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Cuerpos esculpidos en el filo de la piscina, puestas de sol de ensueño, bailes perfectamente sincronizados o fotos de desayunos en lugares idílicos. El mundo de las redes sociales también es el de un mundo de ficción, que solo se compone de momentos perfectos. Un ... repaso rápido a la última foto escenificada de la 'influencer' de turno genera fácilmente la sensación de que la vida de uno es bastante aburrida.
Las comparaciones que surgen pueden dar lugar inseguridades en esa generación que ahora está en edad adulta y aún conoce una vida sin móviles, pero tiene efectos realmente explosivos en los jóvenes que son nativos digitales. «Lo que más influye en el empeoramiento de la salud mental de los jóvenes son las redes sociales», defendió Arun Mansukhani, psicólogo clínico y sexólogo, que fue el invitado de esta semana en 'La Alameda', el programa que producen SUR y 101TV, y que presenta el director de este periódico, Manolo Castillo.
Un encuentro que sirvió para abordar los efectos que está teniendo la exposición constante a la que someten las redes sociales a los jóvenes, que viven pegados a la pantalla del móvil, y que indagó también en la manera en la que estos jóvenes se relacionan entre ellos, dejando claro, además, que el consumo masivo de pornografía está desembocando en una sexualidad mal entendida. Una intimidad que tiende a imitar los patrones que marca el porno y que deshumaniza al de enfrente, sin que haya hueco para la afectividad.
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Mansukhani, una de las voces más prestigiosas a nivel nacional para temas de salud mental, estableció una correlación entre las redes sociales y el impacto que éstas tienen en el bienestar de los jóvenes. «Las redes sociales han supuesto un impacto muy grande. A estas alturas ya hay un consenso científico de que son el factor que más está empeorando su salud mental», insistió.
Para el psicólogo, las redes sociales se han convertido en algo omnipresente, un elemento que ha sustituido a lugares y hechos que antes moldeaban de manera progresiva el carácter de los jóvenes. Hoy un móvil es patio de recreo, es la barra del bar, la discoteca, el campo de fútbol y muchas más cosas a la vez y al mismo tiempo. Estar más conectado, sin embargo, no se traduce en una mayor felicidad y satisfacción. Al revés. Mansukhani dejó claro el mayor consumo de redes sociales está relacionado de manera directa con un mayor nivel malestar.
Los datos que trajo el experto al plató también establecieron una clara diferencia en cómo afecta el consumo de redes sociales, según el género. En el caso de las chicas, las redes sociales afectan más. «Sabemos que los dos géneros pasan mucho tiempo delante de las pantallas, pero mientras que los chicos utilizan el móvil más para juegos, las chicas están todo el rato en las redes sociales», dijo.
En este sentido, hizo alusión a la dictadura de los 'me gusta' y a la envergadura que adquiere este problema en la inmensidad de las redes sociales, donde no existen fronteras ni cortapisas. «Antes te comparabas a lo mejor con la gente de tu clase, ahora subes un vídeo y hay miles de personas que han hecho el mismo vídeo», explicó. «La presión del grupo se multiplica», añadió.
En este punto, invitó a los padres a tomar un papel activo y tratar de controlar en la medida de lo posible el tiempo que pasan los jóvenes y adolescentes delante de la pantalla. «Sé que es muy complicado, pero hay que hacerlo», aseguró y admitió que en muchas ocasiones son los propios padres los que también abusan del uso de las redes sociales, aunque ya con una mayor capacidad para que no sean tan permeables a nivel psicológico.
Por otra parte, Mansukhani también trató en el plató la importancia que tiene promover la educación sexual entre los jóvenes. En un caso ideal, por parte de los colegios, y por los mismos padres, que no deberían tener reparo en tratar este asunto desde edades tempranas, «adecuando siempre el lenguaje a cada etapa». Lo contrario, y lo que estaría pasando en estos momentos, es el escenario que subrayó el psicólogo: «Ahora mismo estamos delegando la educación sexual en las webs porno».
Una «normalización» de las prácticas que difunde el porno provoca una gran distorsión en los jóvenes, con casos extremos como el que señaló el experto. «Hemos tenido a una chica que se inició en las relaciones sexuales con cuatro chicos a la vez. Eso no es lo adecuado para una joven», advirtió.
El temor a que una educación sexual lleva a una iniciación más temprana en las relaciones la rechazó Mansukhani. «Los datos nos dicen lo contrario, que la iniciación se retrasa cuando existe una educación sexual adecuada». ¿Cómo debería ser? «Lo que transmite el porno es una relación sexual muy maquinal, que convierte al hombre y a la mujer en objetos. Pero la sexualidad debe ser afecto, placer, disfrute, saber decir no a lo que no me apetece», señaló.
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