Feijóo llama desde Málaga a unas elecciones para que España decida sobre la amnistía

En un lugar cargado de simbolismo, la plaza de la Constitución de Málaga, uno de los bastiones del PP en Andalucía y ante 20.000 personas, según la organización, llegadas desde todas las provincias, Feijóo recordó que el PSOE perdió las elecciones y sostuvo: «Los españoles no hemos sido consultados y nadie tiene el consentimiento de los ciudadanos. Los españoles no somos culpables de las necesidades parlamentarias de Sánchez. Los que delinquieron han de ser juzgados y los que no hemos delinquido no tenemos que pedir perdón a nadie».

Después de que Sánchez se posicionara a favor de la amnistía «en el nombre y el interés de España y en defensa de la convivencia entre españoles», el líder del PP arremetió contra el presidente del Gobierno en funciones. «Hay que tener muy poca vergüenza y ningún sentido de Estado para decir que se negocia la amnistía en nombre de España. Esta amnistía se negocia en nombre de Sánchez y no en nombre de nuestro país ni en nombre de los que votaron al PSOE. Es por la necesidad de Sánchez y esta necesidad es un problema para todos los españoles. No hay virtud en nada de lo que dijo ayer (por el sábado) Sánchez, sólo hay interés. Es una profunda cobardía», aseveró.

Alberto Núñez Feijóo criticó el argumento esgrimido por el líder del PSOE de que con la amnistía se busca la reconciliación de Cataluña con España porque «aquí sólo hay una reconciliación, la de Sánchez con el sillón de presidente del Gobierno» y afeó al líder socialista que someta el debate de la amnistía a los cargos del partido «de cuyo sueldo depende ese apoyo». Por ello, insistió en que pregunte a todos los españoles en las urnas.

En esta línea, Feijóo apeló a la izquierda constitucionalista para que alce también la voz y se una al PP. «Esta izquierda constitucionalista que ya no la conoce ni la madre que la parió; esta izquierda constitucionalista que está a punto de ser eliminada de la faz del PSOE debe unirse a nosotros para decir: si quieres hacer esto (la amnistía) en contra de las urnas, convoca las urnas y vamos a votar otra vez», argumentó parafraseando una histórica frase de Alfonso Guerra.

Sin mencionar expresamente al presidente castellano-manchego, Emiliano García Page, la voz más crítica dentro del PSOE contra la amnistía, el líder popular sostuvo que si los pocos que levantan la voz en el PSOE deciden seguir sin hacer nada «serán igual de cómplices que todos los que callan y aplauden».

Feijóo pidió a los españoles que alcen la voz contra este «crónica de la indignidad» en que se ha convertido la negociación de la investidura de Pedro Sánchez y confió en que tarde o temprano se volverá a votar porque aunque Sánchez forme gobierno, su mandato nace ya «dimitido».

A la tribuna de oradores también subió Juanma Moreno para asegurar que la negociación de la amnistía supone una «traición» a Andalucía y la Constitución y por ello llamó a los andaluces a «no callar» ante una «deriva» política para «romper la igualdad a cambio del sillón de La Moncloa».

«Andalucía y los andaluces tenemos motivos sobrados para no ser indiferentes», afirmó Moreno, quien recordó los vínculos familiares, sociales, culturales y económicos que un gran número de andaluces tienen con Cataluña, «una comunidad que es parte esencial de España», y añadió que los acuerdos a los que Sánchez está dispuesto a llegar con Junts y ERC son «toda una traición» al 4 de diciembre –la manifestación de 1977 por la autonomía andaluza–, al 28-F (el día que la región votó su autonomía) y a la Constitución.

El presidente andaluz sostuvo que si se rompe la igualdad perderán todos los españoles pero «especialmente Andalucía». «¿Alguien cree que no hay un territorio que va a ser el pagador de todos esos privilegios que se les van a otorgar a los de siempre? Los andaluces vamos a ser los pagadores de esa papeleta», dijo.

Ante este posible escenario, advirtió: «Andalucía no traga por eso, los andaluces no vamos a volver a pasar por eso, no estamos dispuestos a ceder ni un paso más». «Cuando otros han querido un Estado asimétrico y apartarnos de la mesa donde se da de comer, aquí hemos reaccionado. No voy a permitir, en nombre de los andaluces, que haya desigualdad, que le den más a unos para que los de siempre tengamos menos, para que construyamos un país de primera y un país de segunda, y ciudadanos de primera y otros de segunda», recalcó.

Juanma Moreno defendió que no hay territorios mejores o superiores a otros porque «no hay españoles superiores a otros y todos somos iguales en derechos y obligaciones» y por ello avanzó que Andalucía, la comunidad más poblada del país y la tercera economía de España, va a ser «dique de contención de las derivas de Sánchez de romper la igualdad y de ese intento de romper nuestro marco constitucional y estatutario. Lo hemos hecho en el pasado y lo vamos a volver a hacer ahora».

En este escenario, Juanma Moreno lamentó que el PSOE andaluz se haya alineado con Pedro Sánchez después de que su líder, Juan Espadas, y otros dirigentes regionales asistentes al comité federal del sábado se pusieran de pie y aplaudieran que «se iba a negociar y conceder la amnistía» y criticó que los socialistas andaluces «no sean capaces de levantar la voz en defensa de Andalucía y de España».

Asimismo, Moreno dijo sentir «vergüenza y tristeza» por el hecho de que Sánchez «ponga en solfa, por egoísmo, por vanidad y por un sillón en La Moncloa» la labor del Estado de Derecho contra las acciones ilegales del 'procés', denunció que España no se puede diseñar desde ningún oscuro despacho en Waterloo y censuró el empeño de Sánchez de «poner de rodillas al Estado de Derecho, la Constitución y a millones de españoles que quieren vivir en igualdad por su interés personal».

Por su parte, el alcalde de Málaga, Paco de la Torre, que fue miembro por UCD de las Cortes Constituyentes que aprobaron la Constitución, defendió una España en igualdad y arremetió contra los que buscan «debilitar» la Carta Magna. Mientras que Patricia Navarro, presidenta del PP de Málaga, reprochó a Sánchez que acepte la amnistía «como pago para mantenerse en el Gobierno» y afirmó que «España no está en venta y que con la igualdad de todos los españoles no se mercadea».