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La provincia de Málaga salvará el verano sin grandes restricciones de agua pese al déficit hídrico que viene arrastrando en este largo ciclo de sequía, ... por lo que cualquier limitación drástica al consumo se dejaría para el otoño, siempre y cuando las nubes siguieran sin descargar con la abundancia necesaria. Así lo ha acordado este viernes la Comisión para la Gestión de la Sequía de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, en la que sí que se ha decidido dar toque de atención a los ayuntamientos para que se pongan las pilas a la hora de reducir los consumos urbanos en torno a un 10%, básicamente a costa de eliminar el uso de agua potable para baldeo de calles o riego de jardines. Una medida que ya estaba aprobada para la Axarquía y que ahora se extenderá a la capital y la Costa del Sol occidental. ¿Qué pasará con las duchas en las playas? Se deja en manos de los ayuntamientos, siempre que con otras medidas se logre ese ahorro del 10%.
Esta decisión viene a «garantizar tanto el abastecimiento a la población como la normalidad de la actividad diaria del sector turístico en estos momentos de pertinaz sequía», ha apuntado el secretario general del Agua de la Junta de Andalucía y presidente de la comisión, Ramiro Angulo, quién ha incidido en «el uso responsable del recurso hídrico que debemos hacer todos, administraciones, sectores productivos y agentes sociales, en este periodo de sequía». Actualmente, los embalses de la provincia almacenan 194 hectómetros cúbicos de agua, por lo que sólo tienen un tercio de su capacidad máxima (611,48). Echando la vista justo un año atrás, supone un 40% menos respecto a los 217,6 Hm3 que sumaban en 2022 por estas mismas fechas.
194
Hm3 de agua tienen los siete embalses de la provincia de Málaga, por lo que están a un tercio de su capacidad (611,48). Hace justo un año tenían 217,6.
Por comarcas, la peor parada sigue siendo la Axarquía, donde la imagen más evidente la ofrece un embalse de La Viñuela al 9,4% de su capacidad con tan solo 15,4 Hm3 de agua y con el grifo cerrado al regadío desde octubre del año pasado (alrededor de la mitad de la superficie de cultivo recibe aguas regeneradas en las depuradoras). Y ahí es precisamente donde la Junta de Andalucía reclama una mayor implicación por parte de los ayuntamientos a la hora de cumplir la prohibición de destinar agua potable al baldeo de calles, llenado de piscinas privadas, riesgo de jardines o lavado de coches fuera de los establecimientos autorizados o, ahora que suben las temperaturas, el llenado de piscinas privadas y el uso de las duchas en las playas.
Estas medidas ya fueron aprobadas para el litoral oriental en junio de 2021 a través del primer decreto autonómico de sequía, pero no parece que se esté cumpliendo a rajatabla en vista de lo que se advierte en el informe de situación del sistema Viñuela-Axarquía. «Debe implantarse un esfuerzo mucho mayor en la contención de la demanda de abastecimiento urbano pasando a implantar de manera efectiva las medidas dispuestas por el decreto», con la «coordinación necesaria» de todas las administraciones competentes como la propia Junta como responsable de la política hidráulica, la Mancomunidad de Municipios de la Axarquía como gestora del abastecimiento en alta a través de Axaragua y los ayuntamientos de las 14 localidades que beben de La Viñuela como encargados del suministro domiciliario.
La situación es menos acuciante en el sistema Guadahorce-Limonero, que comprende a Málaga capital y parte del Valle del Guadalhorce, aunque en lo que va de año hidrológico (desde el 1 de octubre de 2022) los tres embalses que abastecen a este territorio (Guadalhorce, Guadalteba y Conde del Guadalhorce) sólo han recibido 18,8 Hm3, apenas un 14% de la media histórica (131,9), mientras en ese mismo periodo se han gastado 34,6. Actualmente, suman 124,1 Hm3 de los 345,5 que tendrían si estuvieran llenos. Un volumen que coloca a la capital en situación de alerta por escasez severa, tal y como establece el citado decreto de sequía, según el cual se pasaría a este nivel de emergencia en cuanto las tres presas llevaran un mes con menos de 140 Hm3. Ese umbral mínimo fue sobrepasado el 22 de abril.
Por su parte, la comisión ha consensuado una reducción del 37% en la dotación para el riego en el Valle del Guadalhorce, que dispone de 10.000 hectáreas de cultivo, de las que el 70% son cítricos y el resto subtropicales y hortalizas. El pasado abril ya se redujo esta cantidad en un 25%, de manera que los regantes de la zona cerrarán el año hidrológico con 25 hectómetros cúbicos en lugar de los 40 planificados inicialmente.
De momento, el Gobierno regional no contempla medidas duras en la capital y el Bajo Guadalhorce. La única novedad provocada por el cambio de nivel de alerta es la implantación de las citadas limitaciones del uso de agua potable para el baldeo y riego de las zonas verdes públicas. Mientras tanto, se sigue apostando por captar nuevos recursos mediante la puesta en marcha de antiguos pozos que permitan garantizar el suministro a medio plazo e incluso seguir realizando aportes a otros sistemas más deficitarios como la Axarquía.
En la Costa del Sol occidental también se garantizan todos los usos durante la temporada alta, dejándose la puerta abierta a «estudiar la posibilidad de reducciones a partir del 1 de octubre, dependiendo de la pluviometría», tal y como indica el informe de situación elaborado para la reunión de la comisión de sequía. El litoral occidental se abastece del agua procedente del pantano de La Concepción (tiene 39,47 Hm3, el 68,6%), además de la que aportan la desaladora de Marbella y los acuíferos, así como la que se compra al Campo de Gibraltar. De momento, suficiente para asegurar «la satisfacción de la demanda ante la criticidad del periodo estival». A nivel técnico, se proponen medidas de ahorro a través de un «consumo responsable» por parte de los ayuntamientos en servicios y dependencias municipales (riego de jardines y baldeo de calles con agua regenerada en lo posible) y concienciando al ciudadano para que haga un uso responsable con especial atención al riego de zonas verdes y «llenado recurrente de piscinas por limpieza».
En cuanto al interior, en la comisión de gestión de la sequía también se ha dado a conocer el informe de las zonas no reguladas (cabecera del Guadalhorce y cuenca baja del río), en el que se plantea la posibilidad también de reducir el abastecimiento urbano en un 10% implantando medidas de ahorro en municipios como Antequera, Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande, Álora, Cártama y Coín. ¿Cómo? Mediante la «imposibilidad» de utilizar agua potable para baldeo y riego, la remisión mensual de todos los volúmenes captados y niveles de captaciones subterráneas y el desarrollo de campañas de concienciación ciudadana.
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