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Quien más quien menos, todo el que reside o pasa los veranos en Málaga está familiarizado con el terral y con lo sofocante que puede llegar a ser este viento del noroeste (nada de africano) que entra desde tierra hacia la costa a través de los cauces y valles de los ríos (principalmente, el Guadalhorce) provocando una drástica caída de la humedad y elevando el termómetro por encima de los 40 grados. Familiarizados porque lo habitual es que cada verano se registren en la provincia unos diez días de terral, que por regla general se deja notar en la capital, el Valle del Guadalhorce, Vélez y Estepona.
Lo que no es tan habitual es que sólo en el mes de julio se haya alcanzado esa cifra y que en lo que va de agosto siga cobrando protagonismo con cuatro episodios durante las dos primeras semanas del mes. El último, el registrado el pasado lunes, que volvió a elevar el termómetro por encima de los 40 ºC en el Valle del Guadalhorce, destacando los 44,4 que se alcanzaron en Álora, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
«El promedio de días por encima de los 35 grados debido a este viento se ha superado ya; así que sí, es cierto que está habiendo bastante terral este verano», afirma el director del Centro Meteorológico de Málaga, José María Sánchez-Laulhé, quien advierte de que ya empieza a ser una tendencia. ¿Por qué? Según el experto, se debe a que en este siglo se está produciendo un aumento de los vientos de poniente porque hay un desplazamiento de bajas presiones, por lo que tiende a haber más terral. La excepción fue el pasado verano, en el que predominó el levante. «Fue una situación anómala frente a lo que viene ocurriendo», resalta.
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En este sentido, el meteorólogo también se muestra contundente al asegurar que «el cambio climático está llegando aquí en forma de terral». Para bien, y para mal, porque lleva aparejado un desajuste de temperaturas a lo largo y ancho de la geografía malagueña, de forma que mientras en la capital o el Valle del Guadalhorce se está viviendo un verano especialmente cálido, en Marbella está siendo relativamente fresco y en Antequera, salvo casos puntuales, se encuentra dentro de la normalidad.
Pese a que la temperatura va por barrios en la provincia con diferencias de hasta diez grados cuando sopla el terral, lo cierto es que el mes de julio ha sido «extremadamente cálido». Así queda recogido en los informes de Aemet. Según las estadísticas que maneja el ente estatal, la temperatura media en la estación ubicada en el aeropuerto (es la que sirve de referencia en la provincia) fue de 27,2 grados, lo que supone 1,7 más de lo habitual, teniendo en cuenta el promedio de los datos recogidos durante el período comprendido entre 1981-2010.
Se trata de la mayor anomalía térmica registrada entre las provincias andaluzas, aunque las temperaturas medias más altas se han dado, como suele ser habitual, en Córdoba (28,6 grados y 0,9 más del promedio) y Sevilla (28,5 y +0,2). Volviendo a Málaga, otro factor a tener en cuenta es que por las noches las mínimas se han instalado este verano por encima de los 20 grados y han llegado incluso a rebasar los 27, por lo que al sofoco diurno se ha sumado el nocturno.
«El terral se está dando más que otros años, pero también ha contribuido a que en otras zonas de la provincia estén teniendo un verano más llevadero», apunta el experto en meteorología y autor del blog Tormentas y Rayos (en SUR.es), José Luis Escudero, quien también pone el acento en que la mayor parte de los días de terral hayan coincidido en fin de semana. «En julio tuvimos tres sábados (3, 24 y 31) y otros tres domingos (4, 18 y 25) con terral», remarca. El resto de jornadas fueron el 6, 7, 12 y 26 de julio, mientras que en agosto se notó el terral los días 1, 4, 6 y 16. De momento, la jornada más calurosa según la estación del aeródromo fue el sábado 24, al alcanzarse los 42,6 ºC, seguidos de los 41 del día 12.
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