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La provincia se seca y mira al cielo para buscar algún atisbo de las anheladas lluvias que permitan paliar una situación crítica, especialmente para el campo. Mientras, los agricultores y los gestores de las cuencas cuentan los días para que la Junta complete las obras ... anunciadas para tratar de llevar algunos hectómetros cúbicos de agua dulce a las tuberías. Málaga está padeciendo este final de año la peor sequía desde 2008, cuando el embalse de La Viñuela marcó el mínimo histórico. Tanto es así que la capital y el Valle del Guadalhorce tendrán restricciones de agua para el riego y el baldeo a partir de marzo, si no llueve antes lo suficiente como para reponer las maltrechas reservas. Y todo ello, sin soluciones a corto plazo, tanto porque no hay previsión de que entren frentes húmedos importantes; como por el hecho de que la mayoría de las obras previstas para paliar este déficit hídrico aún no han terminado.
Hace 13 años que no se vivía una sequía tan dura como la que atraviesa la región en estos momentos. Según los datos de la Red Hidrosur de la Junta, fue en diciembre de 2008 cuando La Viñuela, que marca el estado de la cuestión en todo el territorio (por ser la presa más grande y la que abastece a los regadíos de la Axarquía, que son uno de los principales consumidores) registró su mínimo histórico. El pantano se quedó al 12% de su capacidad, con solo 20 hectómetros cúbicos. Los cultivos de subtropicales, que demandan grandes cantidades de agua, se han multiplicado en este periodo. En julio de aquel año, el embalse alcanzó el mismo nivel que tiene ahora, unos 29,5 Hm3 (al 17,8%), y que seguirá bajando en las próximas semanas. La Junta de Andalucía ya ha decretado para el sistema Viñuela-Axarquía la alerta por «excepcional sequía» y de «emergencia por escasez grave».
Tras la actual y la de 2008, hay que remontarse a 1995 para encontrar una situación tan dramática como esta. Y si las nubes no lo remedian antes, el mismo panorama empieza a asomarse en todo el área metropolitana de Málaga, el Valle del Guadalhorce y la Costa del Sol occidental, donde reside el 80% de la población y donde ya se da por hecho que la declaración oficial de sequía caerá en torno al próximo mes de marzo, según fuentes técnicas consultadas. De confirmarse esos temores, la primera medida a adoptar sería reducir la dotación de agua asignada a los regantes y, si no bastara y la situación se complicara aún más, se podrían adoptar decisiones más contundentes y aplicar restricciones al consumo urbano (riego, baldeo, piscinas, etc).
Un extremo al que se espera no llegar, primero porque el consumo doméstico tiene menos margen para bajar sin que se vea afectada la población y, segundo, por el perjuicio que podría suponer para el turismo en la Costa del Sol. En esta última zona, la primera medida para evitar cortes en el suministro sería poner a pleno rendimiento la desaladora de Marbella. Dado que los campos de golf y las grandes espacios verdes beben agua reciclada de las depuradoras, este aporte extra podría bastar. Otro recurso habitual en el litoral occidental procede de la compra de agua al Campo de Gibraltar, aunque las reservas en la comarca gaditana tampoco están para muchas alegrías. De ahí que, ante un hipotético escenario extremo, se contemple incluso la posibilidad de usar barcos para traer agua de otros lugares con mayor abundancia.
El delegado provincial de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta, Fernando Fernández Tapia-Ruano, se muestra muy cauto sobre la ampliación del decreto al resto de la provincia: «Esta posibilidad todavía no está encima de la mesa de la Consejería; tendrá que proponerlo la Comisión de Sequía y para ello se tienen que dar unas circunstancias muy especiales». Por lo que añade: «Todavía se ve muy lejos, aquí pueden caer 100 l/m2 en un momento y cambiaría el panorama de un día para otro».
Lo cierto es que el año hidrológico 2020-2021 ha sido muy seco. El embalse de La Viñuela ha recibido solamente 24 hectómetros cúbicos, cuando la media es de 88 Hm3. La máxima fue de 212 Hm3 en 2009-2010; y la mínima en el citado periodo 2007-2008. En lo que va de año hidrológico 2021-2022 ha recibido sólo seis litros por metro cuadrado de lluvia.
La situación en el resto de embalses, sin ser tan alarmante, no es mucho mejor. La Concepción, el que abastece a la Costa del Sol, es pequeño y se llena y se vacía con facilidad prácticamente todos los años. Incluso debe desaguar varias veces en el periodo húmedo por su falta de capacidad, algo que se pretende evitar con las obras del 'bypass' para aumentar la capacidad de trasvase hacia Málaga y la Axarquía. Ahora está al 44,4% de su capacidad, con 27,5 Hm3, cuando el año anterior en la misma fecha eran 36.
El que acumula más recursos, y que garantiza el abastecimiento en la capital y el Guadalhorce, es la presa del Guadalteba. Está al 57,6% y contiene 88,4 Hm3, por los 106 de la misma fecha del año anterior. En cambio, las otras dos fuentes principales de Málaga, Guadalhorce y Conde de Guadalhorce, están en niveles bajos, al 28,8% y 24,4%, respectivamente. En ambos casos, el año pasado casi duplicaban el volumen actual.
La demanda de agua en la provincia de Málaga es de 476 hectómetros cúbicos anuales, de los que prácticamente la mitad (241) se destinan para uso agrícola después de que las tradicionales necesidades hídricas de los cítricos y las hortalizas se hayan visto incrementadas en los últimos años con el 'boom' de los cultivos subtropicales. Pese a ello, el consumo en Málaga está muy marcado por el turismo y su importante peso poblacional, hasta el punto de que el 43,4% del agua es para uso doméstico (206 Hm3). Es, con diferencia, el porcentaje más alto en Andalucía y llega a triplicar el 13,3% de la provincia de Sevilla. El uso recreativo (golf, parques temáticos…) se sitúa en el tercer escalón con el 4,66% y, en números prácticamente residuales, el industrial (0,68%) y el ganadero (0,5%), según el estudio de necesidades de agua en Andalucía promovido por la Asociación de Empresarios del Sur (Cesur).
En este informe también se recoge que Málaga es la provincia andaluza que mayor uso hace del agua desalada y de la regenerada en las depuradoras para reducir la dependencia de unos embalses y acuíferos cada vez más mermados. En su conjunto, el 92% del agua que se consume en Málaga procede de pantanos y acuíferos, el porcentaje más bajo al que sólo se acerca Almería (94,8%) mientras el resto de provincias se sitúan en torno al 99%. Por un lado, la reutilización del caudal tratado en las depuradoras para el baldeo de calles y el riego de zonas verdes y campos de golf supone un aporte de 30 Hm3 anuales, mientras que la desaladora de Marbella genera una media de 11,2 Hm3 al año.
El documento, presentado el pasado mes de septiembre, también recoge una lista de actuaciones prioritarias para garantizar el abastecimiento en la provincia. Y no es precisamente nueva. En materia de abastecimiento urbano, destacan la construcción de una segunda desaladora en el litoral occidental, el recrecimiento de la presa de la Concepción y, aunque está proyectada en el Campo de Gibraltar, la construcción de la presa de Gibralmedina por el aporte extra que supondría para la Costa. En cuanto a la reutilización, Cesur pide que se aumente la capacidad de tratamiento terciario en las depuradoras de la Costa y de la Axarquía para aprovechar el caudal regenerado para el riego de cultivos, zonas verdes y campos de golf.
Lo peor de todo es que la solución no llegará a corto plazo. José María Sánchez-Laulhé, director del Centro Meteorológico de Aemet en Málaga, señala que las últimas danas apenas han dejado chubascos débiles, y la predicción sigue sin ver lluvias importantes a corto plazo, por lo que admite que la situación es «preocupante». En la próxima semana (la del puente) no se ve nada, y con relación a la media mensual de diciembre, que es de 100 l/m2, para encontrar un periodo que esté en consonancia con estas cifras habrá que esperar al menos hasta la última parte de diciembre, en Navidad, cuando la precipitación podría llegar a la media.
El meteorólogo reconoce que las predicciones estacionales de invierno son muy dispares según los modelos. Algunos dan más agua, aunque con bastante incertidumbre. «Hay esperanza de que esta situación se empiece a resolver a partir de finales de diciembre, aunque tal y como está la circulación atmosférica creo que habrá que esperar hasta enero». En este punto, recuerda que la estacional para noviembre, que daba lluvia, ha fallado. «En realidad, en el norte de España sí llueve mucho y nieva, pero no llega al sur por la influencia del componente norte en la troposfera, que no deja que llegue hasta esta zona».
En la Axarquía la falta de lluvias y las mínimas reservas del embalse de La Viñuela están haciendo cundir la preocupación entre la población. Aunque la Junta se esfuerza en repetir que la situación «está controlada y que no faltarán recursos para el regadío ni para el abastecimiento», lo cierto es que, si no cambia sustancialmente la tendencia en los próximos meses, la próxima primavera y el verano pueden convertirse en «un auténtico infierno» en la comarca oriental.
Con el embalse viñolero a apenas el 17,8% de su capacidad, con menos de 30 hectómetros cúbicos almacenados, lo que supone el nivel más bajo en los últimos 13 años, y 13 hectómetros cúbicos menos que hace un año, el fantasma de la sequía extrema se cierne sobre una comarca en la que además el paisaje ha cambiado sustancialmente en esta última década, multiplicando casi por dos la superficie de cultivo de mangos y aguacates, hasta rondar las 13.000 hectáreas.
Los regantes están «con el alma en vilo», sufriendo restricciones desde el pasado octubre del 33%, lo que unido a la falta de lluvias, está obligando a centenares de agricultores a ingeniárselas para poder mantener viva la arboleda, especialmente las plantaciones nuevas de aguacates, una variedad que precisa mucha más agua que el mango, alrededor del doble. Así, estos días se ven camiones cisternas llenando balsas y depósitos en las fincas, a la espera de que llegue la esperada lluvia.
Entre tanto, la Junta ha puesto en marcha medidas dentro del decreto de sequía, como la conexión de los pozos del río Chíllar para el abastecimiento de la zona oriental, desde Torrox a Mezquitilla, en los que ha invertido más de tres millones de euros y que está pendiente de la conexión eléctrica, que se espera esté disponible en el primer trimestre de 2022. Aportarán unos tres hectómetros cúbicos. Además, la empresa pública Axaragua ha empezado esta semana a comprar una cantidad similar a Emasa, procedente del sistema Guadalhorce-Limonero de la capital, para abastecer a Rincón de la Victoria y la zona occidental de Vélez-Málaga.
Paralelamente, actuará de emergencia en el acondicionamiento y mejora de la estación de impulsión 'Bombeo de La Rosaleda', con una inversión de 598.850 euros y un plazo de ejecución previsto de seis meses. Estos trabajos permitirán que el agua discurra tanto en el sentido actual (Axarquía-Estación de Tratamiento de Agua Potable Atabal) como inverso (ETAP Atabal-Axarquía). Para ello, es preciso incorporar conducciones y válvulas que permitan el funcionamiento en ambos sentidos, manteniendo la disposición actual de las bombas.
El periodo invernal es el idóneo para la realización de estos trabajos, porque durante estos meses disminuye notablemente la demanda de agua para abastecimiento, según destacó la Junta. Asimismo, se han puesto en marcha obras para adecuar los sistemas terciarios de las depuradoras de Vélez-Málaga, Rincón de la Victoria, Torrox y Algarrobo, con un presupuesto de 1,7 millones de euros y un plazo de ejecución de seis meses, por lo que estos recursos para el regadío no estarán disponibles hasta la próxima primavera, aportando entre ocho y diez hectómetros cúbicos.
No obstante, desde hace unos días se han comenzado a bombear las primeras aguas regeneradas de la depuradora veleña a las comunidades de regantes del sur del Guaro, que suman unas 2.600 hectáreas, y podrán disponer de 5,2 hectómetros cúbicos al año. Para las demás estaciones, además de culminar la mejora del terciario es preciso ejecutar las conducciones hasta las fincas, que ni siquiera están diseñadas.
Para sobrellevar esta difícil situación, a la espera de que regresen las lluvias, la Junta está llevando a cabo una batería de obras de emergencia. El responsable de medio ambiente, Fernando Fernández Tapia-Ruano, explica que ya se han despejado los túneles de trasvase a La Viñuela, que tiene ocho presas de derivación que le aportarán agua en caso de que llueva, y que estaban completamente obstruidas «desde hace años», tras una inversión de casi 600.000 euros. «Ahora esos túneles están despejados y el aporte al pantano será muy superior al que se producía antes». Esos trabajos terminaron en octubre.
Ya han comenzado los trabajos para los tratamientos terciarios de las depuradoras de Rincón, Vélez y las dos de Torrox, con un presupuesto de 1,7 millones, para que estas aguas regeneradas se puedan aprovechar para el riego. De hecho, los regantes del sur del Guaro comenzaron días atrás a utilizar 5,2 Hm3 de agua depurada para unas 2.600 hectáreas.
En cuanto a los pozos del río Chillar, se espera que para marzo pueda haber un aporte de entre tres y cuatro hectómetros cúbicos de agua para abastecimiento humano. A lo que se suman otras actuaciones en las tuberías y estaciones de tratamiento (Etap) para mejorar el abastecimiento a la capital y la Axarquía. Esta última necesita unos 15 Hm3 para garantizar el consumo de la población que depende de La Viñuela (unos 200.000 habitantes). El aporte del pantano será de 10 Hm3, mientras que otros 3-4 saldrán de los pozos del Chíllar; y 2-3 del trasvase de la Etap del Atabal hasta la del Trapiche.
A todo ello, se unirá la llamada «autovía del agua», donde la reforma del 'bypass' de Churriana está a un 70% de ejecución y estará lista en febrero, con lo que aumentará la capacidad de transferencia desde la Costa occidental a la capital, y desde esta a la Axarquía. Dentro de este proyecto general se ha adjudicado el proyecto del primer tramo, desde Guadiaro hasta Estepona; y han salido a licitación los otros dos: Estepona-Marbella y Marbella-Fuengirola.
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