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Este sábado hay convocada una manifestación unitaria en cuarenta ciudades españolas por el derecho a la vivienda que, de acuerdo con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), se ha convertido en el problema que más preocupa en el país, por las dificultades que supone acceder a ella tanto en compra como en alquiler. Por ello, no son sólo las grandes ciudades las que están llamadas a echarse a la calle, sino también medianas y pequeñas, como Burgos o Cuenca.
Una de las capitales más madrugadoras será Málaga, donde la marcha arrancará a las once y media de la mañana desde la Plaza de la Merced. A partir de ese punto, los manifestantes bajarán por la calle Alcazabilla hasta la Alameda para adentrarse en el Perchel por calle Cuarteles y acabar en el parque de Huelin con la lectura del manifiesto. Ahí se prevé realizar un pícnic, un gran encuentro vecinal, hasta bien entrada la tarde.
En concreto, la manifestación pasará por la calle Alcazabilla, la plaza de la Aduana, la avenida de Cervantes, calle Cortina del Muelle, plaza de la Marina, Alameda Principal, puente de Tetuán, calle del Cristo de la Expiración, avenida de la Aurora, calle Cuarteles, calle Ingeniero José María Garnica, Ayala, Orfila y hasta el parque de Huelin.
Que la finalización del recorrido sea Huelin y no la plaza de la Constitución, como suele ser habitual en cualquier manifestación, es un gesto que la organización convocante, Málaga Para Vivir, quiere tener con los barrios de la ciudad.
Se trata ya de la tercera manifestación por la vivienda que tiene lugar en Málaga, después de las protestas que tuvieron lugar el 29 de junio y el 9 de noviembre del año pasado, cuando más de 10.000 personas se echaron la calle para exigir una respuesta a la crisis habitacional.
El lema de la protesta en esta ocasión es «Acabemos con el negocio de la vivienda» y, tal y como sus convocantes expresaron cuando anunciaron su adhesión a la protesta estatal, la marcha, además de ser una reivindicación por un techo accesible, también será una denuncia hacia «un modelo de ciudad basado en la especulación inmobiliaria y turística que expulsa a sus habitantes, precariza el empleo y destruye el territorio».
La convocatoria estatal unitaria demanda una rebaja de los alquileres y el establecimiento de unos precios ligados a los ingresos del hogar; la expropiación de viviendas de fondos de inversión y de casas vacías para que pasen a engrosar el parque público; la recuperación de pisos turísticos y de alquileres temporales para el mercado de larga estancia; y contratos de alquiler indefinidos. También tienen en el punto de mira a las empresas de 'desokupación' y reivindican poner coto a los desahucios.
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