El domingo 26 de junio de 1994, el PSOE de Málaga celebró uno de los congresos más tensos de su historia. Hasta tal punto de que a este cónclave sólo asistió una parte del partido, los entonces llamados 'guerristas', quienes auparon a la secretaría general ... provincial a Carlos Sanjuán, mientras que se ausentó la otra facción, los 'renovadores' encabezados por José Asenjo, en protesta por las irregularidades denunciadas en el proceso congresual. El clima de guerra interna era total y marcó el rumbo del partido en esa recta final de los años noventa, donde el socialismo malagueño vivió momentos de gran convulsión con la existencia de diferentes corrientes dentro del partido.
Aquella situación, que recordaba a la vivida en 1985 con la pugna entre los afines a Sanjuán frente a los leales al histórico Antonio García Duarte, logró apaciguarse en el congreso de 2000. Aquel año y después de la travesía que supuso la pérdida del Gobierno en 1996, el partido a nivel nacional había experimentado un proceso de regeneración y relevo generacional con la llegada al liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero. Unos cambios que en la provincia y no sin que hubiera cierta tensión previa entre los llamados 'clan del birrete' y 'clan de los catetos', se tradujeron en una lista de unidad encabezada por primera vez por una mujer, Marisa Bustinduy, quien cuatro años después salió reelegida en el último congreso tranquilo del PSOE de Málaga.
Y es que el clima de pugna interna que históricamente ha latido en el socialismo malagueño (provocado en ocasiones por cuestiones ideológicas, por diferencias sobre el modelo organizativo o por el desencanto al verse apartado de listas electorales o puestos de responsabilidad) volvió a reavivarse a partir de 2008 y se mantiene hasta la actualidad, donde dos candidatos aspiran a sustituir a José Luis Ruiz Espejo como secretario general provincial: Daniel Pérez, portavoz en el Ayuntamiento de Málaga, y José Antonio Gómez, alcalde de Ojén.
Cuando Bustinduy anunció que no optaría a un tercer mandato como secretario general y desde el oficialismo del partido se auspició la candidatura de Miguel Ángel Heredia, surgió una corriente crítica bajo el nombre de Alternativa Socialista que presentó una candidatura encabezada por Fernando Arcas. Heredia fue elegido líder del PSOE de Málaga con el 71% de los votos y su adversario obtuvo el 29%.
Cuatro años después, en 2012, Heredia optó a la reelección. En esa ocasión logró un apoyo del 83% después de que el sector crítico de Socialistas Hoy, liderado por José Aurelio Aguilar, no reuniera los avales necesarios. Sin embargo, el clima de tensión se vivió en la previa y durante la celebración de aquel congreso en el CIO de Mijas, donde hubo denuncias contra la ejecutiva de haber «pervertido» el proceso para que no se pudiera presentar una lista alternativa.
En 2017, Miguel Ángel Heredia renunció a repetir como líder del partido. El candidato oficialista fue José Luis Ruiz Espejo, afín a la entonces secretaria general del PSOE de Andalucía, Susana Díaz, y que ganó las primarias con el 68% de los votos frente a su adversario, el exportavoz en el Ayuntamiento de la capital Rafael Fuentes, representante del sector afín a Pedro Sánchez, que obtuvo el 32% de las papeletas.
Ahora, fieles a esa tradición de pugnas internas, el socialismo malagueño vive un proceso de primarias en un clima de enfrentamiento interno. El domingo, con la votación de los afiliados, se despejará no sólo la incógnita de quién será el nuevo secretario general entre Daniel Pérez y José Antonio Gómez, sino cuáles son los apoyos reales que cada uno tiene entre la militancia.
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