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El intenso calor y las jornadas con el termómetro por encima de los 38 grados están protagonizando las primeras semanas del verano en Málaga; un verano en el que parece que las playas en general –y el agua en particular– está más limpia que nunca. Aunque a priori parezcan dos hechos que poco tienen ver que entre sí, la relación es más directa de lo que uno pudiera imaginarse.
El agua más transparente que nunca y la ausencia de las 'tradicionales' natas son dos realidades más que comprobables a lo largo de todo el litoral de la provincia. «Lo que se conoce como natas se origina cuando hay olas provocadas por el viento de levante, ya que lavan la arena y se llevan el contenido arcilloso de polvo mineral que tienen las propias arenas. Ese polvo mineral acaba flotando y termina formando parte de ese esas natas», describe el director de la Cátedra de Ciencias del Litoral, Francisco Franco.
Franco explica que las olas de levante penetran más en la zona de arena, mientras que las de poniente no profundizan tanto. En estas primeras semanas de verano, el poniente ha hecho mucho acto de presencia. «Tenemos el terral cuando hay mayor poniente, que hace que la capa más superficial del agua se desplace mar adentro. Ese agua que se desplaza se sustituye con agua de fondo marino, que es más limpia, pero también más fría», recalca el experto. «Cuando hay levante el viento lo que hace es acomodar el agua de la parte más superficial del mar, la arrastra hacia las playas; pero esa parte más superficial que recibe una mayor luz solar, está más caliente. Y cuando se concentra en la orilla, la temperatura del agua del mar se dispara», añade, recordando que ello a su vez hace hace que la ola lave la arena. «Y al lavar la arena se lleva este polvo, que es el que acaba flotando sobre las aguas».
De esta manera, la aparición de las natas no es sinónimo de que las aguas estén sucias, sino que es más bien una impresión errónea del bañista. El director de la Cátedra de Ciencias del Litoral afirma además que el polvo mineral que tiene la arena suele ser el más frecuente en aquellas playas que están recién regeneradas, porque se concentra un mayor contenido de material fino. «Tienen un contenido mineral en torno al 90%, el resto está formado por microalgas y microbiología marina que se va absorbiendo en la superficie de las partículas minerales conforme la espuma flota en el agua del mar», añade.
Calidad del agua
A pesar de todo ello, es habitual que durante los veranos trabajen cerca del litoral barcos quitanatas. Y es que, aunque la espuma como tal no es dañina para el ser humano, conforme flota en el agua, va absorbiendo cosas que puede haber en el agua, como granos de polen, microplásticos e hilos de pesca. «Esa nata actúa como un concentrador de lo que podemos encontrar en el agua del mar, por lo que es conveniente retirarla tal y como se viene haciendo», matiza el científico.
«Yo siempre pongo el mismo ejemplo. Es como cuando compro una bayeta de algodón en un supermercado. Al principio es 100% algodón, pero yo te puedo asegurar que donde has utilizado esa bayeta, además de algodón, tendrá ácaros y todo lo que haya recogido del proceso de limpieza», señala. Esa es la razón por la que Franco insiste en la conveniencia de que se vaya retirando para que siempre se encuentre un agua de calidad, «no solo a nivel legislativo». «La ley marca una serie de cosas que se cumplen a rajatabla, pero es importante que además el usuario perciba que las aguas están más limpias porque no hay nada adicional», agrega el experto, separando así la calidad real, la científica y la calidad que percibe el usuario de las playas.
Más allá de la claridad del agua y de la ausencia de natas –cuestiones que tienen que ver más con el tipo de viento–, Francisco Franco sostiene que la calidad del agua depende de muchos factores. Si bien el ciudadano puede relacionarlo con esa transparencia, para los expertos las aguas de mayor calidad son aquellas que siguen la normativa europea, que da importancia a la cantidad de microbiología fecal que pudiera haber en ellas.
«La Cátedra de Ciencias del Litoral analiza las aguas de todas las playas de Málaga cada 15 días, y lo hacemos en función de los parámetros que marca la legislación europea para describir la calidad», explica. «Y desde un punto de vista científico o desde un punto de vista de la normativa europea, la categoría que alcanzan estas aguas es la de excelente».
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Fernando Morales y Álex Sánchez
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Cristina Vallejo, Antonio M. Romero y Encarni Hinojosa | Málaga
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