Viernes Santo 2 de abril. Juan Espadas visita Málaga para conocer las cofradías de la ciudad en un recorrido que le lleva a conocer las ... hermandades radicadas en las iglesias de San Felipe Neri, San Pablo y la Divina Pastora además de acudir a la casa hermandad de Jesús Cautivo y la Virgen de la Trinidad. En ese particular vía crucis está acompañado en todo momento por Daniel Pérez. En ese momento, Espadas es únicamente alcalde de Sevilla y Pérez, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de la capital de la Costa del Sol. Al término de la peregrinación cofrade ambos políticos socialistas comparten el aperitivo en el bar Nerva, en pleno barrio de la Victoria. Aquel encuentro selló una alianza política entre los dos dirigentes socialistas para apoyarse en los procesos orgánicos que se iban a abrir el partido.
En ese momento, Pérez inicia su ruptura de relaciones con a quien era, hasta ese momento, su aliada Susana Díaz, secretaria general del PSOE-A, y su grupo en Málaga, encabezado por el líder del partido en la provincia, José Luis Ruiz Espejo. Daniel Pérez une en ese instante su futuro político –incierto en ese momento– al de Juan Espadas, quien ya estaba pergeñando su asalto al liderazgo del socialismo andaluz, con las bendiciones de Ferraz y del Gobierno de Pedro Sánchez, para relevar a Díaz al frente del partido en la región.
En una maniobra política de riesgo, Pérez unió su futuro al de Espadas. El portavoz en la Casona del Parque es visto como un traidor por una parte del partido en Málaga, sobre todo, la que está instalada en Los Arcos, sede provincial del PSOE. Arranca entonces una nueva etapa para el político malagueño con dos objetivos: aupar al alcalde de Sevilla al liderazgo del socialismo andaluz y, como segundo paso, hacerse con la secretaría general del PSOE de Málaga.
En esas semanas no es aún momento de desvelar las cartas aunque la hoja de ruta está trazada en los planes que se manejan internamente.
Son semanas de intenso trabajo interno hasta que Juan Espadas anuncia su candidatura a ser el candidato del PSOE a la Junta de Andalucía en las próximas elecciones autonómicas. Se abre un proceso interno de primarias donde el regidor hispalense se medirá a Susana Díaz y a Luis Ángel Hierro. Espadas vence a nivel regional pero en Málaga la victoria es para el susanismo, encarnado en la figura del secretario general provincial, José Luis Ruiz Espejo.
Pérez sufre un revés pero es consciente de que ha perdido una batalla pero no la guerra porque su apuesta política, Espadas, ha ganado en Andalucía. Son semanas, meses, de intenso trabajo orgánico intentando recabar apoyos cara a los procesos internos aún pendientes, sabedor de que tiene buenas cartas en la partida, aunque hay que ser prudentes para mantener los equilibrios internos y evitar que la baraja se rompa.
En este contexto llega el congreso federal que consagra en Valencia a Pedro Sánchez como líder del socialismo español. Juan Espadas también sale triunfante de este cónclave, donde Pérez logra situar a una persona de su total confianza, la concejala de Torrox, María de las Nieves Ramírez, como integrante de la ejecutiva federal.
En ese momento, Daniel Pérez se apunta un tanto aunque sigue sin desvelar sus cartas sobre lo que ya se da por hecho; que optará a la secretaría general del PSOE de Málaga. Sin embargo, en la cita a orillas del Turia se destapan los diferentes movimientos que intentan hacerse con el control del socialismo malagueño, con cuatro grupos: los afines a Ruiz Espejo, los leales a Pérez, la órbita aglutinada en torno al diputado nacional Ignacio López, y el grupo de alcaldes con Antonio Moreno Ferrer (Vélez-Málaga), José Ortiz (Torremolinos), Soraya García Mesa (Benaoján) o José Antonio Gómez (Ojén).
El nuevo secretario general socialista ofreció cuatro puestos en la ejecutiva al líder del sector crítico, que pidió diez puestos
Lo único que unía a este cuarteto de 'familias' era su lealtad a Juan Espadas, de ahí que no hubiera batalla cara al congreso regional del PSOE-A celebrado en el Palacio de Congresos de Torremolinos a principios de noviembre y donde todas las sensibilidades lograron representación en la ejecutiva andaluza. Ese 'espadismo' llevó a las diferentes sensibilidades a alcanzar una mayoritaria 'pax malacitana' para apoyar a Daniel Pérez, bendecido por Juan Espadas y, por ende, por la dirección federal de Sánchez, como nuevo secretario general del PSOE de Málaga.
La unanimidad no fue posible porque se descolgó una parte del grupo de alcaldes, encabezado por José Antonio Gómez, que presentó candidatura al liderazgo provincial para sustituir a José Luis Ruiz Espejo como secretario general provincial. Las primarias depararon una victoria holgada de Pérez (el 80% de los votos) frente a Gómez, que aglutinó a los críticos de la provincia.
Con la victoria en las urnas el 21 de noviembre, Daniel Pérez se convirtió en el decimotercer secretario general del PSOE de Málaga en la etapa democrática. Una elección que fue ratificada el domingo en el congreso provincial celebrado en el hotel El Higuerón de Fuengirola. Allí, en una de sus salas, Pérez intentó la integración total del partido pero no lo logró ya que Gómez pidió diez integrantes en la ejecutiva cuando le fueron ofrecidos cuatro. No hubo acuerdo, pero la nueva ejecutiva, representativa de una amplia mayoría del partido en la provincia, logró el respaldo del 86% de los delegados, seis puntos más de los que logró Pérez en la primaria, quien se había marcado el reto de que su dirección fuera más respaldada que su candidatura.
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