Clientes con mascarilla en el interior de una tienda de la capital. foto y vídeo fRANCIS SILVA

Los malagueños '¿se quitan?' la mascarilla

La mayoría de los ciudadanos continúan utilizando el protector bucal en espacios cerrados pese a que ya no es obligatorio

Juan Soto

Málaga

Miércoles, 20 de abril 2022, 12:10

Marina Díaz tenía claro que este 20 de abril no iba a modificar su rutina de los últimos dos años. Aunque este miércoles se ha eliminado la obligatoriedad de llevar la mascarilla, ella ha acudido a su trabajo como cualquier otro día de los últimos ... 700. Ella trabaja en un supermercado y ha entrado a las siete de la mañana con su protector bien ajustado a la cara. «Casi todos hemos venido igual, por precaución propia y de los compradores», apunta.

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Aunque como ella, cientos. Los malagueños se están resistiendo a quitarse la mascarilla, sobre todo en espacios interiores y cerrados. A pesar de que el Boletín Oficial del Estado ha publicado esta mañana el fin de su uso obligatorio, los ciudadanos han continuado utilizándola de forma generalizada en supermercados, centros comerciales e incluso en diferentes circunstancias al aire libre.

Tras un recorrido por diferentes superficies de tanto de la capital como de la costa, se comprueba que los malagueños prefieren ser prudentes antes de eliminar definitivamente el tapabocas. Además, como la norma establece tantas excepciones (como en el transporte público, hospitales o farmacias), muchos se muestran confundidos y prefieren pecar de exceso, más que de defecto. «Aunque nos la podamos quitar, debemos seguir llevándola, por lo que muchas veces se te olvida puesta», razona María en la puerta del Mercadona de Martiricos.

El uso de la mascarilla continúa siendo la tónica habitual entre dependientes y responsables de tiendas, ya se trate de una franquicia o de un pequeño comercio, y no se distinguen diferencias por tipos de establecimientos: tiendas de ropa, alimentación o peluquerías. «Creo que así se da una mejor imagen al cliente que entra a comprar», señala Raúl en una frutería de la calle Jaboneros.

Tampoco cambia el panorama en los diferentes centros comerciales de Málaga. En El Corte Inglés de la avenida de Andalucía casi todos los clientes y trabajadores la usan (aunque nadie les obliga ya a ello). A diferencia de los días anteriores, muchas personas no la llevan completamente colocada (la nariz por fuera), pero la llevan como un nuevo elemento decorativo que nos ha dejado el Covid.

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En la planta de caballeros se encuentra Miguel Carrasco, un vecino de Huelin que busca una nueva camisa. Él no la lleva puesta, pero asegura sentirse raro. «Me la he quitado porque estoy cansado, pero veo a tanta gente con ella puesta que casi da reparo». No es que se sienta observado, sino que la sensación, tras tantos meses puesta, es de hacer algo malo. «Parece que me van a llamar la atención en cualquier momento».

Muy cerca pasea Laura Vázquez, que sí la lleva puesta. «Creo que es lo más razonable, sobre todo después de la Semana Santa que se han cometido muchos excesos». Esta mujer asegura estar deseando quitársela, pero aún esperará un par de semanas para ver la evolución de los casos y de los ingresados. «Está claro que debemos normalizar ya el virus, pero después de todo lo que llevamos pasado, da un poco de miedo».

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A nivel empresarial, diferentes empresas que trabajan en la provincia han decidido mantenerla de forma obligatoria para sus trabajadores, al menos durante un par de semanas para analizar cuál es el impacto de la medida en la sociedad. Es el caso de cadena como Maskom, Mango, Cortefiel o determinados departamentos de El Corte Inglés. Esta decisión la argumenta el máximo responsable de la cadena Maskom, Sergio Cuberos, quien asegura: «La vamos a mantener de forma obligatoria para las zona de atención al público».

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