Daniel Pérez, los inicios de la forja de un liderazgo político

Fue en septiembre de 1999 cuando Pérez entró en la sede de la agrupación de Bailén-Miraflores para afiliarse al PSOE. Dada su edad, entonces tenía 19 años, se integró en las Juventudes Socialistas. A las pocas semanas de tener el carnet, fue invitado a participar en un comité provincial de la rama juvenil del partido que se celebró en Antequera. Allí escuchó las intervenciones de algunos de los miembros de Juventudes y de su entonces líder, Francisco Cañestro.

No le gustó mucho el tono triunfalista de los discursos y a pesar de llevar poco tiempo en la organización y su bisoñez, no se arredró y pidió la palabra. Lo hizo para lanzar un discurso crítico por la nula presencia de las Juventudes Socialistas en los movimientos estudiantiles en la Universidad de Málaga. Aquella intervención debió hacer recapacitar a los dirigentes de la rama juvenil del partido y Cañestro -con quien Pérez tiene hoy día una gran relación personal y política- le encomendó la tarea de que el PSOE hiciera oír su voz en la Universidad de Málaga.

Dicho y hecho. Daniel Pérez, en esos momentos estudiante de Biología, se puso manos a las obras y se implicó en la asociación Acción Estudiantil, que se terminó llamando Progreso y en cuya fundación participó. Comenzó entonces su etapa como representante estudiantil. Primero en la Facultad de Ciencias, donde fue elegido miembro de la junta de la facultad como representante de los alumnos. De ahí, dio el salto y llegó a formar parte del claustro de la UMA, donde fue portavoz del grupo Progreso, y miembro del consejo de la UMA, donde coincidió con Pedro Moreno Brenes (IU), con quien, al cabo de los años compartió actividad política.

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En su acción estudiantil, Pérez participó activamente en la organización de manifestaciones contra la ley educativa aprobada en aquellos años por el Gobierno del PP, la LOU, y formó parte del equipo que llevó a Adelaida de la Calle a su elección como rectora en las elecciones de 2003 como coordinador de de la campaña de alumnos. «De los compromisos que logramos en aquella época de uno de los que me siento más orgullosos es de que se abriera la Biblioteca General por la noche para que los alumnos pudieran estudiar en la época de exámenes», recuerda al cabo de los años el líder socialista, quien también fue ponente de los Estatutos de la UMA en 2002.