Rueda junto a Abascal ÑITO SALAS
El Reservado

Aguas revueltas

Los oficialistas del PSOE en Málaga expresan su malestar con el 'nuevo felipismo' de Felipe Sicilia y sus declaraciones sobre una alternativa a Susana Díaz. Patricia Rueda deberá fajarse para unir a un Vox dividido en la provincia

Lunes, 23 de noviembre 2020, 00:39

El pasado septiembre este periódico desveló una comida en La Carihuela de algunos dirigentes del PSOE andaluz, entre ellos los malagueños José Ortiz, alcalde de ... Torremolinos, el senador José Aurelio Aguilar o el exconsejero Luciano Alonso con el diputado nacional por Jaén Felipe Sicilia, en la que quedaron al descubierto los movimientos internos para presentar una alternativa a Susana Díaz al frente del socialismo en Andalucía cuando se celebre el congreso regional, en principio, previsto para el año que viene y donde el político jiennense baraja presentarse a liderar al partido en la región.

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Aquel almuerzo, que se ha repetido en otras provincias como Almería, no gustó entre los afines a Díaz en Málaga. Un malestar que ha ido en aumento y ha terminado por explosionar esta semana cuando Sicilia, en declaraciones a la cadena Ser, manifestó que habrá una alternativa a la actual secretaria general del PSOE-A en las primarias. Unas afirmaciones que provocaron la reacción en cadena en redes sociales de los oficialistas malagueños afines a Díaz mostrándose muy críticos con este 'nuevo felipismo'.

Así saltaron a la palestra integrantes del partido afines a Díaz como los parlamentarios autonómicos Francisco Conejo y Javier Carnero; las vicesecretarias generales en la provincia, Fuensanta Lima y Antonia García; los portavoces en el Ayuntamiento y la Diputación de Málaga, Daniel Pérez y José Bernal, respectivamente; los alcaldes Antonio Moreno Ferrer (Vélez-Málaga), Josele González (Mijas), Víctor Navas (Benalmádena) y Antonio Yuste (Almáchar); la senadora Estefanía Martín Palop, concejales y diputados provinciales.

Los mensajes expresados en redes sociales coinciden en mostrar el malestar por el momento elegido para estos movimientos internos puesto que no se han convocado aún los congresos orgánicos y que el partido tiene ahora otras preocupaciones como la gestión de la pandemia a través del Gobierno y la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE); además las últimas declaraciones tuvieron lugar el mismo día en que Vox apoyó las cuentas de la Junta para 2021. Fuentes consultadas añadieron que con estos mensajes no se busca la confrontación sino la unidad y el consenso en un momento que, al menos públicamente, Pedro Sánchez y Susana Díaz conviven políticamente de manera pacífica.

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En esa serie de comentarios que se sucedieron como si hubiera habido una directriz marcada, no se produjeron declaraciones de los integrantes de los sanchistas malagueños –donde conviven varias corrientes– ni de su cabeza visible en la provincia, el diputado Ignacio López. Los sanchistas, al menos de manera pública, aún no se han pronunciado sobre que su alternativa a Susana Díaz sea Felipe Sicilia.

Si en el PSOE se observan ciertas aguas revueltas, en Vox Málaga se transforma en marejada. El pasado miércoles Enrique de Vivero anunció su dimisión como presidente provincial del partido cuando apenas hacía un mes que había sido elegido en las primarias donde venció al anterior líder de la formación, José Enrique Lara. A las pocas horas, la dirección nacional nombró como responsable de la gestora a la diputada nacional Patricia Rueda.

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Rueda, persona de confianza de Santiago Abascal y valor en alza en el partido, tendrá que fajarse para lograr coser a un partido actualmente roto y con numerosos jirones que se han ido produciendo a lo largo de los dos últimos años y que se agrandaron durante unas primarias que hubo que repetir.

Un proceso interno que ha hecho aflorar las diferencias internas con acusaciones entre los aspirantes de intereses ocultos detrás, denuncias de presunta financiación irregular o prácticas de juego sucio, según denuncian militantes de la organización que añaden que los éxitos electorales de Vox, especialmente en las autonómicas y las nacionales, han acrecentado «las ansias de poder y cargos». En este contexto, Rueda se enfrenta a un partido que en Málaga, como definió esta semana un veterano afiliado, es actualmente «un carajal».

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