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Clases que se interrumpen o explicaciones que no llegan a los alumnos porque no se escucha al profesor. Es la situación por la que pasan los alumnos de primer curso de la ESO en el IES Sierra Bermeja, que dan clases en el gimnasio por falta de espacio en el centro. Hace más de un año que el instituto solicitó a la Delegación de Educación la instalación de aulas prefabricadas, en previsión de que este curso sería necesario por el crecimiento en el número de alumnos y la falta de aulas para atender todos los grupos. Pero estas aulas no han llegado y el centro ha tenido que buscar espacios alternativos para estos alumnos.
Desde la Delegación de Educación explican que está prevista la instalación de las prefabricadas, pero que se ha retrasado por problemas administrativos de última hora. Por una parte, ha sido necesario un informe de Cuencas Mediterráneas Andaluzas (antigua Confederación) por la cercanía del instituto y el terreno en el que instalar las prefabricadas al río Guadalmedina. Este informe, indicaron, ya se ha entregado al Ayuntamiento, y se está a la espera de que autorice la instalación de este módulo prefabricado.
Los propios alumnos se han dirigido al director para presentarle sus quejas. «Querido director: somos alumnos/as de 1.º ESO D. Te escribimos para decirte que reclamamos como mínimo unas mesas y un aula. Estudiamos en el gimnasio en muy malas condiciones, nos interrumpen clases que a esa hora tienen Educación Física. Se escucha muy mal. Sabemos que es muy difícil ya que la Junta de Andalucía no os ayuda. Espero que podáis y disculpen las molestias», dice la carta.
Los padres de alumnos se unen a las quejas de sus hijos. «Están dando clases en unas condiciones lamentables», pues «un gimnasio no es el lugar más adecuado para dar clase», señala una madre. Denuncia incluso que en ocasiones los estudiantes tienen que abandonar el aula y «dar clase en las escaleras» cuando otro curso tiene que dar clase en la sala de usos múltiples.
Para uno de los dos grupos de primero de ESO se ha encontrado una solución provisional. El departamento de Sanitaria ha dejado libre una de las aulas que utilizaba para los desdobles (que ahora hacen dentro del propio taller de enfermería). Pero el otro grupo sigue en la sala de usos múltiples.
Los padres se quejan también de los problemas de acceso al centro, con una acera estrecha, un carril bici y una avenida, Ramón y Cajal, con cuatro carriles y dos vías de servicio que tienen que atravesar los alumnos cada mañana. La Policía Local ha entregado diez chalecos para que padres voluntarios puedan regular el tráfico a la hora de la entrada y salida.
El Sierra Bermeja cuenta este año con 1.200 alumnos y 110 profesores.
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