los componentes».
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