La resaca de unos intensos días políticos

La resaca de estos acontecimientos deja algunos asuntos pendientes en la provincia. En el PP continúan las cábalas sobre quién ocupará la secretaría general toda vez que la dirección nacional ya dejó claro que no aceptaría que Patricia Navarro siga como número dos del partido compatibilizando este cargo con el de delegada del Gobierno de la Junta en Málaga como pretende el recién reelegido presidente de la formación, Elías Bendodo.

Navarro cuenta con el aval no sólo de Bendodo, sino del trabajo desarrollado y del elogio manifestado a lo largo de la semana por dirigentes populares de la provincia. Si Génova no da marcha atrás en su veto –enmarcado en la pugna con la dirección andaluza del partido–, el presidente provincial deberá buscar un número dos entre los veintidós vocales que componen su ejecutiva. La mayoría de ellos son alcaldes, lo que, en principio, puede ser un impedimento para que asuman la responsabilidad.

En los cenáculos políticos y círculos populares, el nombre que suele aparecer en las quinielas es el del antequerano José Ramón Carmona, quien en octubre de 2019 fue ascendido a coordinador general del PP de Málaga (el número tres de la dirección) y desde entonces ha ganado protagonismo no sólo en el partido a nivel provincial sino también en el ámbito autonómico, donde es parlamentario andaluz. Además, es un político del núcleo duro de Elías Bendodo y muy cercano también al presidente del partido en Andalucía y de la Junta, Juanma Moreno.

Moreno gobierna en coalición con Ciudadanos, un partido que también está situado en el punto de mira informativo tanto por el viraje de su líder, Inés Arrimadas, acercándose al PSOE, como por las consecuencias de este movimiento político. Una de ellas fue el anuncio, este fin de semana, del abandono de las filas populares y de sus cargos institucionales (era senador) de Fran Hervías, otrora todopoderoso número dos del partido de los liberales bajo la presidencia de Albert Rivera, y su incorporación a los populares.

Un hecho que decepcionó a su amigo el diputado malagueño Guillermo Díaz, quien escribió un mensaje en Twitter donde aunque explicó que no iba dirigido expresamente a Hervías sí subraya su posición sobre las deserciones en Ciudadanos dejándose seducir por los cantos de sirena del PP. «Convertirte en todo lo que has venido a combatir. La corrupción es la peste. Sea cual sea el final, podré pasear por Málaga saludando a mis amigos de siempre, y mi hijo siempre sabrá que su padre se puede equivocar, pero es honrado. Ahora, corruptos, agarraos: voy con todo», tuiteó Díaz.

El portazo de Hervías es interpretado como el toque de rebato para que otros miembros del partido naranja, también en Málaga, abandonen el barco y se integren en las filas populares. Este runrún hace varios meses que circula por los cenáculos políticos y puede que la marcha de Hervías sea la espoleta que abra la veda de 'la desbandá naranja'.

Susana Díaz giró visita viernes y sábado a la provincia con una intensa agenda de reuniones con alcaldes, colectivos sociales y económicos para conocer cómo están viviendo estos tiempos marcados por la pandemia y sus efectos. A nadie escapa, y mucho menos al sector crítico de la provincia, que la líder del PSOE andaluz aprovechó estos días para trenzar alianzas y calibrar apoyos cara al futuro congreso del partido. Cuentan que en alguna de las fotos que estos días se han colgado en las redes sociales con motivo de la visita además de alguna ausencia destacada, aparecen algunos cargos socialistas que están meditando dar el salto al sector crítico.