Desembalse en el Guadalhorce este lunes para evitar pérdida de capacidad y daños tras la DANA

El viernes tenía que haberse producido un desembalse desde La Encantada. Y así se advirtió en primera instancia por el organismo de cuenca, dependiente de la Junta de Andalucía, a los ayuntamientos aguas abajo (Álora, Pizarra, Alhaurín el Grande, Cártama, Alhaurín de la Torre y Málaga). En la misiva, se explicaba que por motivos de mantenimiento y seguridad, a partir de las 10 horas, se procedería a elevar el caudal circulante en 8 metros cúbicos (8.000 litros por segundo) mediante la apertura de compuertas del embalse hidroeléctrico del Tajo de la Encantada. «Como consecuencia de ello, podrá verse incrementado el nivel del río Guadalhorce y aumentar los niveles de fango y turbidez en el agua del mismo, así como afectar algún vado, en particular a pocos kilómetros aguas abajo de la presa», se explicaba.

Sin embargo, la situación del río tras la tromba de los días pasados aconsejó retardar la maniobra hasta este lunes, cuando no se prevén efectos aguas abajo. La nueva comunicación a los ayuntamientos insistía en la clave del gran aporte de sedimentos, que pueden afectar negativamente a los órganos de desagüe de la presa: «En estos momentos se debe evacuar todo el sedimento para no perder ni capacidad de regulación ni sufrir daños en los propios desagües de fondo. Por todo ello, a partir de las 8:00 horas del próximo lunes, 11 de noviembre de 2024, se va a proceder a un desembalse controlado a través de los desagües de fondo de la presa de la Encantada, de agua proveniente de los embalses de cabecera: Guadalhorce, Guadalteba y Conde de Guadalhorce».

El caudal va a pasar de 4.000 a los 8.000 litros por segundo reseñados y está encaminado a preservar la funcionalidad de los órganos de desagüe. Para ello, desde el viernes se han hecho unas operaciones previas preparatorias de apertura y cierre de compuertas de los desagües de fondo de las citadas presas. La subida del caudal será progresiva, entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde y se mantendrá hasta las diez de la noche, previsiblemente.

Son maniobras que se realizan periódicamente, de manera ordinaria o especial. Todo esta recogido en la normativa vigente de Grandes Presas. Por ejemplo, Casasola, que protege de las avenidas del Campanillas desde Almogía, desembalsa el último jueves de cada mes. Otra presa defensiva, la de El Limonero, en el Guadalmedina, desagua el primer miércoles de cada mes. «En La Viñuela también se hacen periódicamente. Y en los embalses del Guadalhorce, también, pero no tiene efectos directos porque el agua va a La Encantada», señalaron a SUR fuentes de la Junta de Andalucía.

Los embalses normalmente tienen dos tipos de estructuras: las que sirven para tomar agua y enviarla a la red en alta para abastecimiento urbano o riegos y las que se utilizan para soltar agua para limpieza y mantenimiento y por riesgo de rebose. Los desagües de fondo se encuentran en la cota más baja y los aliviaderos se sitúan en la parte media alta del cuerpo de la presa para que, por rebose, hagan su función. Las tipologías, materiales y diseño varían mucho en función del año de construcción de la presa. Y de vez en cuando hay que actualizarlos. El último en ser sometido a una renovación fue el desagüe de fondo del Conde del Guadalhorce, donde la Junta invirtió casi 2 millones de euros.

Los desagües de fondo suelen contar con elementos de protección para evitar que elementos con cierto volumen penetren en su interior. Rejas, compuertas, bombas, válvulas, amortiguadores… Cada embalse tiene su sistema.

Los embalses del Guadalhorce y Guadalteba disponen de aliviaderos móviles, con capacidades respectivas de 600 y 2.120 m³ por segundo. Los desagües de fondo tienen capacidad para 24 y 168 m³ /s. En el caso de Conde de Guadalhorce existe una toma para central hidroeléctrica de 13 m3/s.

En La Viñuela hay un desagüe con capacidad para 75 metros cúbicos por segundo y un aliviadero de 281.

Por su parte, La Concepción, cuenta con dos desagües de fondo, cada uno con una capacidad que varía entre 34 y 175 metros cúbicos por segundo.

En Casasola, el aliviadero puede procesar 1.400 metros cúbicos por segundo y el desagüe de fondo, 79.

En el caso del Limonero, puede aliviar desde su parte superior 614 metros cúbicos por segundo, cifra que coincide con la capacidad teórica máxima del cauce y a la que tantas vueltas se le está dando a raíz de los diferentes proyectos de integración urbana del Guadalmedina. La capacidad de su desagüe es de 100 metros cúbicos por segundo.

El mencionado caso de las obras en el Conde de Guadalhorce supuso cambiarlos por obsoletos. Es más, el de fondo estaba casi completamente inutilizado. «La toma del desagüe de fondo presenta severos problemas de aterramiento, lo que, unido a las constantes averías en las válvulas de regulación, han dejado dicho desagüe inhabilitado casi por completo para las dos funciones principales con que cuenta el embalse: la dotación de las demandas a suministrar al cauce del río y a su eventual ayuda en la laminación de avenidas», indicó la Junta de Andalucía en el momento de la salida a concurso. Todas estas actuaciones han permitido duplicar la vida útil del embalse del río Turón, que cumplía entonces (2021) un siglo.

La intervención supuso la sustitución de la antigua rejilla de protección de la toma de desagüe y de los equipos hidromecánicos de la cámara de válvulas del desagüe de medio fondo, al tiempo que se incorporaron nuevas compuertas y un nuevo conducto de aducción de la galería de descarga como medida adicional de seguridad. Y se clausuró la cámara abandonada.

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